Parte III: Resúmenes

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Desperté por la mañana para prepararme un café.
Muchas cosas habían cambiado en mi vida desde aquel último recuerdo de mi segundo año.
Al army le había ido bastante bien:
Cameron ahora era abogada en la corte de justicia de Estados unidos.
Miles había emprendido una retorcida carrera en el mundo de la pornografia, nunca quise ver ninguno de sus cortos porque todos eran gays.
Alexia se casó con un cantante bastante reconocido y ahora vive en Europa, mientras estudia artes plásticas.
Brenda estudia filosofía y tiene la idea de nunca dejar la escuela y algún día publicar algún libro.
Gabbe conoció a Eddie y comenzaron una idea de crear una banda que realce el significado del Post-Hardcore.
Keidy trabajaba para una compañía japonesa como programadora.
Mi madre se casó de nuevo, ahora vive en Nueva York con su marido y un niño de tres años.
Enzo trabaja aun para su padre...
No volví a saber de Sophia, dos semanas después de que inició el tercer curso desapareció, parecía como si la tierra se la hubiera tragado
Mucha gente se alejó, pero también se quedó mucha gente, y gracias al cielo fueron los que más me importaban como Joss...

-Dios mio, consiguete unos pantalones- dijo entrando a la cocina de una manera nerviosa tomando una tasa y llenandola de café.
-¿No te gusta mi atuendo?- sonreí.
-Estas en bóxer en mi cocina, claro que no me gusta, es asqueroso- repuso con exagerada prisa.
Desde hacía unos cinco meses compartíamos un departamento, nuestros ingresos no eran suficientes así que rentamos curiosamente el mismo departamento que usaba hacia unos años en Rock Falls.
-¿Tienes una cita?- pregunté.
-Si, y es a las ocho, mierda- dijo.
-Pues date prisa- respondí después de ver que mi reloj marcaban las siete cuarenta y cinco.
-Ya me voy- se dio la vuelta.
-¿No te vas a despedir?- sonreí.
-No me acercaré a ti cuando estas semidesnudo- se rió y salió por la puerta con las llaves de su carro en las manos.
-Por cierto, hoy voy a dormir en el departamento de Helen- dije antes de que cerrara la puerta.
-Demonios, hoy no traeré a nadie al departamento- hizo una mueca de resignación que remarcó sus hoyuelos de las mejillas y cerró la puerta.
Helen era una chica que habia conocido en la carrera y era mi nuevo amor. A decir verdad no sentía nada en absoluto por ella, pero no quería ser mala persona y herir sus sentimientos con una tan horrible frase como "No me gustas" a demás de que era una chica linda y de buen físico, así que cualquiera de mis dos opciones (si o no) serian verdades a medias.

Tomé mi tasa de café y subí velozmente a mi habitación en donde me aguardaba un traje barato de color azul que usaría para mi cita de hoy.
Había dejado mi trabajo en un teatro debido a que me recordaba a la miserable de Sophia, cada vez que pisaba el escenario recordaba que aquel guión que adapté, era el mismo con el que le había prometido que me acordaría de ella. <<Maldita promesa>> escupió mi subconsciente al terminar de abrocharme los botones de la camisa.
Salí con unos lentes oscuros hacia el estacionamiento en el cual me esperaba un Volvo rojo. Un regalo del nuevo esposo de mi madre. Mi madre tenía uno igual en color negro.
Abrí el auto con vivacidad y aceleré pisando muy despacio el pedal del acelerador. En el estéreo había puesto la canción de Vinyl de Zoe.
Mi entrevista era en la editorial que sacaría alguno de mis textos en forma de libro si me iba bien. Era triste pensar en que haría lo que me prometí jamás hacer: trabajar en una maldita oficina.
Bajé del auto después de estacionarlo en el aparcamiento del edificio que tenía exactamente la misma pinta gris de todos los demás edificios.
Subí corriendo las escaleras hacia el primer piso en el cual tomé un elevador que me llevó al piso trece.
Entré caminando rápidamente como ya era mi costumbre.

-Pase- dijo un señor de unos treinta y tantos, con barba oscura y un poco de sobrepeso al verme a través de las paredes de vidrio cromado de su oficina.
-Hola, perdón por la tardanza.
-No se preocupe, acabo de llegar yo también- tomo asiento de un lado de su escritorio y yo lo imité pero del otro lado.
-Por cierto. Soy Julian Savedra- dije con una sonrisa torpe en el rostro.
El hombre sonrió en forma de burla, y habló:
-Lo sé, mi secretaria me dijo su nombre cuando pidió informes.
-Se me pasó por un momento- solté una muy corta risa.
-Tienes carisma, algo que muy pocos tienen. Me agradas.
-No es muy común para mi escuchar eso- me puse nervioso, pero continué sonriendo.
-¿Tienes experiencia como editor?- preguntó comenzando a mostrarse serio.
-no mucha, es decir, soy bueno escribiendo y tome algunos cursos en la universidad pero... nunca me he encargado de la edición de un libro- no podía parar de sonreír, mi cara parecía estar paralizada.
La entrevista resultó entretenida, después de hacerme un par de test me dijo lo que quería escuchar: "contratado" agradecí y salí de su oficina un tanto alegre.
Salí del edificio hablando por teléfono con Joss.
-Me dieron el trabajo- dije.
-Que bien- sonaba contenta al otro lado del teléfono.
-Lo sé, insinuaré mis textos para ver si de alguna manera hago que lea alguno.
-Suerte con eso, yo aun estoy esperando por mi entrevista- dijo lo último con un aire de desesperacion
-Demonios- dije torciendo la boca a pesar de que sabía que no podía verme-, pues suerte.
-Gracias. Debo colgar, nos vemos en el departamento.
Colgué y baje las escaleras que habían frente al edificio y vi pasar un auto negro, la mirada de la chica que iba en la parte trasera me resultó familiar.
No podía ser ella.
Mas bien... estaba totalmente seguro de que era ella.
El auto entro al estacionamiento y yo supe que era ella.
Me negaba a pensarlo, pero lo que acababa de ver no era una ilusión.
Era Sophia.

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