Me repitió varias veces lo que yo ya sabía; que él no podía acercarse a mí ni a ninguna de sus víctimas y que sus acciones eran vigiladas. Mis gatos y yo de nuevo fuimos a parar a su hogar, y aun así no pude conciliar el sueño por dos días seguidos.
El primer día intenté convencerla de que sí había dormido algo y fuimos al trabajo juntas, me dejó en el estudio y después mandó a Roberts por mí. Allí dormí una "siesta" durante el camino en la que solo cerraba los ojos por unos minutos y los volvía a abrir. El segundo me vio peor e insistió en que no fuese al rodaje, pero por mi malhumor para ese momento me enojé con ella diciéndole que estaba bien y no muy convencida tuvo que ceder. De nuevo, su chófer fue por mí y tuve esos minutos de descanso. El tercero fue más difícil, se negó a llevarme y le exigí a Roberts que lo hiciera por una supuesta orden de ella.
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—Juno te ves fatal... —comentó Nath—. ¿Te sientes bien? Parece que te vas a desmayar.
Lo miré molesta y solo levanté mi vista, pero mi cabeza seguía en dirección al guion.
—Me siento perfecto. Y apresúrate en leer tus líneas, quiero terminar de ensayar esto antes de ir a escena.
Suspiró y negó varias veces con la cabeza.
—Bien, pero ponte de pie porque tengo que tenerte de frente.
Pegué un suspiro exhausta y me levanté. La visión se me hizo negro en automático, solo sentí como unos brazos me agarraban.
...
Me desperté en una sala blanca como una especie de déjà vu. Miré a todas partes aturdida y vi a Nathaniel hablando con mi novia. Sus palabras se escuchaban como si estuviera en una burbuja, no podía entenderlas. No sabía si era un sueño hasta que volteó a verme y su mirada se llenó aún más de preocupación. Se acercó fugazmente hacia mí dejándolo a él atrás.
—Cielo... ¿Cómo te sientes?
—Creo que... Mejor.
—Te lo dije.—dijo Nathaniel como si me regañara.
—¡Usted cállese Abbey! —demandó y puso su mano en mi mejilla—. Cielo, ¿Hace cuánto no descansas bien? Dime la verdad.
—Hace unos días...
—Lo sabía —Suspiró—. Te pedí que te quedes en casa, tu trabajo no es más importante que tu salud.
—¿No...?—pregunté aún aturdida. Negó varias veces con sus ojos cristalizados—. Perdón.
—No me pidas perdón, pero por favor quédate en casa a descansar por unos días, los suficientes como para que estés mejor.
Solo desvié mi cara y empecé a asentir.
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Y así fue que volví a joder días de rodaje de exactamente la misma manera que en un pasado. A pesar de que no fue tanto tiempo como esa vez porque me propuse la meta de mejorar y cuidar mi salud, tanto por mi propio orgullo de seguir con mis compromisos laborales como por mi familia.
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Después de la tempestad.
RomanceJuno Kelly empieza a retomar su carrera después de un tiempo alejada de las cámaras, obteniendo el protagónico de ni más ni menos que la adaptación a película de su trilogía favorita. Allí conocerá a la escritora que creó aquel mundo que tanto le fa...