Toqué la puerta con temor, estaba delante de la casa de Valery, era extraño pero iba en busca de una amiga y no de una amante.
-Hola- dije con voz baja.
-¿Qué pasó Julián?-preguntó.
-Es solo que... pensé que podría platicar sobre algo contigo pero fui muy estúpido...
-Dime- dijo en un tono cálido y su mirada uraña que siempre usaba se endulzó.
-Creo que vine porque no tengo amigos a los que le tenga confianza, claro, con excepción de Joss, pero no quiero sermones, solo a alguien que me escuche.
-Explícame, no hay problema, podemos confiar el uno en el otro ¿Esta bien?- sonrió y me llevó al sofá.
-No terminó muy bien, no fue por lo que pasó pero... no se siquiera como sentirme- sonreí-, no se si sentirme patético, si sentirme mal o si olvidarlo y que me de igual.
-Pues yo tampoco, sinceramente... yo me siento igual con lo que me estas contando- contestó.
-Sabía que no debía meterte en esto- dije sintiéndome realmente miserable.
-Está bien Julián- comentó.
En ese momento, con todas esas palabras, y todas esas acciones no sabia siquiera en quien pensar primero. Sophia o Valery.
-Yo te quiero demasiado- la tomé de la mejilla-, pero no sé cómo tenerte sin lastimarte.
-Si me quisieras no te hubieras ido- me contestó.
En ese momento entendía muchas cosas que ni mi cerebro ni mi corazón podían asimilar. Tal vez siempre había sido Valery, tal vez Sophia solo era una historia y ya o tal vez era al revés.
Me sentía estúpido y con el corazón roto gracias a lo que me acababa de decir Valery.
-Lo sé- fue lo único que pude artícular mientras bajaba la mirada.
-No te preocupes, tal vez en algún momento la vida nos quiera juntos de nuevo...
-Tal vez algún día ponga mi asquerosa mente en orden y aprenda a valorarte- continué.
-Prometamos algo- dijo con los ojos a punto de desbordarse por la tristeza-. No nos volveremos a ver, ni a buscar, si siquiera nos dirigiremos la mirada si nos encontramos en algún lugar... hasta que vivamos un poco y hasta que todo este drama termine.
Me sentí aun mas miserable, era terrible la idea, pero era lo menos tortuoso para los dos.
-Esta bien- prometí con dolor.
Me levanté y me dirigí a la puerta. Recordé la triste escena bajo la lluvia en donde se despidió de mi y entendí que este era mi turno de hacerlo yo.
-Pero antes... quiero darte el último beso- me giré y sin pedir permiso la besé, sentí el sabor amargo de sus labios por última vez en lo que estimaba, sería un largo tiempo.
Me separé de sus labios y salí de la casa.Hice una lista de cosas por hacer en mi mente. Decidir lo que pasaría con Sophia seria lo primero, olvidarla seria lo segundo...
Escribí un mensaje de texto para ella:Yo: ¿Podemos hablar?
Sophia: si.
Yo: Tal vez ya no haya lo mismo entre nosotros, pero quiero que seamos amigos.
Sophia: Pensemos lo bien, aún es muy pronto.
Yo: Esperaré...Bloqueé el teléfono y me dispuse a esperar a mi madre.
-¿Qué pasó con Sophia?- preguntó al verme en mi cama.
-Nada... terminé con ella.
-¿Por qué?- dijo sentándose a mi lado.
-Me desesperó- dije fríamente de manera evasiva.
-Se veían muy felices.
-Gracias, quiero dormir un poco- dije.
Me giré para no verla y cerré mis ojos.
Lo único que me molestaba un poco era que ya estaba acostumbrado a estar solo, era lo que me hacía hasta cierto punto feliz, y mi madre intentaba estar conmigo por todo el tiempo que no pudo estarlo, pero no podía aceptarlo tan rápidamente.
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Liston Rojo
RomanceJulian es un chico solitario que decide emprender un viaje en la legendaria supersticion del liston rojo que, atado a tu muñeca rige tu vida. En su primer dia de clases conoce a Valery, la amante perfecta y a Keidy, la chica que invoca su lado roman...