CAPITULO 35

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CINNIA.

Entro al pub, hoy me encontrare con Dionisio para planificar como le diremos a todos de nuestro romance, a su misma vez tocar el tema de la próxima boda. Habíamos decidido que no fuera algo extravagante, solo familiares y allegados. Mi hermano más o menos se sospechaba todo, mis salidas son muy constantes al igual que las llamadas y los mensajes.

Sabía perfectamente que Leonardo sospechaba de mi extraña actitud, pero no pensaba dejar que el decidiera esta vez por mí. Ya tuve un matrimonio fracaso no pienso por nada en este mundo que este matrimonio fracase.

Me siento en uno de los taburetes que están en la barra y pido mi coctel favorito mientras espero a mi prometido.

Voy por la segunda copa cuando siento que alguien me jala de golpe girándome al instante —¿Qué demonios haces aquí? —Simone se encuentra frente a mí, vestido con sus típicos trajes de tres piezas color negro.

Frunzo el ceño y me cruzo de brazos —soy una mujer libre puedo hacer lo que me venga en gana —refuto molesta. Cuando estaba casada con él, Simone odiaba que bebiera decía que era poco femenino que una mujer lo hiciera.

—Claro... por supuesto, ¿y donde están tus guardaespaldas? —vuelve a preguntar. Sus ojos me escanean de arriba abajo como si fuera un objeto que está evaluando. Conocía esa mirada estaba buscando alguna estúpida excusa para prohibirme algo y que yo le haga caso sin refutar.

—Están fuera —respondo. Vuelvo a sentarme para tomar un sorbo del coctel he ignorarlo completamente.

—No deberías estar sola aquí Cinnia, déjame llevarte a casa —va volver a tomarme del brazo, pero le esquivo.

—¡Ya basta Simone, ya no estamos casados como para hacer lo que digas! —respondo furiosa. Por el rabillo del ojo observo a Dionisio camina hacia mí.

—Cinnia, yo aun te...

—Mi amor —la voz de mi prometido se cuela por mis oídos y sonrió. Simone gira su cabeza para ver a Dionisio detrás de él —¿ocurre algo? —pregunta mirándonos a ambos con curiosidad.

—¿Debería ocurrir algo Cavalli? —habla Simone, ambos hombres se miran como si fueran a matarse en este momento —¿Por qué diablos le dices mi amor a mi esposa?

—Te recuerdo Simone que tú y yo ya no estamos casados —objeto —entre tú y yo no hay nada, ahora estoy siguiendo mi vida lejos de ti en compañía de mi prometido Dionisio.

—Comprometido... ¿Cómo es posible eso? —frunce el ceño —ósea que durante... durante este tiempo que hemos estado separados te has estado revolcando con este idiota.

—¡Oye, oye más respeto Piere!

—¡Respeto!, me hablas de respeto cuando eres tú el que no respeta mujeres ajenas.

—Cinnia ya no es tu mujer ahora es mía, ustedes están separado ¡separados!, y ahora nosotros nos vamos a casar.

—Eso no es verdad... —Simone posa sus ojos en mi —tú me amas a mi Cinnia, siempre me has amado, así como yo te amo a ti.

—Mi amor por ti murió en el momento en que decidiste traicionarme como el vil perdedor que eres.

—No puedes dejarme —ambos nos debatimos con la mirada —no puedes dejar de amarme.

—Ya lo hice, me voy casar con él ¡entiéndelo!, seré feliz a su lado cosa que no lo fui a tu lado —acorto la distancia que hay entre Dionisio y yo y rodeo su cuello. Poso mis ojos en los suyos dejándome cautivar por ellos —en el corazón no se puede mandar, y menos cuando este se siente tan bien latiendo contra mi pecho.

ESCLAVO DE TU AMOR TOMO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora