Capitulo 1

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𝕋𝕣𝕖𝕤 𝕒ñ𝕠𝕤 𝕒𝕟𝕥𝕖𝕤.

𝐓𝐮𝐫𝐪𝐮í𝐚:

Una muy ilusionada Bea se encontraba en la habitación de aquella casa elegante, rodeada de riquezas.

Ese día ella se casaría con la persona que amaba, él era un hombre adinerado de aquel país, tenía poder, dueño de un gran imperio que se dedicaba al petróleo. Lo había conocido en una reunión de negocios que había acudido en aquel entonces con su jefe. Desde ese día ella había caído rendida por los encantos de aquel hombre, ella era una jovencita de 22 años, ante un hombre de 34 años.

Hoy con 25 años al fin ella se casaría con el amor de su vida.

Se termina de colocar su ropa de encaje que había escogido para aquella noche de bodas. Se coloco una bata, y espero pacientemente que llegara el personal que la iba ayudar.

Ese día ella quería ver antes de la ceremonia a Hakan, no iba aguantar darle aquella noticia después de la boda, ella anhelaba que él compartiera su felicidad.

Sintió unos toques en la puerta y se levantó de prisa con la ilusión brillando en sus ojos verdes. Abrió la puerta y ahí vio a su guapo novio, que la miró detenidamente y acto seguido beso su frente, para ingresar a la habitación.

—¡Hola bebé!— dijo ella mientras enredaba sus manos en la cintura de su prometido —¿Sucede algo? Te noto tenso— él la miro y detallo el delicado rostro de Bea.

— Nada, solo una discusión con unos empleados y me siento algo nervioso— confesó, mientras respiraba profundo, se acercó a ella tomándole por la cintura y besarla. —¿Qué era eso tan urgente que necesitabas decirme pequeña?— se aparto de ella y tomó asiento en la cama que se encontraba en el centro de aquella habitación.

Bea camino nerviosa hasta la mesita de noche, abrió el cajón y de ahí saco un pequeño estuche en color blanco. Volvió hasta Hakan y le extendió con manos temblorosas dejándola en una de las manos de él.

—¡ Abre y míralo por ti mismo cielo!— dijo con ilusión y miro detenidamente cómo aquel hombre que ella amaba abría aquella cajita. Lo vio tomar la prueba de embarazo en sus enormes manos, mirando fijamente aquel resultado y luego a la mujer con la que él había escogido pasar el resto de su vida. Pero algo no estaba bien, no podía creer que aquel hijo fuese de él . Le sonrió ampliamente y luego la abrazo, sintiendo el diminuto cuerpo de esa pequeña mujer que decía amar.

—¡Seremos padres cielo!— dijo una ilusionada Bea. Hakan solo asintió con la cabeza y dejo un beso en sus labios.

— Debo ir a cambiarme para la ceremonia, te veo ahí pequeña — dio una última caricia a su rostro y se fue de ahí.

En la habitación de Hakan ingresaba su madre, mujer que estaba en total desacuerdo con esa unión. Su hijo vio a la mujer ingresar, se giro para quedar frente a ella.

—¡Madre, que bueno que llegaste!— dijo un frío Hakan, mientras señalaba un sillón que había en la habitación. La mujer tomo asiento de forma elegante y miro a su hijo de la misma manera que él lo hizo.

—¡Dime, vamos directo al grano que ya me quiero largar de este circo — dijo con arrogancia la mujer.

—¡Bea está embarazada!— soltó sin más, haciendo que la mujer endureciera su rostro —Pero recuerdo bien que unos estudios revelaron que no podía ser padre y por esa razón yo no usaba protección, pero tal información no fue dada a Bea— Hakan se sentía traicionado de la peor manera y su madre en su mente grito ¡Bingo! De esta manera se iba a deshacer de aquella pobretona, gracias a la manipulación que había realizado tiempo atrás con la mujer que si quería para su hijo.

—¡Ella te engaño!— dijo con tranquilidad. Y eso fue suficiente para él, para no creer en la paternidad de su hijo y así tomando la decisión de romper y avergonzar a su prometida.

Todo iba tal como lo habían planeado los novios, todo seguía adelante. Pero de lo que Bea no era consciente era que al final de aquel pasillo no iba a encontrar a aquel hombre del cual se había enamorado.

Llegando frente a él, ella le sonrió pero el le devolvió una mirada fría y llena de odio. Cuando la música paró, ella iba a tomar la mano de Hakan, pero este elevó su mano y dejo caer una cachetada en el delicado rostro de Bea, siendo arrojada al piso por el impacto. Haciendo que este acto a ella la confunda, avergüence y lastimara.

La madre de Bea se puso de pie corriendo hasta ella.

—¿Qué has hecho? ¿Por qué golpeas a mi hija?— reclamo la madre.

—¡Porque ella me engaño y quiere que me haga responsable de un bastardo!—grito furioso, provocando jadeos y voces por todo el salón, todos dirigidos a Bea haciéndola sentir la peor persona sobre aquel lugar, señalandola como una ramera.

Bea se coloco de pie, mostrándose fuerte, mientras por dentro estaba rota, lo miro a los ojos y le devolvió el golpe en el rostro. Quitó su alianza de compromiso y se lo lanzó en el rostro.

—¡ Este hijo es tuyo! ¿No me crees? ¡Bien. Maldito canalla quédate con tus putos prejuicios, no le daré explicaciones a un poco hombre como tú!—

Se marchó de aquel lugar sin saber que ahí comenzaba su pesadilla.















Se marchó de aquel lugar sin saber que ahí comenzaba su pesadilla

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Te odio amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora