16. Eso del cero

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La única reacción de Chanyeol fue un ceño apretado y su dedo acariciando el gatillo del arma que empuñaba bajo la mesa. El capitán mantenía ambos brazos sobre la madera en alguna clase de muestra de paz o así lo interpretó Chanyeol.

─No vine a amenazarlo, fue una fortuna que mis hombres me informaran de su presencia en esta clínica porque necesitaba reunirme con usted.

─¿Para qué? ¿Planea arrestarme?

─No soy tan estúpido como para hacer eso justo en este momento. Al contrario, estoy aquí porque necesito pedirle ayuda.

─¿Ayuda? ─Las sorpresas no terminaban ese día, esto era lo último que Chanyeol esperaba que sucediera.

─Usted y yo sabemos lo que se hizo ayer y las personas contra las que nos enfrentamos. Cometí el error de subestimar su alcance y esta mañana mi esposa y mi hijo desaparecieron. Salieron de nuestra casa a las siete, ella debía dejar al niño en la escuela y continuar a su trabajo, pero ninguno de los dos llegó a su destino.

─¿Rastros?

─Las cámaras de seguridad los registran hasta unas cuadras adelante de la casa, vivimos en el sector de La Colina así que hay un espacio baldío antes de ingresar a la ciudad. Ahí los perdemos, el auto apareció abandonado en el sector. Los debieron cambiar de vehículo.

─Usted es policía. ¿Por qué busca mi ayuda?

─Precisamente porque sé que contamos con recursos limitados en la institución y porque mi familia solo es prioridad para mí ─El hombre dio un profundo suspiro cansado y Chanyeol entendió que debía estarse conteniendo, él sabía lo que se sentía descubrir que las personas más importantes de su vida le fueron arrebatadas─. Mire, yo estoy seguro de que fueron los Bughan, no tengo problemas con nadie más que sea capaz de algo así. Precisamente mañana mi familia iba a salir de viaje por prevención, pero se me adelantaron.

─Y usted espera que yo le ayude a encontrarlos.

─Yo sé que su hija también está secuestrada. Algunos de los hombres que capturamos anoche soltaron la lengua a cambio de no ser deportados, en su país les espera un destino peor que la muerte.

─¿Dijeron algo sobre mi hija?

─Que no está en la ciudad, es todo lo que sabían. A la niña se la llevaron de Leiva la misma noche de las explosiones, el tipo de mayor rango que capturamos solo sabía eso, puedo entregárselo si quiere para que usted lo interrogue a su manera.

─Se lo agradecería mucho.

─Tengo la ciudad cercada, todas las salidas están cubiertas, incluido el aeropuerto, sin embargo, yo me enteré de la desaparición tres horas después, cuando me llamaron de la escuela, fue tiempo más que suficiente para sacarlos y no tengo autoridad fuera de Leiva. Le estoy pidiendo esto como padre, ambos sabemos que en una situación así todo lo demás pierde importancia.

─Lo entiendo. Aunque no he sido capaz de encontrar a mi propia hija, no sé hasta qué punto puedo ayudarle.

─¿No va a preguntarme cómo descubrí que usted es Loey?

─Bueno, ese es su trabajo, supongo que lo hace bien.

─Me gustaría jactarme de mi astucia, pero no fue así. Hace tres días me llegó un anónimo a mi oficina, era una caja con información sobre usted y la conexión de sus negocios legales con los demás. Hubo una explosión en una casa por una fuga de gas la noche anterior, según el informante, eso fue obra suya para desaparecer esa evidencia. También lo vinculan con las demás explosiones, no como víctima sino como perpetrador. Pero no soy tan tonto como ellos imaginan, mis pesquisas ya me habían llevado a los Bughan y obviamente sospechaba de usted por estar en el medio de todo.

💣DAMAGE💣 [Serie Salento - Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora