Decisiones.

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Dos semanas después. 4 de enero de 2027.

Habían sido dos semanas bastante intensas. El primer polvo de reconciliación, la noche sin dormir dándose el amor que habían extrañado tanto. La primera navidad de Pablito, el viaje a Noruega por un par de días los cuatro juntos. Fin de año en Málaga con ambas familias, recordando el buen inicio de año que habían tenido y prometiendose olvidar aquellas feas semanas. La noche en la playa en la madrugada del día dos, metiéndose desnudos en el mar. El paseo familiar en barco del día siguiente. Todo iba sobre ruedas.
Hasta hoy, Malú despertó con náuseas y mareos sin entender muy bien que le sucedía. Se lavó la cara y cuando salió de la habitación y le vino un fuerte olor a comida, retrocedió y volvió al baño para vomitar.

-Joder... -dijo susurrando lavándose de nuevo la cara-. ¿Donde está mi teléfono?

Busco su teléfono por la habitación y cuando lo encontró se sentó en la cama y miró en su calendario menstrul. Cinco meses después de dar a luz le volvió el periodo pero no lo había controlado tanto como lo hacía antes de quedarse embarazada. Después de la reconciliación con Pablo le vino y pensó que probablemente los días previos estaba ovulando. Cuando miró las fechas, tragó saliva y dejó el móvil sobre la cama.
¿Podría estar embarazada otra vez?

+Cariño, ¿vienes a desayunar? -preguntó Pablo entrando al dormitorio-. Mi madre ha preparado el desayuno en el jardín, hace un buen día.

-Sí, ahora voy. -contestó sonriendo.

+¿Estás bien? -preguntó acercándose a ella-. Estás palida.

-Me he mareado un poco al levantarme pero ya estoy mejor. -contestó sonriendo nuevamente y levantándose-. ¿Que ha hecho tu madre para desayunar? Huele muy bien.

+Churros y torrijas.

-Bien de grasas de buena mañana. -contestó Malú riendo.

+Si quieres luego podemos bajarlo. -respondió él susurrando en su oído.

Malú volvió a reír y salieron juntos al jardín, donde Lucía ya desayunaba junto a Lola y Luis le daba un biberón a Pablito.

-Buenos días. -dijo sentándose.

+Buenos días. -repitieron los tres al unísono.

Mientras desayunaban pensó en quien podía acudir para que le comprase un test de embarazo. No quería ilusionar a Pablo y tampoco a su familia, así que pensó en el de siempre.

-¿Sigues en Málaga?

Le mandó ese mensaje a Alborán y continuó desayunando escuchando las conversaciones que estaban teniendo Luis, Lola y Lucía. La niña había encajado tan bien con la familia de Pablo que ella ya decía que tenía tres abuelas. El móvil de Malú vibró y lo miró rápidamente.

+Sí, ¿por qué?

-Necesito un test de embarazo. He visto que la farmacia de la avenida que hay cerca de tu casa está de guardia, ve a comprarlo y cuando lo tengas voy para tu casa. Por favor, no quiero ilusionar a Pablo para que luego salga negativo, por favor.

+Vale. Voy enseguida y cuando lo tenga te llamo y vienes.

-Gracias, te quiero.

Dejó el móvil sobre la mesa y continuó desayunando, bastante sorprendida de que todo le estuviera sentando bien.

+¿Hacemos una paella rica para comer? -le preguntó Luis a su hermano.

+Venga. -respondió Pablo-. Malú las hace buenísimas.

-Yo he quedado con Alborán en un rato, está un poco plof y quiere hablar.

+¿Que le pasa? -preguntó Lola.

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