Capítulo 49: Vincent.

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No salió de mis pensamientos esa escena, luego de decirle todo a Yun no esperaba ser también parte del problema. Se encerró en su cuarto, no supe cómo reaccionar y solo miré a E.M.W, parecía rota, al borde del llanto. Sin dirigirme la palabra se fue, y yo tardé bastante en moverme.

Los días siguientes le pregunté varias veces cómo estaba, solo me respondía con un cortante "Bien.". Si soy sincero, dudé de que algo como esto apague la chispa de Juno, está rodeada de gente. Pasé por alto el pequeño detalle de que entrar en su mundo real es una hazaña monumental. Odia que la ayuden, pedir ayuda, que alguien tenga la osadía de irrumpir en su espacio, y cuando al fin una persona logra destruir todas sus murallas resulta ser una "Maddison".

Terminé de comprobar lo mucho que debió dolerle el día que la recogí en su casa para negociar el contrato de la nueva película. El primer indicativo fue que al sentarse lo hizo con la postura correcta.

—Buenas tardes Yun, ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu brazo?

Me miró, la segunda señal fue que sus ojos no brillaban, volvieron a ser opacos como antes. Quizá no era la mirada de las mil yardas con la que la conocí, pero con lo mucho que había tardado en iluminarse me dio un dolor en el estómago por haberlo arruinado.

—Bien —Se limitó a contestar —. ¿Vamos? Creo que estamos llegando un poco tarde.

—Claro.—eché a andar el motor.

Esta vez no tiene punto de comparación a lo emocionada que estaba cuando recibió el papel de «Tempestad en Lilith», incluso llegando al punto de chocar con la escritora de sus libros favoritos y conocerse de una manera un tanto peculiar. Yo lo único que tenía entendido era que no se llevaban bien, no sé en qué momento eso cambió en un giro de ciento ochenta grados.

Me preocupa, sé que no se quitará la vida como Fani, que son chicas totalmente diferentes y que lo único que comparten es que su línea de destino las haya hecho coincidir con esa maldita familia, más específicamente con ese infeliz. La sobreprotejo porque con mi hermana no pude hacerlo y el resultante fue en un día en el que tuve que leer su carta de suicidio mientras esperábamos su cuerpo en la morgue. Le pedí que primero termine sus estudios universitarios antes de decidir si quería incursionar en el mundo del entretenimiento, pero no me escuchó y optó por sus propios medios, donde conoció a Atwood.

"Creí que él sería mi todo, pero ahora es quien me hace desear no ser nada."

En su carta dejaba implícito que se enamoró, pero su "príncipe azul" estaba enamorado de alguien más. Me dio un asco tremendo descubrir que esa persona era una chica de dieciséis años en ese tiempo y desee tener la oportunidad de hacerla recapacitar, de apoyarla pero no con lo que quería, sino con lo que necesitaba.

Para mi desgracia eso ya era imposible, Fani era un ángel y todo lo que quería era venganza. Ahí fue cuando una Yun de diecisiete, casi dieciocho años se apareció en mi oficina.

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Le dije a Sam que la deje pasar y tuve que apretar mis manos fuerte para controlar mi ira. Cualquier persona alrededor de ese sujeto me da asco y quiero hundirla, estoy seguro que esa chica estaría del lado del hombre que la había hecho famosa, porque con ella sí cumplió con la promesa que le hizo a Fani. Al verla percibí algo raro en su mirada aparte de que sus ojos eran de diferente color; parecía perdida.

—Seré rápido porque no me gusta perder mi tiempo. ¿Qué es lo que quiere?

—¿Usted sabe cómo puedo contactar a Estefany Hawk?

Después de la tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora