𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮 𝗠𝗮𝗿𝗰𝗼:
La situación con Hakan me fastidia, me dan deseos de matarlo a golpes. Pero no, debo ser un ejemplo para Oliver, debo hacer que mi hijo también aprenda a perdonar.
Luego de jugar un buen rato con el niño, Iris nos llama a merendar. Miro al turco de mierda y con una muy fingida amabilidad lo dejo caminar primero. Oliver toma mi mano y me mira con una enorme sonrisa, es todo lo que necesito verlo a él sonreír feliz.
—Prepare las galletas preferidas de Oliver, leche y café para los adultos.— tomo asiento junto a Bea, la veo tomar un licuado de fresa y comer galletas bañadas en glaseado. La miro por un momento, ella dijo que esas galletas eran asquerosas hace unos días atrás y ahora las come como si fueran el mejor manjar del mundo.
—¿Te encuentras bien flaca?.— me mira con sus cachetes inflados ante la cantidad de galletas que tiene en su boca. Bebe de su licuado, se limpia la comisura de los labios.
—¡Si!. ¿Por qué?.— su tono de voz es de advertencia, si vuelvo a cuestionar ella me dará un golpe. Por lo que niego y decido no preguntar porque está bebiendo licuado de fresas y no café.
Miro a Oliver que come muy a gusto su leche con galletas, Hakan lo mira con amor. Y está bien, prefiero esto y no que anda planeando como llevarse al niño.
(****)
𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮 𝗕𝗲𝗮:
Oliver le pide a Marco que lo lleve hasta su habitación a buscar más juguetes, por lo que me quedo sola con Hakan y esto es algo que no me gusta, él me hace sentir incómoda, su forma de mirarme me hace comprender que él solo está respetando mi decisión, su mirada es como solía mirarme hace muchos años atrás.
— Bea, yo necesito hablar contigo.— su voz rasposa y el intento de tomar una de mis manos entre las suyas, hacen que baje mis manos hasta mi regazo.
— Te escucho Hakan, pero no intentes tocarme. No puedes y no quiero.— hace un intento de sonrisa y toma entre sus manos la taza de café.
— Comprendo, solo necesito pedirte perdón.— elevó una de mis cejas, nunca imaginé que el fuese a pedirme perdón. No hablo, quiero escuchar todo lo que tenga que decir, siendo sincera me siento algo aturdida y mareada. — Te dañe y mucho, no sabes cuánto me arrepiento por haberte dado aquel trato. Se que fui un imbécil, se que te perdí y no existe un tercer culpable, porque solo fui yo.— muerdo mi labio inferior, para que no note el temblor en ellos ante las ganas de llorar que tengo. — Dude de ti, de mi hijo y puedo asegurarte que estoy pagando cada lágrima que derramaste. Sé que no tengo más oportunidad contigo, eres feliz con un hombre que te ama y lo hace de tal manera que amó a mi hijo como yo no fui capaz.— la voz de Hakan se quiebra y veo como baja su rostro, noto como quita unas lágrimas rebeldes y vuelve a mirarme, no tengo palabras. No me sale aún que decir y se que el tiene mucho por decir. —Solo quiero que me permitas convivir con Oliver, necesito tener un poco de paz aquí...— toca su pecho, dándome a entender que necesita paz en su corazón. — Quizás no lo merezco, pero piénsalo. Y como dije, perdóname por todo el daño que te causé.— pasa su enorme mano por su rostro secando las lágrimas que habían bajado por sus mejillas. Tomó aire para poder hablar. Debo perdonar para seguir con mi felicidad.
—¡Te perdonó Hakan!. Solo no decepciones a Oliver, costara un poco, a causa de lo que le hiciste pasar, pero él te perdonará.— lo veo sonreír débilmente. —No busques pleitos con Marco, ellos son muy unidos y que....— trato de sonar tranquila, pero mi cuerpo tiembla —Estemos en paz.— me pongo de pie porque necesito ir por una Coca cola, carajo. Estoy mareada.
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Te odio amor
ChickLitUn hombre con muchos demonios, negado a cualquier sentimiento que lo lleve a sentir amor por una mujer. Sus temores a ser la misma bestia que su padre, no le permitía abrir su corazón convirtiéndolo así en un hombre frío, creyendo que nada podría qu...