Después de la tempestad.

Capítulo 34.

Desde que Davies me recogió en casa para ir al trabajo ya me encontraba de buen humor sabiendo que la vería.

—¿Así que no habrán grabaciones mañana ni pasado? —preguntó de la nada.

—No, eres libre de mí durante dos días más.

—Seguiré teniendo que trabajar, no seré libre para nada. Además, de entre todos los clientes de la agencia eres la que más me agrada y si estoy ocupado contigo hay menos posibilidades de que me asignen a ciertos individuos desagradables. 

Podía sospechar a quien se refería con "individuos desagradables" de entre todos actores o actrices de los que me ha hablado. Me daba gracia saber eso y que conmigo compartiera sus quejas.

—Que bueno que sea mutuo, tú también eres el chófer que más me agrada.

—Lo sé —dijo seguro y rio —. ¿Ya tienes planes para aprovechar tus días libres?

—Iré a ver a mi abuela y el jueves Vincent me condenó a que me tengan que tomar medidas, así que del todo no estaré libre, pero por lo menos me invitará a comer.

—¿Ese es el motivo por el cual estás tan feliz? Te veo mucho más emocionada que ayer.

Ayer estuve todo el camino ansiosa por si todo lo que pasó durante el fin de semana pasaría a ser historia y volvería a ser la misma persona de siempre, pero por suerte no fue así a pesar de que mantuvo las apariencias de distancia.

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Nada más entrar, la primera persona que vi fue a Ellie y Joselyn. Su semblante se mantuvo serio, por eso estaba casi segura que no me saludaría y solo me tocaría pasar por su lado, porque no planeaba ser yo la primera en dar el paso a un simple saludo.

—Buenos días Juno...—saludó Joselyn primero.

—Hola, buen día.

De nuevo, no mostraba signos de que me fuera a saludar y solo me resigné a acelerar el paso.

—Buen día señorita Kelly.

Me detuve y la miré con un ápice de sorpresa, su expresión se aflojó y tenía un aire de estar sonriendo casi imperceptible. Fue inevitable sonreír con nuestros ojos unidos unos segundos.

—Buenos días señorita Ward.

—¿Cómo está su...?—Miró hacia abajo, señalando mi brazo.

—Bien, gracias... ¿No se...? —Entendió lo que quise decir. Negó con la cabeza a modo de respuesta.— Es un alivio.

—Si tiene alguna molestia o malestar no dude en expresarlo a cualquier miembro del staff , ¿Sí?. Lo ideal sería no seguir perdiendo más tiempo, pero siempre estará antes el bienestar del elenco. —Retomó su posición para seguir su camino.— Vamos Joselyn, tengo prisa.

Todo lo que reflejaba su asistente era confusión, más que nada observando a su jefa como si fuera una desconocida.

—Oh... Eh... Por supuesto.

Se fueron juntas por donde yo venía. Los tacones de la señorita Ward resonaban por el pasillo y me quedé admirando su figura yéndose.