Capitulo 37

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ɴᴀʀʀᴀ ᴍᴀʀᴄᴏ:

Nos encontramos en casa de mi suegra, son las 15:30 pm hace una hora que Oliver está en manos de aquel maldito infeliz. A Bea le dimos un calmante y duerme sobre el sofá que tenemos en la sala, no puedo perderla de vista, ella está muy alterada.

Luque, Lorenzo y yo miramos las grabaciones que tome sin permiso alguno del instituto, así como ellos sin permiso alguno le entregaron a mi hijo a un desconocido.

Vemos como Hakan ingresa al instituto, la maestra va a la dirección y cuando vuelve habla un poco más con el maldito. Cuando Oliver sale de la sala, el niega con su cabeza, se perfectamente que él le está diciendo que no quiere irse con él. Pero Hakan vuelve hablar con la maestra y acto seguido el infeliz toma a mi hijo en sus brazos y se lo lleva contra su voluntad. Pasamos a los vídeos que dan a las afueras y se ve claramente como ingresan a su auto.

—¡Lo tengo!.— dice Luque, poniendo pausa al vídeo, toma su libreta y anota algo — Tengo su patente, sabremos de él en muy poco, tranquilo.— se pone de pie y sale al jardín, camino hasta donde está Bea durmiendo, sentandome en el piso para estár más cerca de ella.

—¡Traeré a nuestro hijo, te lo prometo!.—beso suavemente su mano, mientras miro su rostro, ella es hermosa y admiro tanto su fortaleza, solo se permitió llorar cuando se vio segura en mis brazos, sino ella era una leona reclamando a esas dos mujeres.

—¡Se qué lo harás, se que lo traerás de regreso a casa!.—susurra con sus ojos aún cerrados, dejo caer mi rostro sobre su vientre y de inmediato sus pequeñas manos acarician mi cabello.

No puedo permitir que aquel bastardo se siga acercando a ellos, lo único que hace es dañarlos. No sé dónde está Oliver, si él está bien, si está llorando, asustado o extrañando, estoy seguro que él nos extraña.

—¡Marco!.— luego de un buen rato, habla Luque a mis espaldas, me pongo en pie y camino hasta él.

— Están en un departamento en una zona residencial. — miro sobre mi hombro y Bea aún está con sus ojos cerrados, quiero creer que está dormida, no quiero que se exponga a querer ir. Se que aquel turco de mierda no dañará al niño, pero Bea últimamente está demasiado nerviosa.

—¡ Llama a todo el personal que sea necesario, si debemos dar aviso a las autoridades lo hacemos, pero quiero a mi hijo con nosotros está misma noche!.— Luque volvió a tomar su móvil y yo me dirigí hasta la cocina donde se encontraba Iris y tía Nora.

—¡Lo encontramos!.— las veo respirar profundo, mi suegra se pone en pie y camina hasta donde estoy.

—¡Marco por favor tráelo!.— la mujer está muy afectada, solo se muestra fuerte para su hija, al igual que yo. Oliver es todo en mi vida, él junto con su madre me hacen sentir que puede ser un buen hombre, que no seré una maldita bestia como mi padre.

—¡Claro que sí Iris!. Solo cuide a Bea, está dormida en el living. — la mujer mayor me abraza y me despido de las dos, saliendo en dirección a Luque.

****

El hombre de ojos oscuros mira al pequeño niño dormir en la enorme cama, había estado llorando y pidiendo por su madre.

No fue tan difícil haber tomando al niño del instituto, sabía que unos dólares podrían arreglar todo, aquella maestra fue demasiado fácil para él poder obtener lo que más necesitaba, a su hijo. El tiempo haría que ese pequeño lo quisiera como lo que era, su padre.

Ese era su sueño y una realidad algo muy lejana, no sabía que tales acciones podrían traer grandes consecuencias.

Caminó hasta la enorme cama y lo miro con aquel amor de padre, aquel que le había negado desde que estaba en vientre de su madre. El móvil del hombre comenzó a sonar con insistencia, lo tomo con rapidez y salió al pequeño balcón.

—¿Diga?— dijo mientras encendía un cigarrillo.

—¡Hakan! ¿Se puede saber dónde mierda estás?— la voz chillona de su ahora pareja le retumbó los tímpano.

Si Hakan Yilmaz, no había hecho el duelo que merecía su difunta mujer, que al tiempo hizo pública la relación que mantenía con su amante.

— ¡Eso a ti te importa un carajo Melisa!— se había olvidado por completo de aquella irritante mujer. Había planeado llevarse a Bea con él y ahí deshacerse de aquella insoportable mujer.

— Me importa porque se supone que eres mi prometido. Me has dejado sola con la organización de la boda. — él turco apretó una de sus manos en puño y cerro los ojos con fuerza.

—¡Cancela todo y para cuando regrese a Turquía no te quiero en mi mansión!.— colgó la llamada y apagó el móvil, porque sabía que aquella mujer lo iba a torturar con llamadas.

Caminó hasta un pequeño sillón que había en el balcón, le dio una ultima calada a su cigarrillo, para luego apagarlo, del bolsillo de su chaqueta negra, saco una fotografía de Bea. Acarició con su dedo índice aquella imagen que se reflejaba, estaba enfermó, enfermo de deseo, pero lo más grave era que no se estaba dando cuenta que su mente estaba mal, la perdida de su hija y haber descubierto toda la verdad que su madre le oculto provocaron que su mente hiciera un cortocircuito, haciendo así que la personalidad de Hakan fuese un caos.

—Te voy a recuperar Bea — susurro sin dejar de mirar aquella fotografía.

Camino hasta el interior de la habitación, salió al largo pasillo que lo llevaría a las escaleras, para luego bajar al primer piso. Sacó de su maletín el móvil que estaba utilizando para contactar con su personal. Busco el número de su piloto y lo marcó, a los tres tonos se escuchó la voz ronca del piloto de su avión privado.

—¡Adolfo, ten preparando el avión para mañana a primera hora!—

 

 

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Te odio amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora