ɴᴀʀʀᴀ ᴍᴀʀᴄᴏ:
Miro a Bea dormir en mis brazos después de hacer el amor, miro su mano donde se aprecia su anillo de boda, aún no puedo creer que está mujer sea mía por completo. Nuestra boda no fue planeada cómo las bodas tradicionales, pero ella dijo que no era necesario. Este matrimonio no solo es por conveniencia, sino por amor, porque no dudaría nunca que lo que siento por ella es eso, amor. Algo a lo que me negaba a tener en mi vida, pero hoy lo tengo por partida doble, tener a Bea y Oliver en mi vida me hicieron entender que no soy como aquel maldito hombre que dice ser mi padre.
Acaricio el rostro de mi flaca, ella es hermosa, dejando un beso en su frente la acomodo sobre la almohada para levantarme y preparar algo de comer o mejor pedir comida hecha, la última vez que intenté cocinarle casi provoco un incendio en mi departamento.
Bajo las escaleras y camino directo a la cocina a buscar mi móvil, marco el número del restaurante preferido de Bea, el cual solo tiene comida chatarra pero ella la ama, pido dos hamburguesas con papas fritas. Abro el refrigerador y veo el postre de fresas, mi mujer es adicta a ese pastel y a todo lo que contenga moka.
Unos delgados brazos me abrazan por detrás, sonrió al sentir el calor de su cuerpo, me giro quedando frente a mi pequeña mujer.
—Hola mi amor— su voz dulce provocan un remolino de sensaciones.
—Hola cariño— beso sus labios —En un momento llega la comida— caminamos hasta la sala y nos dejamos caer en el sofá.
—¿Qué pediste? Que no sea esa comida rara tuya— arruga su rostro ante el desagrado que le tiene al sushi y a cualquier comida que venga de aquella cultura.
—¡Hamburguesa y papas fritas, flaca!— hundo mi rostro en su cuello, amo sentir el aroma de su cuerpo.
Una ve que llega nuestro pedido nos sentamos a comer en el piso, mirando una película.
—¿Oye Marco?— la miro cuando escucho su llamado y la puedo notar nerviosa. Y se que alguna mierda anda rondando en su cabeza, cuando retuerce sus manos con desesperación se que significa, ella está pensando puras mierdas.
—Dime, ¿Qué sucede ahora?— seca sus manos sobre el almohadón que tiene en su regazo, dónde minutos antes estaba mi cabeza reposando ahí.
—¿ Una vez adoptes a Oliver, cuánto debes esperar para deshacer el matrimonio?— elevó una ceja, ¿está loca está o que mierda le pasó ahora?
—Llevamos horas de casados y ya piensas en el divorcio Bea. ¿Qué sucede, quién te dijo a ti que yo iba a divorciarme de ti?— muerde su labio con intensidad y sus ojos se mueven de un lado a otro.
—Es que, mira yo se que tú no querías esto y yo no quiero obligarte, yo no...— coloco mi dedo índice sobre sus labios para que deje de hablar tantas idioteces, la aparición de aquel idiota solo han provocado en ella inseguridad.
—¡Bea para ya, en verdad para!— intento calmarme, pero su actitud me está cabreando —¿Qué parte no comprendes cuando digo que te amo, que amo a Oliver como mi propio hijo?— tomo su rostro entre mis manos y elevo su rostro para que me mire a los ojos —¡Se que fui un gilipollas algunas veces, se que decía no querer amar, pero Bea comprende. Contigo todo eso vale mierda, porque te amo como un loco y no pienso darte el puto divorcio si es lo que quieres! ¿Sabes que haré antes?— ella niega con su cabeza — ¡Te dejo bajo llave flaca desquiciada!. Porque te amo para siempre.— la beso, sin darle oportunidad a que responda. Siento sus manos enredarlas en mi cuello y otra sobre mi cabello.
—¡Perdóname, perdóname!— susurra sobre mis labios —Tengo miedo y el miedo me hace ser tan Imbécil— sus manos pequeñas toman mi rostro y me besa los labios, para luego dejar un regadero de besos por todo mi rostro —¡Te amo, amo tu bondad, amo todo de ti, hasta ese pajarito que tienes entre tus piernas!— se restriega sobre mi ya dura polla.
—¡Ahora te voy a castigar, flaca calienta polla!— le tomo con rudeza su pomposo culo y la hago mía una vez más sobre el piso de nuestra sala. Amo comer todo de ella y el mejor lugar donde mi dura polla disfruta es el delicioso coño de mi mujer.
(***)
Al día siguiente, Marco y Bea se encontraban ingresando al juzgado con sus abogados, Lorenzo y una Isabella muy embarazada, pero negada a quedarse en casa y perderse como su hermano se convertía en padre.
Hoy era un día especial para todos, Marco se convertiría en padre, Oliver obtendría lo que tanto soñaba un papá que lo amó desde el primer día que lo vio. Y Bea tendría a un maravilloso hombre a su lado que los llenaría de amor a ella y su bebé.
Pasaron largas horas y el juez les otorgó el papeleo necesario para luego ir a un registro civil y asentar a Oliver como un Manson.
Al llegar a las oficinas de registro civil presentaron todos los documentos que eran necesarios para seguir con aquel trámite.
Dos horas más, Marco se había convertido en el padre de Oliver. Todos se subieron a sus vehículos y se dirigieron a la casa de Bea, dónde se encontraba el pequeño esperando ansioso, le habían llamado para decirles que le tenían una sorpresa. Cuando llegaron, bajaron todos de sus vehículos y tomaron los paquetes que habían comprado para celebrar.
Dentro de la casa esperaba un muy mimado Oliver, con sus dos abuelas, Iris y Giana.
— Él está muy nervioso — les dijo Iris, mientras saludaba a Isabella y Lorenzo. Caminaron todos hasta la sala y ahí se encontraron al niño en la falda de su abuela Giana, riendo y jugando.
—¡Hola hijo!— dijo Bea y de inmediato el pequeño saltó de las piernas de su abuela para abrazar a su mamá, que lo llenó de besos y luego pasó a saludar a Marco. Quien en ese momento se sentía muy afectado por todo lo que había sucedido, el se había convertido en esposo y padre en nada. No sé arrepentía, pero aún no podía creer que estaba siendo un hombre que sabía amar y era amado.
–¿Listo para la sorpresa?— le preguntó Marco, el niño asintió con su cabecita, sus ojitos brillaban al mirar al hombre que él amaba como su papá. —¿Te gustaría que yo sea tu papá?— preguntó, el niño frunció su rostro y luego volvió a mover su cabecita diciendo que si. —¡Entonces mi campeón, hoy pasas de ser Oliver Kaya a ser Oliver Manson Kaya y eso quiere decir que desde hoy y para siempre serás mi hijo!— el niño sonrió ampliamente y se lanzó a los brazos de Marco. El hombre sintió sobre su ropa las lágrimas del pequeño, por lo que lo apartó y seco sus lágrimas. —Nada de llorar, hoy vamos a festejar, vamos a celebrar que tengo al mejor hijo del mundo y a la mujer más maravillosa— un fuerte SIIIII de Oliver retumbó por toda la estancia, haciendo reír a todos.
Giana e Isabella lloraban de felicidad al ver al hombre que siempre dio todo de él para cuidarlas, ser hoy feliz con una mujer extraordinaria. Las dos mujeres se lanzaron a los brazos de Marco, llorando y riendo juntos.
—¡Gracias, gracias por siempre creer en mi y pedir que una buena mujer llegue a mi vida!—
Y así aquella familia festejo el amor y la unión de esos tres seres que habían sanado sus corazones mutuamente. Dispuestos a enfrentar cualquier dificultad que se les interponga. Cómo pensaban hacer con Hakan, aquel hombre no se saldría con la suya. Porque aquella mujer nunca fue digna de él, aquella mujer estaba destinada para Marco Manson.
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Te odio amor
ChickLitUn hombre con muchos demonios, negado a cualquier sentimiento que lo lleve a sentir amor por una mujer. Sus temores a ser la misma bestia que su padre, no le permitía abrir su corazón convirtiéndolo así en un hombre frío, creyendo que nada podría qu...