Al final, terminamos optando por comprar comida para llevar e ir a mi casa. Teníamos mucho de qué hablar y mientras más privacidad mejor.
Antes de iniciar con la conversación nos dimos un tiempo para comer. Era un momento para dejar la tensión antes de que empiece ese tema que tanto evitamos.
Poppy fue a pedirnos de lo que estábamos comiendo aunque no había nada de carne allí. La coloqué en mi hombro donde suele gustarle estar y quedarse por horas mientras hago más cosas, acerqué un pedazo de mi comida sabiendo que era apto para ella, solo lo olió, lo probó y luego lo dejó de lado.
—Sabía que no te iba a gustar.—reclamé viéndola de reojo. De inmediato volteé a ver a Ellie cuando escuché que empezaba a reír muda.
Estaba cabizbaja tapando su boca. Tardó en centrarse en mí y tragó antes de hablar.
—Yun, no me hagas reír mientras estoy comiendo.
—No quería hacerte reír, quería darle en el gusto a Poppy. No sé porqué insisto, es una caprichosa. —Como si supiera que hablaba de ella me maulló —. ¿Cómo está Yunny?
Suspiró y rodó los ojos unos segundos agarrando su vaso de agua para dar un sorbo.
—Keisy lo está cuidando bien, limpia su caja de arena y se encarga de su comida, pero es probable que adoptamos al demonio en vida.
Empecé a reír al escuchar eso y alcé mis cejas.
—¿Sí? ¿Por qué?
—A veces tiene como un... Arranque de energía, da vueltas por todas partes y ha roto tres jarrones de decoración, escala las cortinas y muerde mucho cuando está jugando. —Llevó sus manos a la frente.— Y yo pensaba que cuidar niños era difícil. Tengo miedo de que alguna vez haga alguna locura como saltar del balcón de Keisy.
—Qué mal por ti.—Reí —. Poppy es una princesa, solo le gusta mucho estar conmigo todo el tiempo y sí juega, pero no hace desastres. Aunque sí le pega a todos mis otros gatos a pesar de que ellos no le hagan nada y es caprichosa a morir, no le gusta el agua de la llave ni tampoco el agua embotellada muy fría.
Me levanté de mi lugar para ir al lado de Ellie y ponerle a Poppy en la cara.
—Mira, tiene los mismos ojos que tú, quizá es tu forma de gato.
La miró un instante y después a mí. Sonrió en una mezcla de indignación y risas.
—¿Me estás diciendo caprichosa?
—¿Quieres que te recuerde las instrucciones que diste en el restaurante y todo lo que le quitaste al plato original? Pudiste haber pedido otra cosa.
Mordió su labio desviando la mirada como si no tuviera forma de rebatirme eso. Y no, no puede, estuve presente en la llamada mientras hacía el pedido.
—Yunny tiene los mismos ojos que tú, quizás esa es la tuya.
—Yo no me voy a ofender porque sí podría ser.—Regresé a colocar a Poppy en mi hombro.
Ambas reímos con eso y volví a mi silla para terminar mi comida. Acabamos de almorzar y ya era momento de iniciar con la parte difícil, ambas pasamos al baño antes de decidir irnos a mi cama y recostarnos allí para estar cómodas. Nos pusimos de lado pero mirándonos de frente, su mano se colocó casi de manera automática en mi cintura.
—Yun, solo para estar segura... ¿Ya estamos juntas?... ¿Lo que sea que diga ahora no cambiará eso? —preguntó preocupada.
Llevé mi mano a su mejilla para acariciarla. No quería arriesgarme a dar un "no" y sentía que un "depende" la haría dudar de decirme todo, pero estaba con la disposición de creerle.
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Después de la tempestad.
RomanceJuno Kelly empieza a retomar su carrera después de un tiempo alejada de las cámaras, obteniendo el protagónico de ni más ni menos que la adaptación a película de su trilogía favorita. Allí conocerá a la escritora que creó aquel mundo que tanto le fa...