Desde ese día la cercanía ya era tangible, fue casi un sueño despertar con ella llevándome desayuno a la cama porque según sus propias palabras "Oliver seguía muy gracioso y no quería que lo soporte así". No tuvimos mucho tiempo para hablar, ni para que me de un recorrido por ese terreno enorme que se veía de lejos que era un paisaje hermoso, pero dejó una invitación para ir otra vez en el aire. Por desgracia, mi agenda está hecha un caos tremendo últimamente.
Los mensajes no han sido muchos, pero sí los necesarios. Sé que Ellie es una mujer ocupada y yo también lo soy, en especial estas últimas dos semanas donde los días parecen eternos. Han sido una mezcla de compromisos de trabajo y mi vida cotidiana por lo que no tuve días libres ni descanso.
Recién había llegado a mi hogar a eso de las nueve de la noche. Entre varias cosas que había hecho esa semana, al fin me había dignado a llevar mi vehículo al mecánico y lo tenía de regreso, aunque pretendía seguir ocupando el servicio de la agencia para ir al trabajo. Vicent ya lo sabía por obviedad -él me ayudó con eso-, pero aún había otra persona a la que quería contarle, a la que tenía guardada como "Poppy".
Hola, ¿Qué tal? ¿Cómo va el trabajo?—
Inicié la conversación esperando a que me conteste rápido, pero no fue así. Pasó más de una hora, ya estaba con mi pijama, pero aún seguía haciendo tareas del hogar. Revisé el chat varias veces y por su última conexión supe que aún estaba ocupada. Me resigné, pero al oír el sonido de la notificación volví a correr a tomar mi móvil.
—Complicado.
Solo eso, nada más. Volvió a desaparecer el "en línea".
¿Por qué? ¿Qué pasó?—
No hubo respuesta, ni un visto, ni volvió a conectarse.
Me fui a dormir decepcionada, pero con aún más ganas de que sea mañana para verla.
。・:*˚:✧。
Llegué al estudio tarde, admito que fue mi culpa. Davies ya regresó y me estuvo esperando paciente afuera mientras yo me cambiaba de ropa porque derramé sobre mí el batido que me había hecho minutos antes. El único consuelo que tenía era que no llegué a ensuciar el coche.
Todavía no había siquiera un visto en el mensaje que le envié ayer y empezaba a preocuparme. Lo primero que hice fue buscarla y la encontré platicando con Joselyn, su semblante denotaba enojo, o mejor dicho; furia.
Fui hacia ella con la seguridad de que no me vería afectada por su humor. Hablaba de lo que parecía una orden directa a su asistente cuando se percató de mi presencia y aflojó su mirada.
—Señorita Kelly, ¿Necesita algo? —preguntó.
Inclusive su expresión cambió de un instante a otro, como si yo fuese algún tipo de cura a su carácter terrible.
—Sí, quería saber si podía hablar con usted respecto a unas dudas que tengo sobre el guion de hoy.
—Por supuesto —Miró a Joselyn —. Ve y haz lo que te pedí.
—De inmediato, volveré lo antes posible...
—No me interesa que vuelvas rápido, me interesa que lo hagas bien, ¿Sí? —Alzó el tono de voz.
—Sí. —contestó con un visible nerviosismo.
Desapareció de nuestra vista y yo observé a Ellie con una ceja en alto. Joselyn es el tipo de persona que parece un hámster temblando cuando se asusta, así se veía al irse y me sorprende de que a su jefa no se le apiade siquiera un poco el corazón.
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Después de la tempestad.
RomantizmJuno Kelly empieza a retomar su carrera después de un tiempo alejada de las cámaras, obteniendo el protagónico de ni más ni menos que la adaptación a película de su trilogía favorita. Allí conocerá a la escritora que creó aquel mundo que tanto le fa...