CAPITULO 29

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CINNIA.

Después de que mi hermano termina su reunión con Dioniso, bajo las escaleras fingiendo que me dirijo hacia la cocina. Los veo encaminarse hacia la salida ambos con el rostro neutro como si lo que acabaran de discutir fuera realmente serio. Me acerco a ellos contoneando mis caderas como toda la seductora que soy, y cuando ambos me ven terminar de bajar los escalones se giran para verme.

—Hermana... ¿vas de salida? —pregunta Leonardo con él entre ceño fruncido.

—Si, necesito hacerme una manicura, ya ese rosa pastel me aburre —respondo quitándole importancia.

—Si quieres te llevo, voy de salida —invita Dioniso mirándome con una mirada picara.

—Bueno...

—No es necesario, uno de los choferes la llevara —responde mi hermano arruinando la oportunidad.

—Puedo hacerlo, no tengo ningún problema además necesito ir al centro comercial a comprar un anillo a mi hermano.

—¿Para Zeus? —asiente —acaso se comprometerá.

—Algo así... es una larga historia, pero será para otro momento que él te cuente mejor.

—Bien, será para otro momento —responde.

—Ok, ¿nos vamos? —asiento. Mi hermano me mira dubitativo, pero no dice nada. Ambos salimos del castello y nos subimos a su auto, cuando ya estamos fuera de los confinamientos de mi hermano suelto todo el aire retenido —tiempo sin verte dolcezza.

—Igual digo —respondo sin mucha emoción, aunque por dentro este completamente nerviosa.

—Entonces... por donde comenzaremos, estaba pensando que sería bueno que hiciéramos un contrato.

—Eso no es necesario ya que no pretendo estar contigo más de dos veces —respondo.

—¡Eso no era lo que yo te había propuesto Cinnia!

—Y si he aceptado es porque me he divorciado, pero eso no quiere decir que piense guardarte fidelidad, cosa que estoy segura tu tampoco guardarías.

—Cinnia me has gustado por años, tanto así que estaba dispuesto a hacerte mía incluso sabiendo que estabas casada con el maldito de Simone, pero ahora que el muy bastardo no está en medio no pienso dejar pasar la oportunidad de ser el dueño de tu cuerpo y tus pensamientos.

—¡Estas herrado en una cosa Simone, yo soy una princesa de la mafia, no tengo dueño y no le debo nada a nadie como para que me aten de esa manera o me trates como si de un objeto se tratase!

—Ese no era el punto a donde quería llegar —responde. Él detiene el auto y se gira para mirarme a la cara.

—Necesito una esposa, una esposa hermosa he inteligente, que sea de buena cuna y por supuesto que me guste tanto como para quemar el mundo por ella.

—Ya estuve casada una vez, no sería conveniente y es reciente —respondo nerviosa por sacar el tema de mi fracaso de matrimonio.

—¿Y eso que tiene?, eres libre de elegir a quien quieras, y de que hayas tenido un fracaso matrimonial no significa que el nuestro fracase igual, y a diferencia de tu ex marido yo no te engañaría con otras mujeres.

—¿Quién me asegura eso, tu? —rio —te llame para tener sexo Dioniso, no para que me pidieras matrimonio.

Puedo ver la decepción en sus ojos —vale... eso es lo que quieres, bueno eso es lo que tendrás —él vuelve a encender el auto. todo el transcurso del viaje nos mantenemos en silencio y cuando se detiene en el estacionamiento del hotel donde se está quedando me abre la puerta para que baje. Cuando lo hago siento como me eleva entre sus brazos dejándome boca abajo.

ESCLAVO DE TU AMOR TOMO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora