Rubius regresa sediento de venganza contra su hermano, quien le arrebató todo: sus padres, su novio, sus sueños y su vida. Pero la revancha se complica cuando debe esquivar cada malévolo plan de su hermano. En un giro inesperado, al caer en una de s...
Rubius había acompañado a los inversores a beber toda la noche.
Estaba experimentando un terrible dolor de cabeza. Lo único que quería era encontrar un lugar tranquilo para recuperar la sobriedad, no esperaba que lo siguieran.
Ahora solo podía prepararse mentalmente para lidiar con ella.
—Mónica, ¿tienes algo que decirme?
—Rubén, déjame preguntarte: ¿solicitaste una audición para el protagonista omega en "El Mundo" ?
—Sí, ¿qué pasa con eso?
—¡No puedes ir!
A pesar de que Mónica era su manager, le estaba impidiendo audicionar para un papel por el que todas las grandes compañíías de entretenimiento están luchando.
Sin embargo, Rubius no se sorprendió por sus palabras y simplemente levantó una ceja y preguntó:
—¿Razón?
—En primer lugar, guardaste silencio sobre esto y no me lo dijiste, pero ¿Todavía me preguntas por una razón? Te lo voy a decir, ¿no sabes que la compañía ya ha hecho arreglos para que Lolito haga una audición para el papel?
—Si hago una audición para ese papel, eso no entrará en conflicto con los acuerdos de la empresa—Rubius le sonrió—Lolito te pidió que hablaras conmigo sobre esto? ¿Podría ser que tenga miedo de que un novato desconocido como yo pueda robarle su papel?
—¿Robarle su papel? ¡Me temo que estás alucinando! Déjame decirte algo, no desperdicies tu esfuerzo. La familia Doblas invirtió 30 millones de euros en este drama. El papel se decidió a puertas cerradas y ya es de Lolito, ¿entiendes?.
—¿Es así? Entonces, ¿por qué estas tan nerviosa?
—Eres un artista al que estoy dirigiendo! ¡Naturalmente, tendrás que aceptar sólo los negocios que he hecho para ti!—Dijo Mónica con total obviedad.
—Oh, entonces señorita Mónica, estás consciente de que soy un artista al que TÚ estás dirigiendo.
—Rubén, no tengo tiempo que perder contigo. Ya que no aceptas mi amabilidad y quieres las cosas por las malas, ¡no me culpes por ser despiadada!
Tan pronto como dijo las palabras, Rubius sintió que una fuerza lo golpeaba y, tomado con la guardia baja, lo empujaron al almacén del bar y también le robaron su teléfono celular.
¡BANG! La puerta se cerró de golpe.
...
Los pasos fuera de la puerta gradualmente se volvieron más silenciosos a medida que se alejaban.
Rubius se apoyó contra la puerta y se deslizó hacia abajo para sentarse en el suelo sin decir una palabra. Es porque sabía que, por mucho que gritara esta vez, caería en oídos sordos.
Cuando acababa de unirse a la empresa, Lolito todavía seguía siendo el mismo, y con su influencia y dinero, logró conseguir que Mónica le consiguiera papeles a Rubius para que fuera un villano o un personaje sin importancia a lo mucho. Sin embargo, ella últimamente se había vuelto más audaz y se había estado pasando de la raya. Pero lo que acababa de hacer era algo demasiado bajo.
Si esta vez no conseguía el papel, definitivamente necesitaba encontrar una manera de abandonar Starlight Entertainment.
Mientras reflexionaba sobre esto, de repente escuchó un pequeño sonido.
"¿No me digas que hay una rata?"
Rubius miró en la dirección de donde provenía el sonido y se sorprendió.
Había un niño detrás de una pila de cajas.
El niño parecía tener entre cuatro y cinco años, sus rasgos eran como de jade finamente tallado.
Era tan blanco y suave como un pequeño bollo de pan y temblaba mientras se escondía en un rincón.
Sus ojos eran verdes, estaban llenos de cautela y alarma.
"Eh, ¿por qué hay un niño en el almacén de este bar?"
"No hay forma de que un cliente pueda ser tan absurdo como para llevar a un niño a un bar... ¿verdad?"
—Oye, bollo, ¿quién eres? ¿Cómo llegaste aquí? ¿Entraste sigilosamente? ¿Podría ser que alguien te encerró aquí?¿Comes dulces?
Después de estar preguntando durante lo que pareció ser medio día, el niño seguía sin hablar, y su temblor sólo empeoró, como el de una presa asustada.
Rubius dejó de hablar.
Así, ambos, un adulto y un niño, tomaron cada uno su propio rincón mientras continuaban conviviendo en silencio.
En ese momento, la luz del techo comenzó a parpadear y luego se apagó.
En la oscuridad, Rubius pudo escuchar un castañeo. Después de analizar cuidadosamente el sonido, se dio cuenta de que el ruido era producido por los dientes del menor.
Rubius no pudo evitar reírse y se enfrentó al bollo.
—¿Le tienes miedo a la oscuridad?
El castañeo se detuvo por un segundo y luego comenzó a oírse más fuerte que antes.
"Oh, ¿cómo podía ser tan cobarde?"
Rubius se dió unas palmaditas en el trasero mientras se levantaba y caminaba hacia el niño.
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