AMAYA.
Veo mi reflejo en el espejo, mis manos están hechas puños mi corazón late con gran fuerza contra mi pecho. Dejo derramar una sola lagrima solitaria hasta verla desaparecer por mi barbilla. Me limpio el rostro y respiro profundo, nada absolutamente nada va derrumbarme ahora, ni siquiera las acciones de Leonardo.
Esta mañana me levante con dolor en el cuello por la mala forma en la que dormir. A noche estuve a punto de entregarme a mi marido, estaba dispuesta a todo por volver a reconciliarnos, pero después de lo que vi, de lo que sentí dudo mucho que vuelva a mirarle igual.
No sé por qué me sorprendo no es como si fuera la primera vez que me engañaran, pero... duele, duele que sea él.
Me termino de arreglar y salgo de la habitación, me encuentro a mi suegra en el camino ella al verme me ve con un deje de tristeza.
—¿Cómo has amanecido hoy cariño? —su pregunta me acongoja.
—Estoy bien —respondo impasible. Sigo mi camino, estoy por cruzar el pasillo cuando su voz me detiene.
—No dejes que el orgullo rompa tu matrimonio Amaya, los hombres son hombres, débiles ante las mujeres por naturaleza, pero tú eres su esposa, eres la reina de su imperio y mi hijo te ama, te ama tanto que sufre por ello.
—Ojalá solo se tratara de orgullo mi señora —refuto —su hijo rompió una promesa —ya nada será igual, él lo sabe y creo suponer que usted también.
Cruzo el pasillo que me lleva a las escaleras. No hay manera de que perdoné esta falla ya perdoné muchas con anterioridad, el me prometió no fallarme y ya lo hizo al engañarme con otra mujer, al manchar nuestro amor con su infidelidad.
Bajo las escaleras y camino sin hacer el mínimo ruido al caminar a pesar de llevar tacones y el piso es de mármol. Entro al comedor y me lo encuentro sentado en su habitual silla en el cabecero de la mesa. Levanta su rostro al verme por el rabillo del ojo y se levanta al instante.
—Amaya...
—No digas nada por favor, solo quiero desayunar tranquila —respondo caminando hacia mi lugar en la mesa. Él se vuelve a sentar y da la orden de traerme el desayuno.
Las chicas del servicio sirven la mesa y se retiran en silencio. Voy a tomar un sorbo de mi jugo cuando siento su mano rosar la mía —hablemos...
Retiro mi mano —no estoy de ánimos para hablar Leonardo, es más... —le miro a los ojos —preferiría que no tocáramos el tema de ahora en adelante. Voy hacer de lo que hiciste como si nunca hubiera pasado.
—¿Estas siendo muy dura conmigo Amaya? —frunce el ceño —entiendo que ahora ya no quieras volver a nuestra habitación ya estoy acostumbrado a dormir solo —responde.
—¿Me estas reclamando? —niega.
—No te estoy reclamando, y entiendo que te hayas aislado de mi lo entiendo, pero... —niega —este tiempo sin ti a mi lado fue un completo martirio.
—¿Por eso tenías que engañarme? —pregunto —¿por eso tenías que ir al primer burdel que te encontraste para acostarte con otra? —no dice nada —eso mismo pensé, así que no me vengas de nuevo con lo mismo Leonardo, he sufrido mucho por la... —niego —no quiero recordarlo, no quiero recordar nada de lo que paso—me levanto sin siquiera probar un bocado —no te preocupes, cumpliré mis deberes como esposa, ya cumplí mi duelo.
El sonido de voces llega hasta aquí rompiendo nuestro desafío de miradas.
La primera en entrar al comedor es Cinnia junto a mi suegro y de ultimo mi suegra. Ellos se detienen un momento al vernos a ambos levantados y callados, pero continúan al ver el rostro neutro de mi marido.
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ESCLAVO DE TU AMOR TOMO 2
RomanceLEONARDO. Soy el sucesor de la mafia italiana, hijo único de la familia más poderosa de Italia y una gran parte de estados unidos. Mi deber como un De Rosa es vivir y morir por mi imperio manchado de sangre y pecado, mi deber es no caer bajo los hec...