Dímelo.

442 35 23
                                    

Viernes.

Sol animó a Malú a salir a tomar unas copas junto a unas amigas, y ella pese a rechazar en un principio la propuesta, terminó aceptando ante la insistencia de su amiga. Esa mañana, aprovechó su tiempo libre para ir al gimnasio y despejarse un ratito, después recogió a Lucía del colegio, comieron y alrededor de las seis de la tarde la dejó con su padre.
Una de las cosas por las cuales había aceptado salir fue por el fin de semana que iba a estar sin la niña, y pensó que saliendo y despejándose, el fin de semana sería mucho más corto y ameno.
A las siete, se duchó y tras ello estuvo una media hora eligiendo que ponerse. Finalmente escogió un jersey verde y lo acompaño con unos vaqueros negros y unos tacones. Dedicó poco tiempo al maquillaje y tras ello, bajó al salón y revisó el teléfono mientras miraba de reojo el libreto. Leer un texto ahora podría ocasionar que la noche fuera distinta a lo que sus amigas le habían propuesto; beber poco y ligar mucho. Y la realidad es que ella prefería mucho más lo primero que lo segundo. Así que sin más pensarlo, cogió el libreto, escogió una página y comenzó a leer.

"Cuando dos personas se quieren encontrar se encuentran, y da igual en la situación en la que estén: van a hacerlo. Porque los imposibles no existen, porque todo por lo que se pueda luchar merece la pena, todo lo que nos haga seguir lo merece.
Y sigue, aunque te dé miedo y no sepas
por qué. Si es alguien que te llena no lo dejes escapar, y es que con ciertas personas parece que ciertos segundos se estiran, se retuercen contra ti y brillan por encima de los otros. Si alguien te hace ser tú de verdad, vas a estar para ella siempre. Porque si hay algo mejor que estar cómodo
en tu piel es estarlo en la de otra persona.
Las ganas no nos van a dejar de juntar, porque el querer estar sale de dentro, y no se puede controlar. Cuando dos se quieren encontrar se encuentran, a pesar de todo, de todos".

El timbre sacó a Malú de sus pensamientos, en los que llevaba unos minutos metida, dejó el libreto, cogió su bolso y se marchó de casa. Subió con una sonrisa en el coche de Sol y fueron hasta un pub cercano a su casa, donde ya le esperaban sus amigas. Sus amigas pidieron unos cubatas y ella decidió beber una cerveza sin alcohol, ya que no le apetecía nada estar con resaca mañana.
A medida que la noche avanzaba, Malú sintió que la tensión y el estrés que acumulaba se disipaban, dejando paso a una sensación de paz y tranquilidad. La compañía de sus amigas y el ambiente relajado del pub resultaron ser la combinación perfecta para olvidar las preocupaciones y sobre todo el último texto leído. En un momento dado, pusieron una canción que recordaba a todas ellas momentos divertidos y despreocupados de sus vidas, y sin pensárselo dos veces, Malú y sus amigas se levantaron y comenzaron a bailar alrededor de la mesa. La risas, los movimientos sincronizados y las sonrisas que iluminaban sus rostros atrajeron la atención de los demás clientes del pub, que pronto se unieron a la fiesta improvisada.
Cuando la canción terminó, Malú se sentó nuevamente junto a sus amigas, sintiendo que la noche había logrado su objetivo. Se sentía ligera, feliz y llena de energía positiva. Las conversaciones entre sus amigas continuaron fluyendo, y se percató de que, por primera vez en mucho tiempo, no pensaba en el pasado ni en el futuro, sino que estaba completamente centrada en el presente, disfrutando de la compañía de las personas que la querían.
Cuando la risas y las charlas animadas llenaban el pub, la melodía de una canción familiar comenzó a sonar a través de los altavoces. Era 'All Of Me' una de las canciones que Pablo le cantó a Malú durante una noche de 2017 que no conseguía olvidar.
Al oír los primeros acordes, se quedó paralizada, sintiendo cómo una oleada de recuerdos y emociones se apoderaban de ella. Sintió un vacío en su interior, como si una parte de ella se hubiera quedado en aquella noche.

-Me voy a ir a casa, chicas. -logró decir cuando se recompuso-. Estoy bastante cansada.

+¿Ya? -preguntó Sol-. No son ni las doce...

Ángeles Caídos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora