22. Ni las balas

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Chanyeol estaba en la cama con Baekhyun prácticamente encima suyo durmiendo muy profundo. Él aprovechaba para acariciar su pancita, una de sus cosas favoritas ahora que podía percibir leves movimientos ahí dentro. Era una sensación agridulce, por un lado, la infinita felicidad de saber que sus hijos estaban bien y pensar en el futuro hermoso que tendrían ellos juntos como familia; y por el otro lado, la amargura de la incertidumbre y la ausencia de Rosé, quien no sabía nada de sus hermanitos y hubiese sido la más feliz del mundo al enterarse de su existencia.

Tener a su pequeño amor así, desnudo y pegadito a su cuerpo después de haberse amado hasta el cansancio era su polo a tierra, Baekhyun le recordaba que no podía perderse en la venganza, que esta vez la destrucción no era la meta. Y no podía cansarse de darle gracias al universo por tenerlo, si estuviera solo en esta situación ya hubiera perdido la cordura por completo, estaría afuera destrozando todo a su paso en búsqueda de su hija.

No estaba quieto, sus hombres seguían trabajando por un lado y por otro buscando y espiando. Las características de su vida publica y su identidad en el bajo mundo no permitían que se hiciera una denuncia por su desaparición o se pidiera ayuda de los medios, eso sería contraproducente. Sin embargo, si de algo le servía tener a tantos soldados en la periferia era para movilizarlos en este momento de necesidad.

Había infiltrados en Palmar, al menos en los lugares a los que podían llegar sin despertar las sospechas de los Do. Leiva fue barrido metro a metro con rastreadores en mano buscando la señal del implante subdérmico que tenía la niña, la cobertura era de solo un kilómetro, pero el rango de exactitud rondaba los quinientos metros, así que un montón de sus chicos motorizados recorrieron la ciudad y sus alrededores hasta que fue evidente que ella no estaba allí.

Y ni hablar de la frontera, la cual fue completamente militarizada y él tuvo que ascender a quienes probaron lealtad para que comandaran esas zonas en ausencia de legados que hicieran frente, en este punto, no le quedaba ninguno. Minho seguía muy delicado; Jongin y Jackson fueron robados por Baekhyun; Minhyuk murió y Shownu era un traidor. Gracias al cielo que todavía tenía a Sehun.

El avance era lento, pero ya habían barrido una buena zona de Palmar, las fronteras con Tesalia y Falan fueron barridas y descartadas, llevándolos cada vez más hacia el interior, hacia la zona montañosa y selvática de difícil acceso. Irse a ciegas era demasiado peligroso, necesitaban una ubicación para hacer el operativo de rescate o al menos una pista que los acercara, recorrer tantos kilómetros sin guía les llevaría meses que no tenían, su nena no podía pasar tanto tiempo en esas circunstancias.

El único consuelo al que Chanyeol se aferraba a cada minuto, era saber que su hija les servía mucho más viva que muerta, ellos lo sabían, si asesinaban a Rosé el infierno se iba a desatar y Loey no se detendría hasta exterminarlos por completo, como alguna vez hizo Jongdae con el clan de Flandes. Tener a un padre y un tío vengativos como ellos no era algo que sus enemigos quisieran experimentar.

Eso no mermaba la angustia, porque viva no significaba sana y salva, el abanico de opciones del daño que podrían causarle a su hija se manifestaba como las peores pesadillas cuando intentaba dormir un poco. Le picaba la piel por ir corriendo y matar con sus propias manos a esos hombres, pero debía ser inteligente, un paso en falso podría quitarle a su nena para siempre y eso sí que no lo soportaría.

Un golpecito contra su palma lo hizo sonreír y le aceleró el corazón con emoción, él amaba a esos bebés con toda el alma, por ellos debía resolver rápido todos los problemas y traerles a su hermanita. Baekhyun se removió por la molestia y Chanyeol aprovechó para levantarse porque su celular alumbraba desde hacía unos minutos y él se había negado a incomodar a su chico.

Tenía una corridilla de mensajes de Sehun preguntando si ya había terminado con su faena y avisándole que lo esperaban en el centro de mando cuando se desocupara. Las palabras iban acompañadas de emojis que sugerían obscenidades y Chanyeol rio un poco llenándose de admiración por su hermano, quien atravesaba un momento terriblemente difícil y, aun así, seguía de pie y firme en la lucha. En momentos así no sabía lo que sería de su vida sin Sehun.

💣DAMAGE💣 [Serie Salento - Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora