Capítulo 38.

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Encontré su sujetador a los días, sí fue un reto hallarlo porque no sé ni siquiera cómo llegó allí; estaba en uno de los espacios vacíos y abiertos de mi closet que casi estaban a la altura del techo.

Cuando al fin lo tuve en mis manos me quedé viéndolo y recordando aquella noche, aunque si soy honesta cualquier mínima cosa me lo recuerda. Nunca antes había pecado pensando en alguien que conozco, pero hay una primera vez para todo y me deja atónita que sea la causante de varias de ellas.

A pesar de que parecíamos estar en el mismo punto antes de habernos involucrado de esa manera no me era suficiente. Hemos podido tener un único encuentro a solas, nos quedamos viéndonos, solo pude darle un halago por lo bien que se veía ese día y me contestó con una sonrisa. Desconozco si planeaba decirme algo más, pero Matthew se apareció y mandó al carajo mi oportunidad.

Era obvio que ocuparía el hecho de encontrar su prenda para poder hablarle.

Estaba aburrida, había pasado todo ese domingo en casa leyendo el guion de mañana y jugando a la play. No se me ocurrió mejor idea que sacarme una foto con su sujetador a modo de gorro que quedaba gracioso, como orejas.

[📸 Foto]
Mira, al fin lo encontré.

No tardó nada en ver el mensaje.

¿Tú eres idiota?

Me sorprendió y me causó mucha gracia su respuesta a mi estupidez. Pronto apareció una llamada en la pantalla y al principio pensé que era spam, pero rápido recordé que ese era su número, creo que ya me lo sé de memoria.

Muerta de los nervios terminé por contestar, pero al hacerlo me quedé en blanco y no supe qué decir.

—¿Hola? ¿Juno?

Me forcé a reconectarme.

—Hola Ellie, ¿Cómo estás?

—Aliviada de que al fin encuentres mi sujetador y que no lo hayas olvidado. Lo quiero mañana devuelta.

—¿Quién dijo que te lo iba devolver?

—¿Para qué lo quieres?

—Para el recuerdo, ya te lo dije.

Escuché un suspiro seguido de una risa y supe que en realidad no estaba molesta por tomarle el pelo de esa manera.

—¿Cómo estás tú? ¿Qué tal tu día?—preguntó cambiando de tema.

—Aburrida. Estuve todo el día en casa leyendo los próximos guiones y jugando a la play.

—Se nota que estás aburrida, ¿Cómo se te ocurre ponerte en la cabeza mi...?—Al final no completó la oración —. Yo estuve con Keisy todo el día, le comenté sobre lo de adoptar un gato y parece que le gustó la idea. Empezó a correr por toda la casa y a decirle a todos los empleados que tendría una mascota.

—¿Solo "parece" que le gustó la idea? —Reí —. Que bueno que esté tan feliz. Yo ya hablé con una de las enfermeras, en diez semanas más o menos los podrán separar para darles un hogar.

—¿Diez semanas? Que bien, calza bastante bien con el cumpleaños de Keisy.

—Oh, ¿En serio? ¿Va cumplir siete? ¿Cuándo?

—El ocho de Julio.

—Lo tendré en cuenta para hacerle algún presente, pero...—Dejé que la curiosidad me ganase.— ¿Y el tuyo? ¿Cuándo es?

—¿Para qué quieres saberlo?

—No jodas, no lo hagas difícil.

—Devuélveme mi sujetador y te lo digo.

Después de la tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora