Capítulo 51.

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Ese día desperté en el piso y por alguna razón ya no me dolía el pecho, solo el cuerpo por haber dormido en una superficie tan dura. Pensaba en lo que había pasado y no sentía nada.

Quizá Ellie no era tan importante como creí, aún puedo vivir sin ella.

Salí de mi cuarto y me estiré. No estaban allí ninguno de los dos, había silencio y el sol se entraba por las ventanas, reinaba la paz. Mis gatos se acercaron a mí y los saludé, todo como de costumbre, como antes de conocerla. Hasta que llegó el turno de la princesa de la casa, solo dije "Hola Pop..." y empecé a inundar la habitación con lágrimas.

No quería hablar con nadie, no tenía la fuerza necesaria para hacerlo aunque con Vincent mi conflicto no era tan difícil de solucionar, lo que me permitía por lo menos ver sus mensajes y darle respuestas que después caía en cuenta de lo cortantes que eran.

Dejé mi móvil de lado y eliminé mi fondo de pantalla, quise escaparme de mi realidad y ocupar mi cerebro en otra cosa, jugando hasta altas horas de la madrugada a la play y sin querer irme a dormir, porque cuando lo hacía sentía que la vida avanzaba mucho y yo me quedaba atrás.

Me eligieron para el papel de la película sin muchos problemas, las grabaciones comenzarían en unas semanas, tres meses mínimo. Aún existía la posibilidad de que me cambien a último segundo, pero confiaba y me aseguraría de que eso no pase.

ˏˋ°•*⁀➷

Creí que no querías que te capten conmigo por tu... Ya sabes.

Miré hacia mi café sin azúcar y revolví con la cuchara como estúpida ya que no había nada que integrar. No soy fan del café, en especial porque cuando lo vi me recordó a ella y estuve cerca de llorar frente a este imbécil, pero lo necesitaba si no quería dormirme ahí mismo.

—Sí... Eso ya... No importa —murmuré de manera vaga mientras la punzada en mi pecho se hacía más grande.

—¿Terminaron?

Mantuve la vista baja y mordí mi labio, ¿Cómo se puede terminar esto si nunca fuimos nada?. Si ella pretendía que el mundo creyese eso para siempre y un plan como este no lo podría hacer a su lado aunque quisiera. 

—Ya no importa —repetí y tomé un sorbo.

—Oh... Ya veo...Mordió el interior en su mejilla—. ¿Quieres un trago?

ˏˋ°•*⁀➷

Poco más recuerdo de esa tarde, bebimos mucho, por cada vaso que él tomaba yo tomaba dos y creí que con mi resistencia estaría bien, pero no tomé en cuenta ninguno de los factores como que no había comido nada contundente en días ni dormí bien.

Al despertar, me quería quitar la puta cabeza de lo mucho que me dolía. Abrí mis ojos que se sentían hinchados, traía la misma ropa de ayer y por algún motivo estaba abrazando las prendas que tengo de Ellie.

El aroma de su abrigo estaba desapareciendo, pero seguía ahí o me autosugestioné para que así fuera.

—Ellie... Mierda...—musité.

Cual masoquista volví a olfatear y estaba lista para el llanto. Lo detuve al escuchar pasos hacia mi dormitorio y me coloqué en alerta.

—¿Ya despertaste? —Nathaniel se apareció.

Después de la tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora