Noruega.

192 19 5
                                    

FLASHBACK 27 DE DICIEMBRE. MALÚ.

Anoche llegamos a Oslo, después de unas intensas horas de vuelo con Lucía y Pablito. Por suerte, estuvimos en primera clase y todo fue bastante más cómodo.
Aterrizamos en una tarde fría, con un viento helado que nos recibió mientras bajábamos del avión. Recogimos las maletas y nos marchamos al hotel.
Desde el coche vi cómo Oslo se llenaba de luces blancas que se reflejaban en la nieve. Era una vista impresionante, la ciudad parecía una postal navideña. Al llegar al hotel, nos encontramos con una agradable sorpresa: teníamos una habitación con vistas a la ciudad nevada.

+Que pasada. -dijo Pablo abrazándome por detrás-. ¿Te gusta? 

-Me encanta.

+Voy a pedir que nos traigan algo para cenar, Lucía se muere de hambre... ¿quieres algo?

-Directamente me voy a dormir, estoy agotada.

+Vale. ¿Le doy el bibe al peque o se lo das tú?

-Se lo doy yo, cenar vosotros tranquilamente.

+Pues bajaremos al restaurante y así os dejamos dormir, ¿vale?

Asentí y dejó un beso en mis labios antes de marcharse.
A la mañana siguiente, tras levantarnos y desayunar, nos abrigamos lo máximo posible y salimos a dar una vuelta por la ciudad. Estuvimos en tiendas, comimos en un restaurante buenísimo y también estuvimos en un parque con una pista de hielo donde había gente patinando.

+Mamá, quiero patinar. -dijo Lucía mirando a su madre.

-¿Patinas con ella? -pregunté mirando a Pablo.

+Ni loco, yo no se patinar. -respondió él.

+Yo se patinar sola, el año pasado papá me llevó a la pista de hielo de Madrid y lo hice sola. ¿Puedo?

-Venga, vale, pero ten cuidado.

Pagamos 4 coronas por los patines y Lucía estuvo patinando unos diez minutos hasta qué su turno terminó. Pablo y yo alucinamos al ver que en ningún momento se había caído y todo el rato controlaba lo que hacía. Salió de la zona de patinaje, se colocó las botas y vino hasta nosotros.

+¿Habéis visto? -preguntó Lucía-. Soy muy buena.

+Ha sido increíble... -contestó Pablo-. En vez de hacer natación deberías de hacer patinaje, quizás llegas muy lejos y llegas a ser profesional.

+Se lo he dicho a mamá muchas veces pero no quiere.

-Porque no te había visto, cariño... ahora que te he visto pues a lo mejor te apunto.

+¿En serio? -preguntó Lucía sonriendo.

-Si papá está de acuerdo sí. Además, ya sabes nadar, no hace falta que sigas en natación solo porque tu padre quiera.

+¡Bien! -exclamó riendo-. ¿Vamos al parque a jugar con la nieve?

-Vamos.

En un parque cercano, habían varios niños formando muñecos de nieve y otros jugaban a tirarse bolas. Pablo se entusiasmó como un niño y comenzó a hacer muñecos de nieve con Pablito.

+Pablito se lo está pasando bomba. -dijo Pablo sacándole fotos con el teléfono.

-Sí, pero me preocupa un poco el frío.

+No te preocupes, lo hemos envuelto bien. Además, con las calenturas que lleva parece estar estupendamente.

-¿Y tú? ¿Cómo te encuentras?

Ángeles Caídos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora