Melodias

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Llegue al hospital unos minutos despues de haber encontrado a Valery, mi piel estaba mas blanca de lo normal. Y la de ella yacía manchada de una sangre oscura que contrastaba con su palidez casi absoluta. Como el dia del incidente con mi madre mi cuerpo me jugó una broma, me impidió caer inconciente, tuve que sentir las puntadas, el miedo al entregarle a la palida Valery al medico. Tuve que sentir todos y cada uno de los dolores fisicos y mentales.

Dormí en el hospital. Cuando desperté Charile estaba sentado en el sofa del fondo de la sala y Joss estaba recostada en un sofa individual a mi lado.

-Joss- le moví un brazo para que reaccionara. Como no funcionó continué: -Joss despierta-. Terminé entre susurros.

-Julian- dijo con una voz cargada de pereza.

-Ya estoy bien pero... ¿Y Valery?

Joss hizo una mueca que me confirmó que algo andaba mal.

-¿Que noticia te doy: La mala o la muy mala?

Puse los ojos en blanco y contesté:

-Mejor dime todo.

Suspiró y comenzó a hablar.

-Los medicos creen que intentaron suicidarse y que te arrepentiste. Y Valery esta... un poco peor que tú.

-¿Que pasó? ¿Por que creen eso? - me exalté.

-Tu tienes una herida en la muñeca derecha, cuatro puntos en la rodilla por los vidrios que se te introdujeron. Ella tiene dos cortadas profundas en los muslos, multiples cortadas superficiales y una herida en la misma muñeca que tú. Por eso creyeron que iba a ser un suicidio de dos.

-Pero que idiotez-le dije.

-Lo sé, sé que amas demasiado tu vida como para suicidarte.

Solte una risita.

-Me conoces muy bien- le sonreí.

Un par de minutos despues Charlie firmó el alta y entre Joss y él me llevaron al auto, Joss y mi padre durante toda nuestra amistad solo habian cruzado dos palabras.

-Dejame llevarte a casa- me dijo Charlie.

-No, iré con Joselyne- contesté cortante

Pude observar en la oscuridad de la noche como sus nudillos se ponian blancos de cierto enojo mientras Joss me decía en voz baja:

-¿Estas seguro?- le dedico una mirada fugaz a mi padre.

-Si, ahora mismo lo que quiero es descansar, no estresarme.

Subí a su auto rojo y vi a mi padre parado, sin moverse mientras Joss aceleraba y se marchaba.

Cuando llegué al departamento no soporte la curiosidad y levanté la gaza de mi herida, lo que vi no era agradable, una plasta de sangre casi negra y coagulada al rededor de una linea mas roja envuelta en un hilo negro.

Senti por un momento la necesidad de vomitar pero me resistí. Estaba muy cansado y me acosté. La liberacion de tanta adrenalina me habia dejado exausto y lentamente con el sonido de la lluvia me dejé llevar a uno de los mas profundos de mis sueños.
Valery yacía en un sofa rojo, ambos estabamos en un cuarto blanco. Ella se encontraba en la misma posicion en la que la habia conocido, pero no me habia dado cuenta de que al otro lado se encontraba un sofa negro. En el habia una Keidy que tenia una sonrisa torcida, llena de maldad. En una de sus manos tenía un trozo de aquel espejo hecho añicos en la habitacion de Valery. Volví a entornar la mirada a ella y se encontraba derramando sangre sobre el piso blanco. Sus muñecas estaban cortadas y ella estaba inerte, sin vida.

Abrí los ojos como platos, mi sudor se sentía frio y afuera del departamento caia un chuvazco que me hacia dudar acerca de la hora. Parecian ser las seis de la tarde, pero eran las ocho de la mañana.

Caminé por la calle hasta una tienda de flores y decidí comprar una rosa como la que había comprado el dia del incidente.

Llegué al hospital con la rosa enrollada en el tallo. Cuando abrí la puerta de la habitación Valery estaba sentada en la camilla, con el pelo en la cara y un block de dibujo sobre las piernas.

Me miró y de inmediato desvio la mirada de vuelta al dibujo que estaba tomando forma sobre el papel.

-No deberías estar aqui- inquirió sin voltearme a ver.

-¿Por que me dices esto?- pregunté dejando la rosa sobre la mesa que estaba al lado de la camilla.

-No puedes estar conmigo Julian.

-Valery no digas idioteces- espeté.

-Perdon por hablarte así- no despegó ni un poco la mirada del boceto sobre sus piernas-. Me siento una basura.

-No eres basura Valery- me senté en su cama y ella por fin dejó su dibujo a un lado.

-Tu no perteneces a mi costal de mierda... simplemente porque tu no lo eres- tomó aire y se depegó la gaza que cubria su herida igual a la mia-. Esto te lo puede demostrar.

-¿Te olvidas de que yo tengo la mia?- pregunté y levanté mi gaza. Le dediqué media sonrisa y continué-. Creo que ya estamos en el mismo saco de mierda.

Esta vez le sonreí ampliamente, mostrando mis dientes; algo que no hacia casi nunca.

Se levantó de la camilla y me sonrió antes de darme un beso largo, cargado de pasion pero tambien de dulzura.

Sali del hospital y me adentré en la lluvia, que mas bien parecía una tromba. Corrí hasta mi carro mientras mis Converse salpicaban el agua por donde quiera. Entré y me sentí resguardado del frio. Mi cabello estaba goteando agua por donde quiera y mi chamarra se sentia mas que empapada, me la quité y la arrojé al asiento trasero.

Algo había cambiado, algo se sentía diferente, la calidez se volvía fuego y las gotas de lluvia de pronto eran simples trozos de hielo reluciente cuando estaba con ella. Todo se transformaba.

<<¿Que demonios está pasando?>>
***
Para no abrumarlos tanto con el final de la historia he decidido que este fin de semana habrá maratón de tres capítulos seguidos!!! Compartan la historia y recomiéndenla! Me ayudaran mucho :D

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