CAPITULO 26

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Mi cuñada y yo no la pasamos casi todo el día en el centro comercial, compré más de una prenda y por supuesto elegí uno de los teléfonos mas caros y de alta gama que había. Lo primero que hice al llegar al Castello es bañarme y colocarme algo cómodo. Estaba cansada, últimamente me la pasaba mas dormitando que despierta, claro está que tenía que dar la cara por la casa si no mi suegra se preocuparía, a parte acordamos junto a mi cuñada tomar el té cada cuatro de la tarde.

Me lavo la cara y miro la hora en mi teléfono, era apenas las cinco y media, posiblemente Leonardo llegue para la cena. Pienso en lo que me dijo en el club, la posibilidad de que mi ex marido este vivo, en lo mucho que me llegaría afectar si apareciera. Suelto un suspiro y niego, "no pasara nada", el mundo es muy grande puede estar en otro país, incluso casado y con los hijos que tanto quería.

Deseaba pensar en eso, o mejor de que en realidad está muerto.

Ya había pasado la hora del té, puede que mi suegra haya salido a pasear con sus amigas cosa que hace muy a menudo. Tomo el móvil entre mis manos y marco el numero de mi hermano, en el segundo repique esté contesta al instante.

—Hola...—escuchar su voz tras aquel teléfono me lleno de un alivio que no pensé que necesitaba sentir.

—¡Omar! —murmuro apenas en un hilo de voz.

—¡Amaya!, enserio eres tu —sonrió sin poder creer que después de tanto tiempo al fin puedo escuchar su voz.

—Hermano mío ¿Cómo estas, como te encuentras? —pregunto emocionada.

—Estoy bien, me alegra escuchar tu voz pequeña, ¿Cómo te encuentras?, he estado preocupado por ti durante todo este tiempo, incluso ya estaba planeado atacar, pero padre me convencio junto con Harum que no era conveniente, por eso acepte unirme a ellos en su jodido grupo.

—Esto bien hermano no te preocupes por mí, Leonardo es bueno, me trata como una reina, aunque me costó un poco convencerlo de que me dejara usar el teléfono, este es mi número guárdalo vale —miro hacia la puerta implorando que no llegara mi esposo.

—¿Él no quiere que hables conmigo verdad? —suelto un suspiro.

—Si, él cree que si hablo contigo me convencerás de volver —respondo sin más.

—Quiero que vuelvas Amaya, tu lugar está aquí con nosotros —trago saliva y miro un punto fijo de la habitacion.

—¡No!, ahora mi hogar es el lugar donde se encuentre mi marido —respondo con el mismo tono de voz bajo pero lo suficientemente firme como para que entendiera.

—Eso no es cierto, olvida lo que madre te dijo, olvida la manera que se te fue criada hermana mia, y vuelve, solo tienes que pedirlo y yo soy capaz de quemar el lugar donde esta con tal de salvarte del infierno que estes pasando.

—¡Ya te dije que estoy bien Omar!, Leo es mi marido y aunque te parezca extraño le quiero, le quiero mucho no seria capaz de hacerle esto mucho menos ahora que estamos en un momento crucial de nuestro matrimonio.

—No me gusta escuchar eso Amaya, es mas me molesta saberlo. Deberías pensarlo bien Leonardo no es un hombre bueno, en si nadie lo es.

—Ali tampoco era un hombre bueno y termine casada con él, pase un infierno a su lado —el silencio tras el comunicador me dio la respuesta que temía.

—Hermana...

—¿Está vivo verdad? —no hay respuesta —¿Por qué me mintieron, cual era la necesidad de hacerlo? —pregunto con el corazón latiéndome con fuerza en el pecho.

—Padre y Harum pensaban que era lo mejor no contarte nada —responde.

—¡Cuando dejaras de vivir bajo la palabra de nuestro padre y de Harum Omar, eres el jefe del inframundo, pero dices y haces lo que ellos quieren! —refuto molesta y a su misma vez dolida —tenia el derecho de saberlo Omar, el derecho de saber que el hombre que arruino mi inocencia seguía vivo, que ustedes no había sido capaces de vengarse por mí, por todo lo que me hizo pasar —la rabia hervía dentro de mis entrañas.

ESCLAVO DE TU AMOR TOMO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora