Ojos Abiertos

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Posiblemente no se dio cuenta, no dijo nada, no estuvo nerviosa, todo pasó como siempre.
Por un momento deseé que se hubiera dado cuenta, o que hubiera significado tanto para ella clmo para mi, pero era un simple accidente, del los que nunca se repiten, de los que en algún momento recordaremos y reiremos de lo estúpido que suena.
Fumaba un cigarrillo como de costumbre, con ella en la azotea de siempre.
Ella se recostó en mis piernas sin decir nada.
-Tengo sueño- dijo mientras me quitaba el gorro azul que llevaba en la cabeza.
Se lo puso y se tapó los ojos con el mismo.
Hinalé el humo del cigarro y como modo de broma se lo pensaba soltar en el rostro, pero sonrió y me tapó la boca suavemente.
-No- dijo riendose-. puedo verte.
Retiró su mano de mis labios y de pronto me di cuenta de lo cerca que estaba de su rostro y lo exitante que resultaba la idea de robarle un beso en ese momento.
Pero retrocedi.
<<No arruinaría con esto una amistad tan perfecta como la nuestra>> Me alejé lleno de resignación y tomé más más de aquel humo amargo.
Regresé al departamento en el aue como de costumbre me esperaba Valery.
La casa despedía sonidos guturales provenientes de una bocina. Valery bailaba de un lado a otro al ritmo de A Match Into the Water de Pierce the Veil.
-Llegaste.
-Si, lo hice- le sonreí.
Con todo lo que había contemplado y pensado en esos días, resultaba incómodo estar con ella como si nada ocurriera.
-Hoy iré a una fiesta. No me esperes- dijo sonriendo y aun brincando en el sillon con sus shorts cortos y su blusa roja favorita.
-Nunca lo hago, a demás creo que hoy me quedaré en el trabajo hasta tarde-contesté.
-Iré a bañarme- dijo después de que acabo la canción y salió disparada al baño.
Ahora lucía llena de vida, aun estaban las ojeras en su lugar y esa tez pálida contratando con el rosa vivo de sus labios, los arcos que formaba su cabello seguían sobre su rostro. Era definitivamente ella pero estaba llena de vida.
Sonó de manera insistente mi celular, era una llamada de Sophia, a estas alturas o me sorprendía si me llamaba o Mel texteaba inmediatamente después de llegar de la escuela.
-Tengo que decirte algo muy importante- me dijo.
-¿que pasa?- pregunté con cierto temor a lo que fuera a decir por su tono.
-Ah... es complicado- soltó un pequeño grito.
-Solo sueltalo- dije.
-¿No te ha pasado alguna vez que te gustaba una persona, anduviste con otra y después de querer y terminar con esa persona te gusta más la primer persona que te gustó?
-Así o más revuelto- bromeé con temor de que mi voz temblara por la extraña sensación de tristeza al saber perfectamente a lo que se refería.
-Solo responde- me dijo.
-Pues no- intenté sonar normal- supongo que a ti si.
Después de escuchar un suspiro al teléfono continué.
-¿Quien te gusta?... si se puede saber- realmente no sabia si era algo que podía preguntar, no sabia que tan cercanos eramos.
-Hmm... adivina- aun se escuchaba seria.
-No lo sé... ¿Es del colegio?
-Si.
-Espero que no sea Sergio de nuevo- dije al tanteo.
-Claro que no, con ese estúpido ni volviendo a nacer.
-¿Es del salón?- intenté de nuevo.
-Te estoy pidiendo que adivines porque es muy obvio- rió al fin.
Respiré profundo, esa falta de aire no era normal en mi <<Que demonios pasaba>>
-Haré una pregunta muy estúpida.
-Hazla- contestó.
-¿Te gusto yo?
Hubo silencio.
En ese momento recapitulé la situación, si hubiera omitido mi advertencia pude haberlo hecho parecer una broma, pero ya no había vuelta atras.
-Si.
Dos letras que causaban más estragos que un sermón de dos horas.
-Es que eres tan... diferente- dijo con ligeros matices de risitas.- a diferencia de Sergio no necesitas estar rodeado de gente para sentirte bien, y me das mi lugar que es lo que más me gusta- continuó.
No supe que decir, me quede totalmente mudo.
-No me contestas, creo que non debí habertelo dicho, me mato- rió nerviosa.
-Es que tu también me encantas- dije en voz alta-. Pero el demasiado bueno como para ser verdad.
-Julián, en serio, me gustas...
Eso era todo lo que tenía que escuchar para sentirme vivo al fin.
Después de mucho hablar de mil y un cosas y de sentirme con vida terminé la conversación para ir a la oficina con una enorme sonrisa en el rostro.
Al entrar a la oficina Keidy me tomó por los hombros y me lanzó al pasillo en rl que habíamos hablado la vez anterior.
-¿Qué te pasa?- pregunté.
-Tenemos que ir a algún lado en donde nadie del edificio nos escuche.
La expresión en el rostro de Keidy me había asustado bastante, estaba claramente nerviosa y algo alterada.
-Pero ¿Que ocurre?- pregunté alterando me gradualmente.
-Charlie, se lo llevaron preso.
Me sentía libre, me sentía asustado, me sentía alegre y me sentía triste.
<<Que demonios...>>

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