Capítulo 56.

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El sol ya se estaba ocultando e íbamos en la camioneta de Oliver y camino al aeropuerto. Yo estaba en el asiento de atrás junto a Keisy haciendo lo que su madre me pidió; hostigarla con un protocolo hecho por su propia mano mientras ella por su lado hacia lo mismo, pero recalcándole a su amigo lo que no debía olvidar hacer durante nuestra ausencia.

—¿Y qué hacemos si un desconocido nos habla y no estamos nosotras? —cuestioné como parte del interrogatorio.

—No hablamos con desconocidos —contestó rodando los ojos —. Te has vuelto igual que mamá aburrida.

—¿Quién crees que me pidió que hiciera esto?

Las dos miramos los asientos delanteros donde ellos dos hablaban. Ya hasta se me hace divertido ver cómo se comporta Ellie, siempre aspirando a tener todo bajo control y con orden. Tanto mi maleta como la de su hija fueron revisadas por ella para que no nos falte nada y cumplir con las normas del equipaje. Me pareció perfecto considerando que no llevé casi ropa para abrigarme en el viaje que hicimos por las grabaciones.

—¿Y por qué la obedeces? ¿Por qué no haces tus propias reglas? —preguntó con un tono tierno, pero de esa forma "tierna" que usa para salirse con la suya.

Si bien era exagerado repetírselo tantas veces, de todas maneras estaba de acuerdo con darle instrucciones incluso si lo más improbable llega a ocurrir.

—Bien, regla número uno: obedecer todo lo que tu "mamá aburrida" diga.

—¡Pero no es justo! —Hizo un puchero y dio un golpecito enojado en sus piernas —. ¡Mami le da reglas a todos menos a ti! ¡Mami! ¿Por qué Juno no tiene reglas?

En ese momento Ellie nos miró por el espejo retrovisor, conectamos miradas y no supimos qué decir.

—Yun tiene sus propias reglas, Cariño. —explicó de manera vaga.

—¿Y cuáles son?

—Ya se las dije, ella las sabe y con eso es suficiente.

—Sí... Me las dijo anoche, ya las tengo claras, ¿Ves? Todos tenemos reglas —Me uní en un intento de convencerla de dejar la conversación.

El lugar donde nos vamos a alojar es un resort, las "reglas" son no beber frente a Keisy, no dejar marcas porque es probable que entremos a la piscina y evitar quedarnos dormidas sin ropa.

Obviamente no le pretendía explicar a Keisy aquellas normas, así que solo me quedaba esperar a que deje ese puchero de lado.

—¿Estás emocionada por tu primer viaje en avión, Kei? —pregunté queriendo cambiar el tema.

—¡SÍÍ! ¡Ya quiero ver la vista desde arriba!

Cuando supe que era la primera vez de Keisy en un avión me sorprendí, porque supuse que alguna otra vez Ellie la había llevado fuera del estado y no. Me dijo que no solía viajar a menos que fuera trabajo, y que para esos viajes prefería no ir con su hija por miedo y porque en realidad era un sinsentido si solo estaría en reuniones de la empresa, así que la niña se quedaba con Oliver.

Y como era su primera vez en avión nos exigió ir en la ventana. Ambas cedimos, de todas maneras elegimos los asientos del pasillo a su lado y podíamos vigilarla. Todo esto en primera clase, obvio, yo no quería gastar tanto dinero en algo innecesario pero Ellie compró los vuelos sin consultarme. Tampoco iba a obligarla a dejar su vanidad, y siendo honestos; no la veo en los asientos más económicos.

Llegamos al aeropuerto, al bajar del vehículo me coloqué rápido la capucha de mi abrigo y unos lentes para el sol. En tanto Oliver bajaba las maletas y Ellie verificaba por encima una vez más.

Después de la tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora