𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮 𝗕𝗲𝗮:
Me escapé de Marco, me vine a la cocina mientras el toma una ducha, el asunto es que quiero comer mi torta de chocolate. Pero él dice que no es conveniente, ya que se supone que estoy por dar a luz, es un exagerado total, ni siquiera he roto bolsa, no comprende que si no como mi torta de chocolate con fresas le cortaré su pajarito.
Cortó una enorme rebanada de pastel y la sirvo en un plato, tomo una cuchara de postre, cortó el primer trozo y me lo meto a la boca, casi teniendo un orgasmo ante la satisfacción de sentir el sabor existió.
—¡BEA!.— escucho su grito a mis espaldas, haciendo que mi plato caiga al piso y un grito salga de mi garganta.
—¡Imbécil de mierda!.— gritó y lloro a la vez. Doy un paso al frente para irme sobre él y golpearlo. Pero soy detenida al sentir como un líquido escurre por mis piernas. Mi vista baja hasta el piso y luego a Marco, que me mira sin comprender. —¡Marco rompí bolsa!.— grito y él no hace nada, solo pasa su vista de mis ojos al líquido que baja por mis piernas. Tomo una manzana de decoración que reposa sobre una bandeja plateada y se la lanzó sobre la cabeza —¡MALDITA SEA MARCO, VE A BUSCAR TODO!.— lo veo correr escaleras arriba, mientras yo tomo el móvil para llamar a mamá, tomo las llaves del auto y camino lentamente hasta la salida. Desde la puerta veo como Marco baja con todas las cosas.
—¡Oliveeeer!.—grito llamando a mi hijo, que baja lentamente las escaleras —¡Vamos hijo, ya viene Pilar, ya nacerá.— mi hijo baja y corre hasta donde estoy, para luego ayudar a su papá. Nos subimos al auto y en todo el camino aprieto mis dientes, para no soltar un grito ante las fuertes contracciones que estoy sintiendo.
Llegando a la clínica, veo a mamá con Hakan que seguramente esperan por el niño.
Oliver baja del auto y corre a los brazos de mamá y saluda con un beso y abrazo a su tío Hakan, si para Oliver, él es su tío. Sabe que es su papá, pero al única que el llama de aquella forma es a Marco.
(****)
Dos horas más tarde:
Marco y Bea se encuentran en la sala de parto, ya con toda su dilatación y lista para traer al mundo a su hija. Un nervioso Marco, toma la mano de su mujer, seca de vez en cuando el sudor de la frente de ella. Mirándola con amor.
—¡Bien!.— ingresa el doctor a la habitación, con una sonrisa. —¿Listos papás?.— Bea solo asiente con su cabeza, al sentir como está próxima una contracción y Marco sin decir una sola palabra ante los nervios. El doctor se sienta frente a ella y la vuelve a mirar. — Señora Manson, en cuanto venga una contracción puje.—
Bea, pujó con todas sus fuerzas, para traer al mundo a su hija. En una última fuerza miro a su esposo y quiso reír, al mirarlo pálido y sudoroso.
—¡No te desmayes imbécil!.— dijo apretando sus dientes y concentrada en la fuerza que hizo salir a su hija, escuchando aquel llanto que les daba la seguridad de que había nacido, el fruto de su amor. Colocaron a la pequeña bebé en el pecho de su mamá y ambos padres lloraron de felicidad al ver a su pequeña, rosadita, con un poco de cabello castaño, cubierta por una fina capa blanca.
—¡Bienvenida Pilar Manson!.— dijo un muy conmovido Marco, que luego miró a su mujer, besando sus labios. —¡Te amo! Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo. Pero sobre todo gracias por mostrarme que puede ser un buen esposo y padre.— Bea lo miro con amor y lágrimas en los ojos, ella amaba con su vida a aquel hombre y sabía muy bien sus miedo.
—¡Te amo para siempre, mi hombre maravilloso!.— y ahí en aquella sala de parto, con solo una mirada y un te amo, supieron que su amor nada lo podría derrumbar. Porque aquel amor era puro, real y para siempre.
✷ 🎀 𝐹𝒾𝓃.
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Te odio amor
ChickLitUn hombre con muchos demonios, negado a cualquier sentimiento que lo lleve a sentir amor por una mujer. Sus temores a ser la misma bestia que su padre, no le permitía abrir su corazón convirtiéndolo así en un hombre frío, creyendo que nada podría qu...