CAPITULO 30

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LEONARDO.

Entro en mi despacho, saco mi teléfono de mi bolsillo y marco el numero de Zeus. Al tercer repique contesta.

—Dime...

—Necesito que hagas algo por mi —respondo. Le había prometido a mi esposa que la ayudaría a sacar a la chica de su país, sería un poco complicado, pero no imposible. Ya tenia un plan solo me falta que ellos estén dispuestos ayudarme.

—¿A quien tengo que matar? —responde. Observo el jardín por la ventana que conecta mi despacho al lugar.

—No tienes que matar a nadie, pero... necesito que me ayudes a sacar del Dubái a una mujer.

—No me digas, te enamoraste de otra mujer musulmana y quieres tenerla aquí como amante —una risita burlista retumba tras el teléfono. Suelto un suspiro leve sin mucha gracia.

—Amo a mi esposa Zeus, no seas ridículo. Si te pido esto es porque es una amiga de mi esposa, la chica esta embarazada pero su padre es un maldito que no se hará responsable —miento en eso ultimo por que no puedo asegurar que Harum no se haga cargo de ese niño si lo supiera —ella se llama Salome, es la sirvienta de Omar Abbar, nadie sabe a parte de ti, mi esposa, la cuñada de mi esposa y yo de que esta en cinta.

—Vale, va ser complicado, tengo entendido que la única forma de que una mujer salga de su ciudad natal con el permiso de sus familiares o bien con el permiso de su marido. Pero bien podemos falsificar su pasaporte.

—Falsificar su pasaporte y que uno de tus hermanos se haga pasar por su esposo, ese sería un buen plan.

—Vale... ¿y que ganare yo por ello? —pregunta. Puedo asegurar que el muy maldito debe estar sonriendo.

—Lo que quieras, siempre y cuando este en mis manos —respondo.

—Trato. Solo mándame sus datos y yo me encargo —cuelgo el teléfono. Esperaba que todo saliera bien, si no era así mi esposa me mataría. Voy a sentarme en mi silla detrás del escritorio cuando mi teléfono empieza a sonar. Le doy a la contestadora y respondo.

—Diga...

—Soy yo —escucho la voz de Simone tras el comunicador —quería preguntarte por mi esposa.

—Tu esposa esta bien, seguramente ya te llego el acta de divorcio —respondo sin mucha emoción; y por supuesto no mencionaría que mi querida hermana esta follando con Dioniso Cavalli, se armaría la guerra entre Roma y Campania si se enterara que su aun esposa se acuesta con otro hombre.

Sonrió mentalmente, por supuesto que la moral no es algo muy propio en los hombres de la mafia.

—Si llego. La verdad no pienso firmar nada, necesito hablar con ella Leonardo necesito que Cinnia entienda que podemos superarlo.

—Lo que deberías hacer Simone es firmar el acta y olvidarte de Cinnia, ya perdiste tu oportunidad —estoy cansado de este tema, ya lo que pude hacer lo hice, fue suficiente. Si mi querida hermana no desea estar con Simone quien soy yo para obligarla.

—¡No pienso hacer tal cosa! —refunfuña.

—Lo mejor es que lo habléis pacíficamente, voy hablar con Cinnia para que se reúna contigo y cierren ambos de una vez por todas sus problemas, pero lo mejor que pueden hacer es separarse Simone, si en algún momento de la vida o el destino llegan a reconciliarse podrán empezar de nuevo, y si quieren volver a casarse.

—No es mala idea si lo vemos de ese modo.

—Exacto, negarte a darle lo que quiere lo que hará es alargar mas las cosas —suelto un suspiro —y dudo mucho que mi hermana del brazo a torcer.

ESCLAVO DE TU AMOR TOMO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora