La habitación no era la suya, la cama tampoco era la suya, el aroma a
macho que tenía encima obvio tampoco era el suyo.
Bea se golpeaba mentalmente y se recriminaba sin girarse en cama y ver a quien le pertenecía aquella enorme mano que rodeaba su cintura.
Tonta Bea, mil veces estúpida ¿Cuándo vas a entender que no debes beber alcohol? Ya ves ahora ni sabes a quien le abriste tus piernas.
Se reprochaba a ella misma mientras tomo el valor y la fuerza
necesaria para quitar esa enorme mano. Cuando pudo liberarse y ver
quién era su acompañante no pudo evitar gritar.
—¿Qué carajos?—gritó mientras buscaba desesperada su ropa. —Maldito, desgraciado, infeliz, canalla, me drogaste hijo de la gran pu... Ay
no no, qué culpa tiene esa santa mujer —hablaba como loro, sin
parar, sin respirar. Mientras un confundido hombre la miraba de pies a cabeza y dándose cuenta que aquella mujer estaba furiosa y loca, bueno lo segundo ya lo sabía de sobra.
—¿Qué te pasa loca? —le dijo el hombre —¿Crees que sería capaz de
drogarte? Pues no, tu solita me abriste esas deliciosas piernas y me
dejaste hundirme en tu rico coño —dijo con arrogancia, mientras veía
el rostro enfurecido de Bea.
—¡Maldito desgraciado!— grito ella mientras se colocaba los zapatos y
tomo su bolso —iré a una clínica y me haré un examen para saber si me
drogaste —dijo causándole risa al hombre que también comenzaba a
vestirse.
—¡Ve y pasa vergüenza al darte cuenta que folle y chupe ese delicioso
coño porque así tú lo quisiste flacucha —su tono de burla hizo que a la castaña se le subiera el apellido como ella decía y se fue sobre él
dejándole caer una cachetada.
—¡Flacucha pero bien que te comiste el coño de la misma! —dijo luego
de voltearle el rostro dejando la mejilla de aquel hombre colorada,
pero él seguía en su plan de arrogante.
—¡Cómo tú te comiste mi polla y te tragaste mi leche!— dijo con
orgullo antes de que ella abriera la puerta.
Bea abrió la puerta y antes de salir le dijo.
—¡Pues ha de ser bien chiquito tu pajarito porque ni siquiera la
vagina me duele, gilipollas!—salió del lugar dando un fuerte golpe en la puerta y aún así escuchaba las carcajadas del hombre.
—¡Bea eres estúpida!.. Auch —se quejó— Cabron de mierda, ahora
entiendo porque se cree tanto, su pene si me dejó adolorida, siento que
camino como si fuera arriba de un caballo —renegaba en voz alta sin
darse cuenta que todo el mundo que pasaba frente a ella escuchaba su
animada charla.
*¡Vamos Bea debes ser sincera contigo misma, la follada estuvo
deliciosa!* Dijo su conciencia pero ella la ignoraba y no iba a aceptar
algo que venía de él fuera genial, porque si bien no se acordaba de
todo lo que había pasado, si sabía que fue un gran sexo, al sentir sus
piernas temblorosas al caminar, su vagina ardía y era ese tipo de
ardor que soportas porque tuviste el sexo más rico de nunca jamás.
—¡Joder maldito cabron, hijos de puta! —grito mientras esperaba que el semáforo le diera el paso, cuando una mujer adulta la golpeó con su bastón.
—Niña guarda tus acostones para ti, que te he escuchado desde que has
salido del hotel, hasta coja andas de la sacudida que te han dado,
deberías estar feliz— la mujer siguió su camino dejando a una Bea
completamente roja de vergüenza. Pero también pensando que por más
que no recordara lo que pasó esa noche, ella guardaría que disfruto en sus brazos.
Ella lo amaba, pero también lo odiaba.
—¡Cómo te odio amor!— hablo furiosa y cruzo para llegar a la parada de taxi.
*Ahora debes ser fuerte y no caer en sus redes* le dijo esa vocecita.
Bienvenid@s a esta nueva historia, la cual espero disfruten mucho. Es algo totalmente diferente a mis bellos lobos, pero les aseguro que la disfrutarán. Deseo que logren conectar con mis bellos protagonistas ❤️.
Un beso enorme y espero poder contar con su apoyo 🥰ᡶꫀᠻꪗ ꪶꪊ᭢ꪖ (⁎˃ᴗ˂⁎)
ESTÁS LEYENDO
Te odio amor
ChickLitUn hombre con muchos demonios, negado a cualquier sentimiento que lo lleve a sentir amor por una mujer. Sus temores a ser la misma bestia que su padre, no le permitía abrir su corazón convirtiéndolo así en un hombre frío, creyendo que nada podría qu...