Confesion

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Pasó una semana sin ver a Keidy, por fin sentía que la balanza se inclinaba a un lado: al lado de Valery.

Llegué a la escuela, ambos habíamos hecho algunos amigos en el salón, ella comenzó a quedar con un par de chicas... <<explosivas>> era la expresión correcta. Y yo con un grupo de chicos, a los que se les agregó Dennise.

El lunes, despues de despedirme de Joss subí a la clase de Matematicas, ella estaba sentada en el lugar de siempre y el par de chicas estaban cerca de ella.

Había cruzado algunas palabras con las dos, pero no resultaba muy comodo congeniar con ellas.

Llegué y le tapé los ojos a Valery.

-Julián- dijo antes de otra cosa.

-¿Como supiste?- pregunté sonriendo

Antes de que contestara las chicas me miraron y sonrienron, la mas palida dijo:

-Nosotras nos vamos.

Cumplieron su palabra y se alejaron mientras Valery se levantaba y me respondía.

-Tu aroma... y tus manos son mas suaves de lo normal.

Se puso de puntillas y me dio un beso.

Sus labios amargos como de costumbre me hicieron sucumbir.

-Traje té helado- me dijo sacando una lata de su mochila-. ¿Quieres?

-Claro... es mi favorito- le contesté.

Estabamos en nuestras tipicas poses de todos los días; ella estaba sentada con las piernas cruzadas en su banca y yo estaba pegado a ella, sentado de una manera despreocupada.

Tomé un sorbo de té de la lata y continuamos platicando durante toda la clase.

Extrañamente no era una perdida de tiempo, tomé los apuntes del día a día y al finalizar la clase salimos hacia el largo pasillo.

-Vamos al jardin ¿Si?- me preguntó poniendo los ojos de niña que tanto me encantaban.

-Vamos- le contesté.

Realmente no tenía ganas de trabajar y no estaba dispuesto a platicar con nadie, excepto con ella, a pesar del primer dia, ahora resultaba diferente, tranquilo y apasible el estar junto a la chica de los ojos negros.

Llegamos al jardin y tomamos asiento al pie del arbol que escogimos como nuestro.

-Cuentame de tu familia- me dijo encendiendo un cigarrillo.

-Oh no, historia sumamente triste.

-Solo cuentamela... soy tu novia y deberia conocerte... en teoria- ispiró el humo del cigarro y lo soltó entre sus gruesos labios.

-¿Hermanos?- continuó empeñada en la situacion.

-Ninguno.

-¿Padre?

-Es un maldito infeliz- antes de que volviera a abrir la boca dije: -A demás yo tampoco te conozco.

-Mi madre trabaja de bar-man y mi padre vuelve a casa cuando quiere. Hermanos, no. Tios, una y está loca y embarazada. Abuela materna igual de loca que mi tía. ¿Novio? Deberia decir mi hombre perfecto y se llama Julian.

Me cohibió la ultima frase que dijo, no supe que contestar y no supe si palidecí o si me ruboricé.

-Padre- comencé siguiendo su idea-. Idiota. Hermanos, no. Tios lejanos, excepto una tía. Novia... La más loca pero hermosa del mundo.

Ella sonrió al escucharme decir eso, pero su sonrisa se apagó lentamente.

-¿Mamá? No mencionaste nada de ella.

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