Capítulo 26.

7.8K 765 94
                                    

El día de mi muerte llegaré a preguntarle qué fue lo que pasó ayer, no quería recordar, solo hacerme la desentendida hasta que se pierda en lo más profundo de mis memorias. Estuve todo el vuelo manteniendo mi cerebro ocupado en jugar partidas del solitario que estaba en la pantalla de mi asiento. No dormí, seguía cansada, pero sabía que un minuto a solas conmigo misma me haría tener desvaríos mentales otra vez.

Cuando bajé era como viajar en el tiempo o esa era mi percepción, la hora indicaba las cinco de la tarde y tomamos el vuelo a las dos, la diferencia horaria es algo que me desorienta mucho.

Ya todos nos estábamos despidiendo, recuperé mis cosas, me quedé hablando un rato con los demás que iban yéndose uno a uno siendo recogidos por sus familiares o chóferes personales, otros directamente tomaron un taxi, un poco de todo. Me extrañé al prender mi móvil y ver que no había ningún mensaje de Vincent aparte del que me mandó de "buenos días" que solo dejé en visto porque olvidé responder.

Lo llamé una vez, me cortó al instante, pensé que quizá había sido un error y volví a llamar, me volvió a cortar. Hice un puchero molesta por la situación.

—No tenía idea de que la señora Ward tenía una hija y esposo... —murmuró Ivy colocándose a mi lado y con su vista clavada en alguna parte, la seguí y allí pude ver a lo que se refería.

Estaba Ellie abrazando a una niña que rápido reconocí como Keisy mientras Oliver hablaba con Tristan amistosamente.

Miré a mi amiga sin hacer un comentario al respecto. Quería corregirle, mencionar que ese hombre no era su esposo y que esa mujer probablemente es lesbiana aunque me sigo preguntando de dónde salió su hija, pero me abstuve porque no quería llegar a explicar cómo descubrí eso.

—Me voy, Roy llegó por mí —anunció con una sonrisa y me dio un beso en la mejilla a modo de despedida —. Adiós Corazón.

—Adiós Ivy, que tengas una buena tarde.

Me limité a saludar a su novio con una sonrisa incómoda. Recibí una llamada oportuna y me alejé un poco más del resto, era Vincent.

—¿Vincent?

—Yun... ¿Qué pasó?

—¿Cómo que "qué pasó"? Estoy en el aeropuerto...

—¡¿Qué?! ¿Tan pronto?

—Te dije que mi vuelo saldría a las dos...

—¡No me dijiste eso! ¡Ayer me dijiste que a las cuatro!

—Eh... No. Te dije a las 14:00...

—¡No! ¡Lee tu propio mensaje! ¡Dijiste cuatro!

Tenía muchas ganas de poder decir que yo tenía razón, pero revisé nuestro chat y era así, el mensaje decía "El vwuelo sale a Las. 4" con faltas de ortografía y todo incluido.

¿Por qué le dije eso...? Quizá sea por...

—¡Las 14:00 no es las cuatro! —reclamó leyendo mi mente.

Estuve analizándolo un momento por mi mente y llegué a la conclusión de que soy una estúpida, es probable que ayer cuando le contesté ya estuviera ebria. Llevé mi mano a mi cabeza a modo de regaño interno, dejé caer mi cuerpo para sentarme en una banqueta cercana.

—Bueno sí... La cagué —Detesto darle la razón —. Pero tú fuiste quien dio mi documentación para el vuelo, debiste ver a qué hora salían...

—¡Tengo más clientes aparte de ti!

—Pero a ninguno lo quieres tanto como a mí, ¿O sí?

—¿Ya estás aquí? —Ignoró mi pregunta.

Después de la tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora