🔶...La primera vez que te vi...Te me hiciste algo de otro mundo...
𝔽𝕝𝕠𝕣𝕚𝕕𝕒 (𝔼𝔼.𝕌𝕌)
A̲c̲t̲u̲a̲l̲i̲d̲a̲d̲:̲
Él hombre alto, con un cuerpo y rostro que deja a todas las femeninas babeando por dónde sea que pase. Con su aura de superioridad, con esa mirada azulada con una mezcla de gris tan fría. Iba ingresando a la empresa familiar, dónde él era el vicepresidente. Pero ni siquiera le gustaba llegar a trabajar, no porque era un vago, no, él era un hombre dedicado y amaba su trabajo. Pero lo que más le fastidiaba era trabajar con su padre y con el maldito gilipollas de Denis Racht, el cual era prometido de su hermana, algo en lo que él no estaba de acuerdo, aquel maldito infeliz no le gustaba para su pequeña hermana.
Subió al elevador sin mirar a nadie, cosa de todos los días y a veces se preguntaba porque actuaba tan gilipollas si los empleados no tenían la culpa de que odiara al hombre que lo había engendrado.
Ingreso al piso donde estaba su oficina, la de su padre y un poco más retirado la oficina de su hermana. Ingreso a su oficina y dejo caer sus llaves y el maletín. Tomó asiento dispuesto a comenzar su día laboral, cuando como un torbellino ingreso su pequeña hermana. Hacía varios días que no iba a la empresa diciendo que estaba indispuesta, por lo que se puso de pie dispuesto a darle un abrazo, pero el dedo índice de Isabella señalándolo lo hizo frenar y mirarla con el entrecejo fruncido.
—¡Tú!— gritó la castaña mirándolo con furia —¿Hasta cuándo vas a follarte a las secretarias? ¿Por qué no mantienes tu maldita polla en tus pantalones Marco?— el hombre apretó sus labios para no soltar una risotada — Y cómo te rías te golpeare, nos has dejado sin secretaria por quinta vez — bufo y se dejó caer en el sillón. Marco se acercó a ella , beso su frente y se sentó a su lado. No iba a negar algo que si había hecho, pero él no tenía la culpa *eso era algo que se repetía* el siempre era claro con las mujeres.
—Ya tranquila buscaré a otra— dijo relajado, ganándose una mirada acusadora de su hermana.
—¡Vale... Pero ya deja de follartelas, busca en cualquier otro lado!— le miró fijamente, él ya sabía lo que ella diría. Siempre se lo reclamaba y siempre recibía la misma respuesta. —¿Cuándo vas abrir tu corazón? Eres un viejo ya—
—¡Viejo son los trapos, además soy como el vino!— se puso de pie y caminó hasta su escritorio, mientras escuchaba la risa de su hermana.
—¡Quiero una secretaria para más tardar mañana Marco! no puedo buscar una yo misma tengo trabajo atrasado— dijo una vez que calmo su risa, para luego salir de aquella oficina.
Marco llamo a recursos humanos para que colocarán un anuncio buscando secretaria con urgencia y que ese mismo día realizarán entrevistas. Entrevista a la cual él iba a asistir.
****
Bea se encontraba mirando los anuncios de trabajo por internet, desplazaba con su dedo sobre la pantalla de su móvil. Habían llegado hacia casi tres ya había dado a luz a su pequeño hijo llamado Oliver, trabajaba en varios lugares y así iban viviendo. Pero necesitaba algo mejor, algo que le dejara tiempo para estar con su pequeño hijo. No fue fácil todo lo que tuvieron que vivir cuando recién llegaron, pero gracias a su tía Nora estaban remontando.
Siguió mirando fijamente, hasta que dio con un anuncio para secretaria y eso para ella fue una luz, ya que tenía una buena experiencia en ese labor, más sus títulos. Asique se puso de pie y se despidió de la mujer que atendía una pequeña cafetería a la que ella había tomado como costumbre ir a beber café mientras buscaba trabajo o simplemente sentía que necesitaba un momento a solas.
Caminó a toda prisa por las calles transitadas de Florida, con su falda color azul marino pegada a su cuerpo, una camisa de seda color rosa claro y unos zapatos altos en color negro. Su pelo castaño recogido en una coleta alta y un maquillaje sencillo, pero profesional haciendo que sus ojos verdes resaltarán.
Llegó al edificio y miro hacía arriba el gran cartel con letras plateadas "Manson", respiró profundo e ingreso a la recepción. Dónde una pelirroja la atendió muy amable y le dio el pase para poder ingresar. La guío hasta donde se iban a realizar las entrevistas y se encontró con 10 personas más.
*Tranquila Bea tú puedes* se animó a ella misma y camino a paso firme a uno de los sillones libres.
Pasado unos 40 minutos vio que se abrió la puerta de la oficina y un hombre de unos cincuenta años la llamo. Se puso de pie y aliso su falda, para luego caminar con paso firme hasta la oficina.
—Buenas tardes señorita...— dijo el hombre leyendo el currículum de Bea —Kaya— el hombre la miro y le indico que tomara asiento.
—¡Buenas tardes!— saludo ella, algo nerviosa, ante la penetrante mirada del otro hombre que estaba sentado frente a ella, que no le quitaba esos ojos azules de encima. Lo vio que daba pequeños golpes con sus dedos en el escritorio, no la había saludado. *Engreído* pensó Bea.
— ¡Bien señorita Kaya— ella desvío la mirada al hombre mayor —Aquí dice que trabajo como asistente de un empresario petrolero en Turquía ¿Es eso verdad?—
—Si señor así es, trabaje por mucho tiempo en esa empresa— el hombre asintió con la cabeza y siguió haciéndole preguntas.
—¿ Casada, soltera, viuda?— pregunto sin ningún poco de vergüenza Marco. Haciendo que Bea lo mirara con una ceja elevada. Y como era costumbre no se guardo lo que pensaba.
—¿ Y eso en que interfiere señor...?— lo miro con furia *gilipollas* pensó Bea. En toda la entrevista aquel hermoso pero desagradable hombre no le había dirigido la palabra.
—Manson... Marco Manson, vicepresidente de esta empresa — dijo con arrogancia, mientras que Bea trago en seco y se maldecía por ser tan boca floja.
—¡Oh... Lo lamento!— dijo rápidamente, ella quería aquel trabajo. No iba a perder está oportunidad por nada del mundo. —¡Soy soltera señor!— y esa información hizo que una sonrisa sensual se dibujara en el rostro del hombre.
𝐑𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐥𝐞𝐬:
𝐈𝐧𝐬𝐭𝐚𝐠𝐫𝐚𝐦: @𝐭𝐞𝐟𝐟𝐲𝐥𝐮𝟏𝟓
𝐅𝐚𝐜𝐞𝐛𝐨𝐨𝐤: 𝐓𝐞𝐟𝐟𝐲 𝐋𝐮𝐧𝐚✩。 🎀 𝒯𝑒𝒻𝓎 𝐿𝓊 🎀 。✩
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Te odio amor
ChickLitUn hombre con muchos demonios, negado a cualquier sentimiento que lo lleve a sentir amor por una mujer. Sus temores a ser la misma bestia que su padre, no le permitía abrir su corazón convirtiéndolo así en un hombre frío, creyendo que nada podría qu...