34. Estoy de pie

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─Esta no es la tumba de mi madre.

─No, pero es nuestra primera parada. Boah va a levantarse y regañarnos si llegamos allá con tanta rabia adentro.

Sehun le entregó un hacha a Chanyeol con una sonrisa melancólica porque los dos tenían el mismo recuerdo en ese momento. La única vez que se pelaron a puño limpio estando enojados de verdad el uno con el otro y en el proceso dañaron unas flores y adornos del jardín. Boah estaba tan molesta que los llevó de las orejas hacia la parte trasera y los puso a cortar leña. No le importó que fuera invierno, que tuvieran las manos destrozadas por los golpes o que tiritaran de frío.

Ella los hizo partir leño tras leño tras leño hasta que ya no pudieron levantar más los brazos, permaneció de pie supervisándolos y repitiendo que solo los animales se dejaban dominar por la rabia, el futuro jefe y su segundo no podían ser tan estúpidos. Si necesitaban romper algo para liberar la presión, debía ser algo útil, un enemigo, un problema o un maldito pedazo de madera, pero jamás el uno al otro.

La lección les quedó muy bien aprendida porque debieron repetir el castigo por una semana entera, las ampollas en sus palmas, el dolor en sus dedos y el cansancio absoluto no les dejaron ganas de volver a molestarla. Ellos eran mucho más altos y fuertes que Boah, y tenían incluso más estatus ante algunos de los miembros más tradicionales de Salento, pero cualquier orden que ella les diera era ineludible, la amaban y la honraban por encima de todo, porque lo valía, porque ella estaba hecha de acero y la admiraban tanto como la temían.

El recuerdo llenó los ojos de Chanyeol con lágrimas que todavía batallaban por rodar, pero se acomodó los guantes que le entregó Sehun, apretó el mango del hacha en sus manos y lanzó el primer golpe con un grito. Luego vino otro y otro y otro... Y para cuando el árbol cayó las lágrimas ya bañaban su rostro y la garganta le ardía.

Sehun era un espejo suyo, haciendo lo mismo por su lado y sacando todas las cosas que llevaba cargando encima desde esa maldita noche en que llegó el huracán y arrasó con sus vidas. Luhan, Jeno, Boah, Minhyuk, Minho, Rosé... El baúl de "déjalo para después" estaba a reventar y no le cabía un solo problema más. Odiaba a Shownu con todas sus fuerzas, pero no podía negarse a sí mismo que esa traición los había dañado a todos.

El sudor obligó a Chanyeol a quitarse la camisa y los moretones en su costado y la venda en el brazo le recordaron a Sehun que quizás esta no había sido la mejor idea, sin embargo, verlo golpear esos maderos con tanta ira, seguramente imaginando que era el cuerpo de su medio hermano o del jodido Petrov parecía ser exactamente lo que necesitaba. Y por eso no lo detuvo hasta que él mismo sintió que era suficiente.

─¿Ya sientes que no te puedes mover más? ─Chanyeol asintió como respuesta limpiando su cara y tirando los guantes a un lado─. Bien, entonces vamos.

El corto camino se hizo en silencio, ambos sabían lo que sentían y no había necesidad de decirlo o de consolarse. Así no funcionaban las cosas para ellos, esa telepatía adquirida con toda una vida de permanecer juntos como siameses era suficiente. La mujer que vivía a kilómetros de esa hacienda en una muchísimo más pequeña y pacífica le dio la vida a Sehun y lo cuidó hasta los diez años. Boah fue su madre a partir de entonces.

Aunque la odió por alejar a Luhan y hacerlos sufrir, nada borraba que esa mujer los convirtió en lo que eran mucho más que los entrenamientos o las lecciones. Jonghyun convirtió sus cuerpos en armas mortales. Changwook les enseñó a liderar un territorio y controlar los negocios. Boah hizo su mejor intento por enseñarles a ser hombres. Todo lo que había de honor en ellos dos era gracias a ella y llorarla no resultaría nunca suficiente.

La tumba estaba cubierta por flores, alguien hizo bien su trabajo y mantuvo el lugar arreglado, el césped cortado, arbustos alrededor, flores frescas y la lápida era una sencilla placa que tenía la foto de una Boah elegante y altiva, hermosa y soberbia como solo ella podía ser.

💣DAMAGE💣 [Serie Salento - Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora