Después de la tempestad.

Capítulo 18.

Como si eso jamás hubiera ocurrido su actitud se reseteó al día siguiente, por desgracia regresó a ser la misma e incluso su rostro reflejaba más molestia que antes. No me dijo "Buenos días" ni me dirigió la palabra, de hecho parecía que me estaba evitando.

—Juno, ¡Tu móvil está sonando!—Avisó una chica de producción.

Me sentí extrañada ya que no esperaba ninguna llamada, Vincent sabe que a esta hora debo estar grabando así que solo se limita a escribirme cuando despierto o al ir a dormir. Aproveché que no estaba haciendo nada ya que era un receso para poder alimentarnos y fui.

Al ver que no era ni más ni menos que la enfermera que me informa sobre cómo va mi abuela sentí temor, me apresuré en encerrarme en una de las casas rodantes para poder atender.

—¿Diga?...—hablé apresurada.

—Señorita Kelly, buen día. La llamo para informarle que su abuela ha sido admitida para hacerse la cirugía y con bastantes posibilidades de éxito en el procedimiento.

Vinieron millones de emociones juntas, llevé mi mano para cubrir mi boca mientras mi sonrisa confundida se hacía presente.

—¿A qué se refiere con eso? ¿Cuánto es la probabilidad de éxito?

—Supera el setenta por ciento.

No puedo llorar aquí... No puedo llorar...

Eran lágrimas de un conjunto de emociones extrañas, por una parte había esperanza, felicidad y alivio, pero por otra parte seguía habiendo riesgo de que no mejore o incluso muera.

—¿Y cuándo será la cirugía?

—En cuánto el hospital reciba el depósito le podrán dar una fecha lo más cercana posible.

—Pero... No estoy en la ciudad para acompañarla...

—Déjeme decirle que mientras antes mejor, su abuela está en buenas manos, el profesional a cargo es uno de los mejores del país.

—Sí... Lo sé, pero... —Suspiré —. Hable con mi agente para que le haga el deposito y... Y por favor, ¿Puedo hablar con ella?

—Por supuesto, deme un segundo. —Escuché por unos sonidos de pasos y una puerta siendo abierta —. Señora Beatrice... Su nieta está al teléfono... ¿Mi nieta?—Entonces tras las preguntas distinguí el cambio, decidí poner el alta voz porque no la escuchaba bien. —¿Yun?

—Hola abuela...

—¿Yun? Hola cariño, ¿Cómo está la mejor actriz del planeta?

—Cansada, pero bien, ¿Y tú?

—Estaba intentando hablar con la jovencita que me cuida para que me diga dónde te tiene tu madre pero no me quiere dar una respuesta, ¿Dónde estás, cariño? ¿Te está cuidando bien?

—¿Mi madre? —Todo mi ánimo se esfumó —... Mierda... Abuela, tranquila... Yo estoy bien...

—Por favor regresen a casa... Sé que ella no quiere que me veas... Pero te extraño mi niña...

—... Lo haré... Lo haré, estaré de regreso luego, lo prometo... ¿Podrías pasarme a la enfermera de nuevo?

Tardó unos segundos en hacer el cambio, tomé una bocanada de aire mientras tanto.

—Yo... —Retomó la llamada nerviosa —. Yo le dije que estaba mejorando, por lo menos tiene más lucidez que antes, pero es difícil...

—Lo entiendo, es un avance importante y... Por lo menos ahora sabe quién soy. Pero, si me disculpa... —Tomé aire haciendo que note las punzadas en mi pecho. —Tengo que seguir trabajando.