Había dos cosas que Chanyeol necesitaba hacer con urgencia. La primera estaba fuera de su control y dependía completamente del personal de la constructora que ya había iniciado labores en las ruinas de la prisión. La segunda sí estaba al alcance de sus manos y, aunque una voz en su cabeza le susurraba que era mejor prolongar el castigo, él estaba harto y necesitaba matar a Shownu de una buena vez.
No necesitaba el permiso de Sehun para hacerlo, su hermano ya había renunciado a ser él quien cobrara el daño a Luhan y a su bebé porque la afrenta contra Chanyeol era todavía más grande, aun así, Loey prefirió esperar a que él se ocupara con Luhan, después de algún escándalo suscitado con Esmeralda, para pedir que lo prepararan, no tenía nada de ganas de adentrarse en una sala que apestaba por sus secreciones.
A diferencia de Baekbeom, nadie le había ordenado a Joohoney que se esmerara en preservar la vida de Shownu y por eso su herida de la quemadura no se atendió, estaba espantosa y el tono enrojecido de su piel y los escalofríos que lo sacudían daban una pista clara de que estaba enfermo, luchando contra una infección cuando menos.
Esta vez se encontraban en una sala diferente, una que tenía menos herramientas y daba un poquito más de miedo porque en una pared se exhibía la colección de bichos de Joohoney, que iba desde sus curiosas hormiguitas torturadoras hasta serpientes de colores hermosos que seguramente eran letales, pasando por arañas, escorpiones, ranas y cualquier cosa cuya picadura pudiera resultar dolorosa o letal. Era bastante grande y curiosamente olía a pasto recién cortado, seguramente por las hierbas de las jaulas.
Changwook estaba sentado con las correas sujetando sus brazos y piernas, se veía más delgado y anciano que nunca antes, al menos veinte años le habían caído encima de golpe durante las últimas semanas. La mirada adolorida que le dedicó en cuanto llegó casi consigue conmover a Chanyeol. Casi. Si no fuera porque llevaba la imagen de su hijita muerta en esa celda, incluso podría recordar que ese preso atormentado era su padre.
La madre de Shownu estaba en similares condiciones. Vestía una bata del centro médico y tenía los ojos casi cerrados por lo hinchado de sus párpados, no por golpes, tal vez de tanto llorar o por las picaduras que recibió en esos días. Joohoney aseguraba que pocas torturas llegaban a ser tan dolorosas como esas benditas hormigas y Chanyeol no se atrevía a dudar de sus palabras. Parecía demasiado débil como para gritar y solo lloriqueaba sin cesar.
─No pueden quejarse, para la fiesta de hoy les preparamos el salón más bonito. ─saludó Chanyeol con un tono sarcástico que enmascaraba perfectamente su verdadero ánimo.
─Ya deja ir a mi madre... ─pidió Shownu con la voz cortada por el castañeteó de sus dientes.
─¿Dejarla ir? Pero si ella es la invitada de honor. ─respondió Chanyeol apartando el cabello del rostro de la mujer.
─Dañarla no te va a devolver a Boah... Libérala...
─Dejarla viva tampoco, y matarla me resulta mucho más divertido.
─Chanyeol, por favor, ella no tiene nada que ver con nuestros problemas. Su muerte no va a solucionar nada.
Las palabras de Changwook pidiendo por esa zorra extinguieron el poquito de misericordia que le quedaba, ahora su sangre se convertía en hielo nuevamente, pequeñas y gélidas agujas le punzaban en todas partes recordándole el irreparable daño que le causó "su hermano".
─Su muerte no va a solucionar nada ─repitió Loey en un gruñido para luego asentir a Joohoney y él empezó a reproducir en la tablet el momento que Chanyeol no era capaz de volver a observar─. ¿Te parece que la muerte de mi hija sí solucionó algo?
Los ojos de Changwook se abrieron de par en par con un grito ahogado y miró a su hijo encontrando solo furia y rencor en su mirada, luego movió sus ojos a Joohoney, ese chico desquiciado que siempre lo ponía nervioso y que era cualquier cosa menos un mentiroso, él le asintió con lo más parecido al pesar que le había visto alguna vez.
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💣DAMAGE💣 [Serie Salento - Libro 2]
RomanceLas máscaras cayeron. Los secretos se revelaron. Aliados y enemigos están listos. Todas las cartas están expuestas sobre la mesa y es el momento de la batalla definitiva. Ambos bandos saben que ninguno podrá salir ileso, no habrá ganadores... Pero...