23. Tanta guerra

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─¿Qué demonios ocurre? ¿Por qué me sacas así?

─Tienes que venir, hermano... De verdad es urgente...

─Sehun. ─gruñó Chanyeol con impaciencia.

─¡Es importante!

─Entonces dime de qué se trata, sabes que odio los rodeos.

─No puedo decírtelo, tienes que verlo.

Sehun ni siquiera era capaz de detenerse y hablarle, él continuaba caminando acelerado, incluso si fuese más práctico simplemente subirse a uno de los jeeps para acelerar el corto trayecto y Chanyeol contempló toda clase de escenarios en su cabeza. Parecía que Sehun necesitaba ese aire frío que provocaba vaho con sus respiraciones para calmarse y eso era más preocupante todavía. Pocas cosas podían alterar a Sehun.

Al llegar a la sala de informática y notar el silencio sepulcral y las caras de tragedia que todos allí tenían, Chanyeol sintió que el corazón le reventaba el pecho.

─¿Alguien va a decirme qué demonios está sucediendo? ─exigió con voz firme.

─Señor Park, encontré un sitio en la Deep web donde están... subastando a mi esposa y vine para que me ayudaran a rastrearlo.

La declaración del capitán llegó como un baldado de agua fría que no se esperaba y la desesperación plasmada en el rostro de ese hombre, que parecía haber envejecido diez años en los últimos días, lo llenó de la más cruda ansiedad.

─¿Sabe algo más?

Sehun miró a Kihyun y le asintió, todo el misterio le estaba crespando los nervios a Chanyeol porque su hermano no era precisamente la persona más empática del mundo como para verse tan afectado por la tragedia del policía.

Todo el mundo de Chanyeol se congeló cuando Kihyun digitó algo en su teclado y las pantallas en la pared mostraron la imagen más espantosa del mundo para él. Rosé estaba ahí, en una grabación de seguridad en la que se veía el cuarto diminuto en el que la mantenían encerrada. Él le estaba ordenando a su cerebro que se fijara en los detalles, pero no podía apartar los ojos del cuerpecito de su nena recostado en una especie de cama de concreto.

El fuego ardiente de la ira y el hielo del miedo se fundieron en sus venas y le cortaron el aire, estaba seguro de que no respiraba y que su corazón se había detenido. Los ojos le picaban al pensar que su terror más grande en la vida se había hecho realidad y justo cuando estaba a punto de gritar como un desquiciado para liberar esa presión asfixiante en su pecho, la niña se removió en la cama y se acomodó hacia el otro lado abrazando a su peluche.

La bocanada de aire que se le escapo salió temblorosa y cuando miró a Sehun, él estaba igual, con los ojos encharcados y la expresión de miedo más grande que le había visto alguna vez.

─¿Cómo...? ─Chanyeol no pudo decir más, el nudo en su garganta le apretaba el aire y las palabras, pero Kihyun entendió su pregunta.

─El capitán nos informó que estuvo buscando en la Deep web y encontró un servidor donde aparecía su esposa, al rastrear el origen encontré dos señales más. En una está el hijo del capitán y en la otra está la niña Rosé.

─¿Los encontraste?

─No, señor, lo lamento. La señal se rutea a través de un servidor proxy en Pisba, cada vez que intento rastrearlos brinca a otra ubicación en ese país.

─¿Qué mierda significa eso?

─Están usando tecnología para desviar la señal del punto de origen, no es posible rastrearlos.

💣DAMAGE💣 [Serie Salento - Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora