Capítulo 12.

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Fue muy incómodo tener que seguir grabando con Nathaniel, el rey perfecto parecía que estaba más enfadado que yo por lo acontecido. Quizá irme así hirió su ego, pero no creo haber dicho ninguna locura al pedirle que use protección.

Volví a tener otro día de rodaje de «Tempestad en Lilith», recién había llegado a mi camerino y vi como Ivy entraba con una sonrisa cómplice.

—Hola Corazón, ¿No tienes nada que contarme?

—Hola Ivy... Pues, no... ¿Qué debería contarte?

—¿Te fuiste con Nathaniel ese día, no? En un segundo te tenía pegada a mí bailando y después ya no te encontré por ninguna parte, sospechosamente después de que él llegue.

—Sí, me fui con él, pero no pasó nada.

—Ajá, claro... ¿Estás bromeando?

—No, de hecho sí estábamos en dirección a eso, pero no quiso colocarse el condón y supe que no era para mí.

—Qué idiota. —Frunció el ceño —. Si me pidieras que usara uno lo haría, nadie en su sano juicio perdería la oportunidad de acostarse contigo.

Empecé a reír de inmediato. Creo que ya la broma se le está escapando de las manos, noto interés de su parte, pero no es mutuo y ya tiene novio así que lo ignoro, mas le sigo el juego fingiendo incredulidad.

—¿Y dónde te lo pondrías? —Seguí con la broma.

—Mmm... —Miró al techo —. Pues no lo sé, ¿Cómo se supone que se tiene sexo entre mujeres?

—Supongo que... ¿Con la boca? ¿Dedos?

—Veamos... —Sacó su móvil mientras se acercaba.

—¿Qué haces? —Miré la pantalla —. ¿Estás buscando porno? ¿En serio, Ivy?

—Sé que todo es actuado allí, pero algo de verdad tendrá que tener.

Me limité a seguir con mi vista allí por pura curiosidad, puso una página cualquiera y de los primeros videos había un pene del tamaño de mi brazo.

—Wow, ¿Esa mierda es natural? ¿Siquiera es posible? —pregunté a la nada.

—Concéntrate. —Puso el buscador.

Colocó uno de los primeros videos que aparecieron cuando buscó "lesbianas". Como si fuera algo educativo le presté atención. Adelantó por partes y vaya... Que energía tienen esas mujeres para cambiar de posición todo el rato. Iban de un lado a otro en la cama, usando la boca y dedos como pensaba pero también juntando sus intimidades, haciendo el 69 y un montón de mierda más.

—Hola chicas... —Escuché la puerta abrirse.

Giramos a ver de inmediato y nos quedamos paralizadas al ver que Matthew, Joselyn y un chico de producción entraron.

—Oye, toca la puerta antes de entrar. —reclamé.

Ellos tenían la cara desencajada, pero la asistente de Ward había tomado un color rojo radioactivo.

—¿Qué carajos hacen...?

—Informándonos del sexo lésbico. Ten respeto. —contestó Ivy apagando la pantalla.

—Ustedes dos son las chicas hetero más homosexuales que he conocido en mi vida.

—Uh... —Me quejé. —Solo tenemos curiosidad, es todo, ¿Que nunca te has preguntado cómo sería follar con un hombre o has visto porno de ese tipo?

—No, claro que nunca se me ha pasado por la jodida cabeza porque yo sí soy heterosexual.

—Ah, claro, nosotras somos las raras.

Después de la tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora