Capitulo 17

5.3K 278 5
                                    

La quise llevar a mi departamento, pero ella dijo "acepto pero no me follas en una cama donde metes a tus putas". Aquí nos encontramos ingresando a la habitación de hotel, ella sigue vestida con esa ropa de bailarina de árabe, de solo mirarla siento como mi polla se remueve en mi interior.

Sus ojos verdes me miran y muerde su labio inferior. Me saco la remera dejando mi torso desnudo. Me siento en la orilla de la cama.

—¡Quiero que bailes para mí cómo lo hiciste en aquel lugar!— ella me mira con esa mirada de no mato una mosca y está matando a mi polla lentamente.

Camina hasta el bolso que dejó mi amiga sobre mi auto, saca su móvil y coloca música.

La música invaden la habitación y a mí se me corta el aire cuando la veo que comienza a mover sus caderas y luego camina hasta mi haciendo movimientos con sus manos al ritmo de la música. Me da la espalda, dándome una vista increíble de su culo, su cintura, su espalda. Moviéndose sensual justo delante de mi, sus manos las eleva al costado de su cuerpo y comienza hacer movimientos exquisitos con su culo.

—¡Al diablo todo!— digo a la vez que la tomo de la cintura y la hago caer sobre la cama. La beso mientras me coloco entre sus piernas que las abrió con gusto para mí. Tocó sus tetas, su piel, mientras arrastró su ropa quitándola de su cuerpo, dejándola completamente desnuda. La miro a los ojos.

—¡Eres preciosa!— le susurro sobre sus labios, la beso y muerdo. Beso su cuello ,mientras dejo marcas sobre su piel, provocando en ella pequeños jadeos. Bajo por su vientre plano haciendo un camino con mi lengua, llegando a su coño, sin aviso alguno hundo mi lengua en sus pliegues, sacándole un jadeo de aquellos deliciosos labios. Chupo a gusto cada rincón de su deliciosa vagina, ingreso un dedo a su interior, a la vez que con mi lengua torturó su botón. siento como se tensan sus músculos, por lo que sacó mis dedos y chupo con mi boca aquella esencia que desprende de su interior, dándome a beber todo su orgasmo.

Subo hasta sus labios dejando besos y chupando sus tetas en el camino, la miro y es el mejor cuadro que puedo tener, su rostro rojo, sudado y sus labios entre abiertos.

—¿Sigo?— susurro en su oído.

—¡S...Si por favor! Quiero más— saco lo que resta de mi ropa, volviéndome a colocar entre sus piernas. Masajeo mi polla de arriba a bajo y paso la punta de mi polla sobre sus pliegues

—Mmmmm— la escucho decir a la vez que curva si espalda.

—¡Carajo!— mi mente se nubla e ingreso mi polla de una estocada, provocando en ella un grito, me quedo sin moverme, disfrutando de aquel tibio canal, este es el puto cielo, tan estrecha, tan rica.

—¿Te lastime?— ella niega con su cabeza y mueve un poco sus caderas, provocando que me tense, ella me tiene loco y esto lo deseaba tanto.

—¡No, solo eres grande... Pero sigue ya!— demanda. La beso, mientras comienzo a moverme en su interior.

—¡Dios flacucha que rica estas!— salgo de su interior y la pongo de espaldas, elevando ese rico culo. Acomodo mi polla en su centro e ingreso en ella. Escuchando sus gritos y jadeos, mientras demanda que le dé más duro.

—¿Así? ¿Te gusta así mi flacucha?— le doy unas nalgadas en su culo, mientras bombeo en su interior, sujeto su cabello con una de mis manos mientras con la otra entierro mis dedos en su piel.

—¡Si,si así... Dame más duro imbécil!— la sujeto con brusquedad y la follo cómo un loco sintiendo como mi polla se hincha y su coño aprieta todo mi falo. Hasta que ya no lo podemos retener ninguno de los dos, nos dejamos ir. Me derramo en su interior, sintiendo como sus fluidos mojan mi polla.

Te odio amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora