Capítulo 47: Ellie 3.

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Un día como hoy, hace seis años te perdí.

Fue otra prueba de que no tuve que aferrarme a ti, que nuestras vidas iban mejor por separado, pero tardé mucho tiempo en aceptarlo pese a que escribí todo un libro que sirvió de sentencia.

Un día como ayer, hace seis años, recién caí en cuenta de que ya no éramos las personas que solíamos ser y por ende solo nos unía un recuerdo. Que nuestra relación era insostenible, que a pesar de que siempre te iba a desear lo mejor, ya no había rastro de lo que fuimos y todos los intentos de salvarnos eran en vano.

Y sin siquiera haberlo previsto, ya era muy tarde para decírtelo.

Keisy todavía no sabe el porqué nos detenemos en tu tumba, cree que nuestro único motivo de venir aquí es dejarle flores a su bisabuela. Lo siento Blake Wilson porque aún sigues siendo una desconocida para tu hija.

—¿Cuándo piensas decirle? —inquirió Oliver.

Ambos teníamos la vista clavada en Keisy mientras le daba migajas de pan a los patos del lago que había en ese lugar. Cada día que pasa crece más y se parece más a ella, incluso en personalidad.

—Tengo miedo de decirle y que me odie. ¿Crees que sería algo fácil de afrontar? "Keisy, yo no soy tu madre real y fui culpable de que muriera". ¿Cuánta sutileza le tendría que agregar para que no suene tan atroz y sin llegar a transformarse en una mentira?

—¿Todavía sigues pensando que fue tu culpa?

Sentí mi mandíbula temblar, mi visión fue borrosa unos segundos. Inhalé y exhalé con fuerza para recuperarme.

—Sí tan solo hubiera cedido... Es desgarrador pensar que si me acostaba con ella esa tarde no habríamos discutido y ella seguiría aquí.

Su brazo me rodeó por sobre los hombros y me atrajo a él.

—Tú no fuiste culpable de nada, Ellie. Le diste a Keisy la mejor vida que hubiese podido tener, porque ambos sabemos cómo era Blake —Le dio una calada a su cigarrillo —. Independiente de eso, como ya te lo dije cuando hablamos por llamada la semana que te fuiste y era su cumpleaños; si no se lo dices antes de sus diez años se lo diré yo, y no acepto que te enojes conmigo luego.

—Eso no pasará, se lo diré antes, te lo prometo —Suspiré y lo volteé a ver—. ¿Me das uno?

Sacó la cajetilla junto a su mechero y me los pasó. Prendí un cigarrillo y le devolví sus cosas.

—¿Estás estresada?

—Sí, tengo una reunión con... Alguien.

—¿Con "alguien"? ¿No te cansas de ser tan misteriosa? —cuestionó con un aire sarcástico —. ¿Con tu novia?

—No. —contesté dando una calada —. Y ya te dije que todavía no es mi novia, ninguna de las dos se ha pronunciado al respecto.

—Sigo sorprendiéndome de que aún no son novias y ya te dio el anillo de compromiso.

Solo reí por el comentario mirando al piso. Yo también me sorprendí ese día cuando me mostró esa caja de terciopelo y me la entregó con simpleza, como si no tuviera ningún significado. No puedo saber cuál es su próximo movimiento y le agrega una emoción a mi vida que colorea la parte desvaída en mí.

—No es un anillo de compromiso, es un anillo de "no-matrimonio" según ella.
Yun es... Única, cuanto menos. No la entenderías, a mí me costó un mundo hacerlo y me sigue confundiendo de vez en cuándo.

Y ahora me aterra perderla, quiero no hacerlo aunque el señor Hawk me esté pisando los talones. ¿Si te digo toda la verdad, me creerías y me perdonarías otra vez por ocultarlo? ¿Ó perderé el derecho de siquiera explicarme?

Después de la tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora