La distancia era cada vez más difícil de sobrellevar para ambas y no dudamos en erradicarla incluso si poco a poco éramos más evidentes. No tanto como para que lleguen a pensar que estamos en una relación o algo por el estilo, sino que pasar de apenas saludarse a buscarse había una diferencia obvia.
Ahora las dos ocupábamos de excusa el hablar sobre el guion para pasar un rato juntas. Me sorprendió la primera vez que lo hizo; "Señorita Kelly, ¿Podemos hablar en privado? Tengo algunas observaciones que comentarle."
Llegué a creer que en serio no le gustaba el trabajo que estaba haciendo, porque que fuera directo hacia mí y demandara que estemos a solas frente a los demás le agregaba "seriedad" al asunto.
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Cerró la puerta detrás suyo, recién entonces cambió su expresión seria y sonrió acercándose para rodearme con sus brazos.
—Que bien te ves así.—Depositó un beso en mi frente.
Sonreí confundida y la observé fijamente.
—¿Me trajiste solo para decir eso?—pregunté para asegurarme.
Asintió en modo de respuesta y volvió a besarme, pero esta vez en la mejilla.
Notaba como se mantenía controlada por miedo a arruinar el traje o mi maquillaje, el labial se transfería con solo pasarlo a llevar. Aunque la verdad, a mí eso no me importaba, no había nada que quisiese hacer más que besarla.
Lo hice y llevé mis manos a su trasero por codicia. Sí lo permitió en un inicio, pero pronto parece haber caído en cuenta de que mi anhelo se haría mayor si continuaba y se alejó.
Tenía de mi labial en sus labios y me reí, por sus ojos pude saber que también arruiné mi maquillaje.
—Arruinaste el maquillaje. —dijo como si no fuera una obviedad. Frunció el ceño y tomó mi rostro entre sus manos.
—¿"Arruinaste"? ¿Acaso yo sola lo hice? Tú también tienes manchados los labios y eso te hace culpable.
—¡Fue por eso que no quería besarte en los labios!
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Al final, tuvimos que arreglar eso rápido para volver con el resto de personas. De vez en cuándo me preguntaba cómo reaccionarían si supieran lo que está pasando, pero por ahora es algo que quiero dejar como nuestro.
Hacíamos eso por lo menos una vez al día cuando nos veíamos en el set, no era del todo raro ya que las escenas que estaban siendo rodadas eran específicas e importantes para la trama. A veces con solo un mensaje nos coordinábamos, no siempre había beso, dependía de con cuánto autocontrol hubiera despertado ella ya que era obvio que yo no lo tenía -ni me molestaba en tener un poco-.
Hablábamos por mensaje seguido; en ocasiones de Keisy, de mis gatos o de los planes que tenemos en un futuro cercano ya que luego iremos a ver a mi abuela.
Me encontraba junto a Vincent en su coche camino a otra cita más con la vieja loca. El vestido ya estaba listo -y siendo humilde, me quedaba fenomenal-, pero todavía faltaban los accesorios y tacones por lo que se llegó a un acuerdo con una marca para que aporten con estos.
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Después de la tempestad.
RomanceJuno Kelly empieza a retomar su carrera después de un tiempo alejada de las cámaras, obteniendo el protagónico de ni más ni menos que la adaptación a película de su trilogía favorita. Allí conocerá a la escritora que creó aquel mundo que tanto le fa...