Han pasado dos meses desde aquel segundo primer beso que me dio Valery al lado de mi auto, las cosas estaban bien. Joss salió con nosotros un par de veces y nos divertimos bastante, podría decir que Joss se había encariñado de Valery.
La situacion entre Valery y yo era demasiado extraña, eramos la pareja mas disfuncionalmente épica que conocía, eramos todo y nada al mismo tiempo. Sus ojos negros, el sabor de sus labios, la sensacion de su piel con la mia, la nieve que ahora caia sobre el jardin en el que siempre nos acostabamos a platicar sobre nuestros demonios, todo se habia vuelto increiblemente adictivo para mi.
Ese dia me encontraba con ella, nos abrazabamos de una manera tan magica que parecia que volabamos, la cancion de What if de Coldplay no iba a corde con la danza suave y tranquila que dabamos en su sala.
-¿Por que siempre en cabello en el rostro- le pregunté.
-Me doy vergüenza a mi misma- me contestó.
-No tienes razon.
Me mostró la marca rosada de su muñeca y yo alcé la mano hasta qur toqué las yemas de sus dedos, mosteandole mi herida casi identica y con la otra mano le quité el cabello del rostro.
-Eres muy bueno conmigo- me dijo.
-Desearia ser lo suficientemente bueno como para estar contigo.
-Eres mejor de lo que merezco, pero tú y yo... ambos sabemos que terminaremos heridos...
-Valery, pase lo que pase siempre terminamos unidos de nuevo, eso debe ser una señal- le dije mientras bajabamos las manos.
Me abrazó y yo la recibí.
-Creo que debería irme- le dije cuando vi la hora en mi reloj. Marcaban las ocho de la noche y debia regresar para la conclusion del trato con Glen.
-Esta bien, nos vemos mañana en la escuela- me dijo.
Le di un beso en la mejilla, nuestros nervios estaban alterados, a veces nos amabamos, a veces eramos amantes y algunas otras solo eramos amigos.
Baje del auto despues de casi tres horas de viaje, eran las diez cuarenta y cinco cuando llegué a un flamante edificio con paredes enteramente de cristal. Entre a las oficinas ya vestido con uno de los trajes que habiamos comprado unos meses atras y con el cabello peinado entre comillas.
-Buenas tardes- le dije a una recepcionista de aspecto formal al cien.- vengo al piso veintidos.
La mujer saco un gafete de un cajon que yo no alcanzaba a ver desde donde estaba parado y me lo entregó. Se levantó y estiró la mano para señalarme las puertas cromadas de un elevador.
-Ese elevador lo llevará señor Savedra.
Se me hizo raro que me llamara por mi nombre hasta que vi el gafete. Llevaba mi nombre.
Cuando puse un pie en el piso que habia rentado mi padre pude observar una oficina sin vida, aburrida como cualquier otra y no era tan elegante como el resto del edificio. Alcancé a ver a Keidy y a nuestros padres charlando en la qur debia ser la sala de juntas.
Cuando entré a la sala Keidy me abrazó.
-Wow, que bien te ves- me dijo mirandome de pies a cabeza.
Ella llevaba un vestido corto, y como de costumbre el pelo suelto sobre sus hombros.
-Gracias, tu igual- le contesté.
Despues de saludar a Glen me di cuenta de que al fondo de la sala habia alguien mas, era Aron, el hermano de Keidy. Un chico moreno y delgado que tenia la vista fija en su celular.
Me acerqué timidamente hasta él y le extendí la mano.
-Hace mucho que no nos veiamos- le dije con una sonrisa.
-Julián, no has cambiado nada- me recibió con el mismo entusiasmo que los demas.
Arqueé las cejas mientras me daba un abrazo que casi me rompia las costillas.
Llegó un señor de pelo blanco, con unas gafas pequeñas y redondas. Llevaba un portafolio negro y un traje gris. Cuando entró a la sala de juntas puso el portafolio sobre la mesa larga y se presentó.
<<Un abogado>> Pensé y casi acerté. Era un notario.
Hablaron durante unos minutos que me resultaron inmensos sobre terminos, propiedades, y solo numeros los cuales no me llamaban la atención. Pronto comenzaron a firmar un montón de papeles y Charlien me dio el boligrafo para que firmara.
-Los herederos deben firmar ahora- dijo Glen dandole la pluma a Keidy.
Festejamos por un rato a pesar de que yo no tenía humor para esas cosas, no entendia siquiera como conseguian una cita con un notario a las once de la noche.
Despues de un rato de celebrar y beber comencé a platicar con mi padre.
-Vas a trabajar en sistemas con Keidy- me dijo.
-Sabes que no se nada de computadoras- le contesté.
-El chiste es que te enseñe como- me guiño un ojo.
-Estas borracho, ya callate- le grité.
-Vamos afuera hijo, tenemos que hablar- me sacó de la oficina tambaleandose de un lado a otro debido a su estado.
-¿Por que me haces esto?- le pregunté.
-Es por nuestro bien.
-Tu bien querras decir- me crucé se brazos.
Charlie me puso un dedo sobre los labios de manera torpe y siseo. Yo me sacudí y dejo caer su brazo.
-Debes conquistar a Keidy y todos estaremos contentos- me sonrió.
-Papá, tengo novia- le dije en voz baja.
-Mandala a la mierda, no te servirá para nada.
-Papá por esa razón... ni siquiera por ti voy a querer estar con Keidy- alcé la voz.
-Wow, realmente se nota que me quieres, imbecil.
Escuhé la voz de Keidy a mis espaldas y lo unico que se me ocurrio pensa fue:
<<Demonios>>
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Liston Rojo
RomanceJulian es un chico solitario que decide emprender un viaje en la legendaria supersticion del liston rojo que, atado a tu muñeca rige tu vida. En su primer dia de clases conoce a Valery, la amante perfecta y a Keidy, la chica que invoca su lado roman...