Jueves se hizo eterno gracias a que no cambió nada en el sistema, Valery estuvo a ratos conmigo pero antepuse como pretexto a Dennise y a Alberto para que no me siguiera.
El viernes fue algo semejante. Excepto por el hecho de que irrumpió en la clase de Literatura, mientras estaba sentado junto a Alberto solo para decirme una frase:
-Tenemos que hablar.
Nunca le temí a esa frase, me resultaba estupido que la gente temiese tanto a escuchar esa frase.
Ahora sabía lo que sentían esas personas que antes me resultaron pateticas.
Asentí sin poder articular palabra y dijo:
-Gracias.
Para despues sin mas salir del salón.
Alberto se burló un poco de mi situación y le di un par de puñetazos amistosos en el brazo para que se callara. Aunque deseaba golpearlo con más fuerza debido al estres y al reboltijo de tripas que sentía.
Despues de clases la pude ver con su tipico cigarrillo pendiendo de sus labios. Sentada con las piernas cruzadas sobre la misma banca en donde la conocí.
Despues de verme se levantó y caminó hasta el callejón por el que habíamos pasado la vez anterior y yo la seguí.
Antes de que pudieramos detenernos me dijo:
-Quiero saber algo.
-¿Que... pasa?
-¿Realmente me quieres?- me miró con esos ojos que denotaban ardor y a la vez un toque de decepción.
No me sentía capaz de decirle algo negativo así que le respondí:
-Claro que me gustas.
-No me has besado mas que un par de veces. Quiero que me beses ahora mismo.
-¿Qué?- pregunté denotando que me había tomado por sorpresa.
-Quiero saber si es verdad.
De pronto una chispa de machismo me inundó y me hizo pensar en el hecho de que todo lo había manejado ella durante los pocos días que llevabamos de conocernos asi que decidi ser yo el que tomara la batuta en esta situacion.
Era ridiculo pero sentía que no deboa ser la mujer la que controlara todo.
La tomé entre mis brazos y la besé como nunca antes había besado, sus labios tenían un sabor amargo pero delicioso que me incitaba a continuar atado a esos exquisitos labios. Ella era fuego y yo era el hielo que se derretia con su presencia y que a pesar de estar ya a sus pies terminaba sucumbiendo.
Despues de que sus labios se separaron un poco, atrapó mi labio inferiror entre sus dientes, la sensacion era perfecta y deliciosa, hasta el ultimo de mis nervios se estremeció y sentí como aquel listón rojo y mitico, me ataba de manos ante ella.
Me separé mientras la exitación crecía dentro de mi ser.
-Debo irme- articulé con trabajo.
-Ese beso me respondió todo- sonrió perversamente como era su costumbre.
Arquee las cejas y ella me dedico una sonrisa perversa.
-Te mueres por mi- se mordió los labios y me miró con aquellos hermosos ojos negros llenos on un aire de seriedad.
Salí del jardín.
Me sentía ridiculo por no haber dicho adios con otro beso, pero sabía que si repetía un beso como aquel, no me separaría de ella nunca.
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Liston Rojo
RomanceJulian es un chico solitario que decide emprender un viaje en la legendaria supersticion del liston rojo que, atado a tu muñeca rige tu vida. En su primer dia de clases conoce a Valery, la amante perfecta y a Keidy, la chica que invoca su lado roman...