Jongin continuó explicándole la ubicación de la casa y haciéndolo repetir la dirección de memoria y las indicaciones. No podía usar ningún teléfono ni acercarse a una locación conocida. Solo podía aprovechar la clandestinidad, incluso sería mejor si abandonaba el auto unas calles antes de la casa y tomaba otro taxi.
La hora permitía que Jongin condujera a la máxima velocidad que alcanzaba la camioneta, las calles estaban solas, afortunadamente, porque sería terrible que alguna víctima inocente cayera por esas balas que rebotaban en el metal. Como forma de sentirse más seguro Baekhyun buscó el arma mencionada y se aferró a ella manteniendo los ojos cerrados porque era aterradora la vista y lo mareaba un poco.
Incluso si Jongin se estaba pasando los semáforos, los autos que los perseguían les dieron alcance y comenzaron a cerrarlos, embistiendo la parte trasera y eso sí lo hizo gritar, con esa velocidad solo se necesitaba de un error para que la camioneta diera vueltas como trompo.
─Tranquilo, señor Baekhyun, no vamos a estrellarnos.
Baekhyun se hubiera reído de Jongin porque su voz sonaba de todo menos segura, pero tenía unas terribles ganas de vomitar y solo estaba concentrándose en respirar profundo y no caer presa del pánico.
Fue precisamente en un semáforo, que otro auto cruzó porque tenía el paso y se estrelló contra uno de sus perseguidores, aunque el choque no les dio directamente a ellos, la reacción si los afectó y el coletazo le hizo perder el control a Jongin. Las ruedas chirriaron contra el pavimento y Baekhyun se aferró al asiento delantero como si su vida dependiera de ello, en cierta forma era así.
Escuchar maldecir a Jongin lo ponía todavía más nervioso porque hasta ahora solo había visto a ese hombre siendo controlado y preciso, si el líder táctico de Salento estaba asustado, entonces él debería estar aterrorizado por completo.
La camioneta chocó contra un poste justo en la parte del asiento del copiloto y Baekhyun dio gracias al cielo de no ir allí sentado; estaba aturdido y asustado, pero ileso, más allá de unas magulladuras en sus rodillas no se llevaría. Sin embargo, quedaba un auto intacto y rápidamente pudo ver a los sujetos bajándose y reconoció a dos de ellos que estuvieron alguna vez en la casa cuando recién había llegado, cuando Shownu todavía cumplía las funciones de su seguridad.
─¡Jongin, ya vienen! ¡Jongin!
El miedo cobró vida en forma de una corriente helada que subía por su columna vertebral al darse cuenta de que Jongin se había golpeado la cabeza y parecía desmayado, estaban más allá de la definición de jodidos, los iban a matar y Baekhyun comenzó a sacudirlo por la desesperación y a gritar para que reaccionara, cosa que no tardó en suceder, pero ya los tenían encima, eran cinco y todos caminaban apuntando sus armas hacia ellos y gritando que bajaran desarmados o dispararían.
─Señor Baekhyun, voy a bajar ─Jongin probó a encender el auto de nuevo y lo hizo, pero un disparo sonó reventando una de las llantas─. Haga lo que le dije, incluso pinchada, la camioneta va a conseguir avanzar un poco, yo me voy a encargar de ellos, no se preocupe, nadie lo va a perseguir. Usted avance hasta donde el auto dé, yo creo que alcanza a llegar a la autopista, ahí debe tomar un taxi hasta la gasolinera y seguir con el resto del plan. Por favor. El señor Park irá a buscarlo mañana, no se mueva de la casa, solo espere con paciencia.
Baekhyun de verdad tenía un nudo apretándole la garganta y el oxígeno entraba como si fuera arena raspándolo por dentro, era una sensación horrible que le recordaba a lo que experimentó en su secuestro anterior. Cuando Jongin se giró a mirarlo y él notó la línea de sangre que le bajaba de la frente y su sonrisa que intentaba tranquilizarlo, los ojos se le llenaron de lágrimas.
Baekhyun sabía que Jongin iba a morir, que en cuanto saliera de la protección del auto esos hombres descargarían sus armas en su cuerpo y sería el final de su vida, pero moriría peleando y se los llevaría con él para protegerlo.
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💣DAMAGE💣 [Serie Salento - Libro 2]
RomansLas máscaras cayeron. Los secretos se revelaron. Aliados y enemigos están listos. Todas las cartas están expuestas sobre la mesa y es el momento de la batalla definitiva. Ambos bandos saben que ninguno podrá salir ileso, no habrá ganadores... Pero...