No contesté llamadas, no quise ver nada relacionado a redes sociales ni televisión y no quería entrar a mi oficina donde estaban todos los libros. Nada relacionado a ella ni al mundo exterior.
No pegué ojo durante toda la noche, solo me quedé mirando perdida la luz de noche con la que tengo que dormir, pero ni siquiera tenerla me da calma como para hacerlo ahora mismo. Sabía que tenía que salir de la cama, y que tenía que ir al estudio, pero me daba pánico poner un pie fuera de mi hogar.
—¡Juno!—Reconocí la voz de Vincent.
Escuché la caminata rápida hasta mi habitación, cuando me encontró había una mezcla de enojo, preocupación y desespero.
—¿Qué pasó...? —Se acercó a mí.
—E.M.W... Son las siglas de Ellie Maddison Ward...—Mi voz se rompió y no pude decir más.
Fue corriendo hasta mí y me abrazó sin importar que mi cuarto era como una sentencia de muerte por alergia para él.
—Cielos... No... No lo sabía, pero, ¿Tú sabes cuánta gente se apellida Madisson en este mundo?
—Es de la productora, ya sé que lo es...—Reí y apreté mis labios para contener mis lágrimas —. ¿Por qué de nuevo?
—Yun, tranquila... Ganaste el juicio, no tienen nada qué hacer contra ti.
—¿Qué tipo de relación tendrán?
—No lo sé... Yo... Yo tampoco sé qué decir...—Intentó calmarme sobando mi brazo —. Te prometo que lo averiguaré, pero tienes que ir al trabajo o podrían demandarnos por incumplimiento de contrato.
Me sentó aún peor ser consciente de que con mi actitud podía perjudicarlo a él. Sólo me limité a esconderme haciéndome bolita y cubrí mi rostro.
—Yun, mírame. —Se agachó para estar frente a frente —. Voy a informar que estás enferma, ¿Sí? Descansa por hoy... Y... No lo sé... Podrías ir a visitar a tu abuela al asilo. ¿No querías hacer eso hace un tiempo?
—Sí fui a verla, hace una semana. Tuvieron que explicarle de nuevo quién era yo.
Evité verlo mientras hacía todo el esfuerzo posible para no llorar, pero mi mandíbula temblaba y a la par salieron dos lágrimas de mis ojos.
—Mira, voy hacer lo que te dije y luego volveré a verte, ¿Sí? Con pizza.
—¿Y cerveza?
—No, sin cerveza. Vi fotos tuyas con personas del elenco en un bar y no quiero que vuelvas a tus antiguas costumbres. ¿Estabas con la asistente de E.M.W? ¿No? La castaña, bajita...
—Fue a ella quien se le escapó decirle "señorita Maddison" para referirse a su jefa y allí fue que conecté todo.
Suspiró nuevamente y colocó su mano en mi hombro.
—Le diré a Sam que vacíe mi agenda por hoy y terminaré lo que estaba haciendo antes de venir aquí. Pronto vuelvo, ¿Sí?
En cuánto se fue me dejó con mis pensamientos otra vez, estuve mirando un punto fijo mucho rato sin lograr procesar nada en específico. Al final, tuve que levantarme de todas formas porque mis gatos empezaron a pedir comida, me bañé y volví a colocarme un abrigo por encima.
Cree un millón de escenarios ficticios en mi mente y en todos sentía ganas de huir, desaparecer de la faz de la tierra, mudarme a un país remoto y no volver jamás. Con el dinero que obtuve del juicio es suficiente para vivir más que bien, quizá no como millonario, pero sí mejor de lo que era mi vida antes de que mi madre me metiera en esto.
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Después de la tempestad.
RomantizmJuno Kelly empieza a retomar su carrera después de un tiempo alejada de las cámaras, obteniendo el protagónico de ni más ni menos que la adaptación a película de su trilogía favorita. Allí conocerá a la escritora que creó aquel mundo que tanto le fa...