El pequeño bollo tenía tanto miedo de Rubius que todo su rostro palideció de miedo.
Tímidamente se acurrucó en un rincón.
El rubio lo miró divertido y se sentó justo al lado del bollo y no hizo más que cerrar los ojos para dormir.
Toda la noche Mónica lo había arrastrado a beber con los socios, de hecho, sería aún más sorprendente que no le doliera la cabeza.
Después de despertarse de una breve siesta, Rubius sintió que tenia la pierna caliente.
Miró hacia abajo para ver el pequeño bollo pegado a él, agarrando el dobladillo de lo que llevaba puesto.
Rubius no pudo evitar reírse.
Cuando todavía vivía en el campo, había criado un gato. Había sido especialmente cobarde y tenía mucho miedo de la gente. En el momento en que veía a alguien, el gato huía. Sin embargo, si no le prestabas atención, lentamente bajaría la guardia después de comprender que no tenías ninguna intención de hacerle daño y el gato comenzaría a aferrarse a ti e incluso se subiría a tus rodillas para dormir.
El pequeño bollo notó su mirada y su carita se puso roja de vergüenza, pero ya no mostró ningún miedo como antes, y en cambio se llenó de curiosidad.
Realmente se parecía a ese gato, tanto que incluso su expresión facial era la misma.
Rubius frunció los labios y sintió que le picaba la mano hasta que no pudo contenerse y despeinó el cabello del niño.
Cuando lo tocó, frunció el ceño.
¿Por qué tenía la frente tan caliente?
—¿Tienes fiebre?
Como mínimo, Mónica iba a encerrarlo aquí hasta que terminara la audición mañana, posiblemente incluso más.
Si este niño siguiera ardiendo con fiebre, podría resultar bastante fatal.
En su momento de pánico, se dio cuenta de que algo no estaba bien.
La luz en el almacén obviamente se había apagado antes, entonces, ¿por qué todavía había luz dentro de este lugar?
Levantando la cabeza, se dió cuenta de que había un tragaluz muy pequeño en lo alto que dejaba entrar la claridad un poco.
Buscando en el almacén, Rubius encontró una escalera, que colocó debajo de la ventana.
—Pequeño bollo, ¡ven aquí, te ayudaré a escapar!
El pequeño mostró una reacción por primera vez. Sin embargo, tenía una mirada determinada mientras sacudía su cabecita en negación.
Al mirarlo, Rubius entendió lo que queria decir y sonrió mientras le pellizcaba las mejillas.
—Eres bastante leal después de todo, ¿quieres sufrir junto a mí? Sube, la ventana es demasiado pequeña para mí, así que no puedo irme contigo. Pero puedes salir encontrar a alguien que venga a salvarme.
Al ver que el pequeño todavía dudaba, Rubius lo cargó y lo colocó en la escalera
—Rápido, si eres un alfa, entonces no lo dudes. ¡Estaré aquí abajo protegiéndote!
Después de finalmente sacar al niño sano y salvo por la ventana, Rubius bajó la escalera pero comenzó a sentirse mareado.
En ese momento de repentino mareo, él resbaló y cayó.
Afuera de la ventana, el rostro originalmente inexpresivo del pequeño bollo, se contrajo de terror al presenciar la escena.
Rubius forzó una última palabra:
—Ve...
Bajo la luz de las estrellas, su rostro estaba pálido y frágil, pero eso no eclipsaba su sorprendente belleza. Sus ojos, especialmente, tenían una elegancia chispeante y enérgica que reflejaba un océano rebosante de una constelación de estrellas.
Ya no era el mismo campesino y patito feo del pasado.
Sin embargo, ¿de qué servía eso?
Rubius sonrió amargamente. Aún no había completado su venganza y aquí estaba, a punto de morir por una caída.
Al menos antes de morir, había realizado una buena acción; él había salvado a un pequeño bollo.
Hace cinco años, después de ese accidente automovilistico, la familia Doblas, avergonzada de él, lo envió al país M, a una universidad variada para niños ricos de segunda generación, derrochadores.
Lo habían dejado a su suerte.
Se había retirado de esa escuela para postularse para la Universidad del sur de California, donde se volvió loco aprendiendo todo lo que podía.
¡Porque quería derribar la arrogancia de Lolito y recuperar todo lo que había perdido!
Lo más importante es que actuar era su mayor sueño.
Después de regresar al pais, usó su apariencia y talento para llamar la atención de Mónica. Luego ingresó con éxito a una de las compañías de entretenimiento más grandes, Starlight Entertainment.
Originalmente, el camino bajo Starlight debería haber sido amplio y lleno de posibilidades. Pero luego Lolito también ingresó a la empresa y así sobornó a Mónica para que reprimiera constantemente a Rubius...
Sin embargo, estuvo bien. Él ya ha soportado mucho sufrimiento. ¿Qué pueden hacerle los problemas que enfrentaba ahora que no le hayan hecho los de antes?
Lo único que lamentaba era que, si su hijo no hubiera muerto ese año, probablemente habría tenido la misma edad del bollo.
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Consigue un hijo y adopta un esposo
Hayran KurguRubius regresa sediento de venganza contra su hermano, quien le arrebató todo: sus padres, su novio, sus sueños y su vida. Pero la revancha se complica cuando debe esquivar cada malévolo plan de su hermano. En un giro inesperado, al caer en una de s...