Pablito.

285 24 22
                                    

UNA SEMANA DESPUÉS. VIERNES, 10 DE ABRIL 14:00.
PABLO.

Llegó a casa tras un día bastante completo. Comencé el día yendo a mi primera sesión con el psicólogo, la verdad es que fue mejor de lo que me esperaba y para ser la primera cita nos entendimos bastante bien. No quiso profundizar mucho pero finalmente decidí abrirme y fue fantástico porque sentí mucho alivio al sacar todo lo que llevaba dentro. Después fui a ver las obras de la nueva casa, ya esta casi reformada y seguramente podamos instalarnos antes de que acabe el mes y la idea es hacerlo antes del nacimiento de Pablo.

+Mi amor ya estoy en casa. -dije alzando la voz para que me escuchara.

-Estoy en la cocina. -contestó alzando la voz-. ¿Qué tal la mañana?

+Bien, muy bien. -respondí entrando en la cocina-. Creo que he hecho bien en hacerte caso, estoy más liberado ahora.

-Solo era la primera sesión...

+Pero me he soltado enseguida y se lo he contado todo. Evidentemente la semana que viene volveré...

Sonrió y dejé un beso en sus labios. Me pidio que fuera poniendo la mesa, comiamos cuatro ya que mi hermano recogía a Lucía, no era lo habitual pero quedamos así por todas las cosas que tenía que hacer hoy. Me lavé las manos y comencé a montar la mesa del comedor.

+¿Sabes qué la casa ya está casi terminada? -dije alzando la voz para que me escuchará desde la cocina-. En nada podremos instalarnos. Supongo que será una o dos semanas antes, sino se adelanta, claro, que esperemos que no porque quiero estrenar la casa con el peque. Intentaré convencer a Luis para que me ayude la semana que viene a montar el cuarto para el bebé.

-Pablo... -dijo ella desde la cocina-. Ven.

+Ahora voy, cariño, que estoy acabando.

No pasaron más de diez segundos cuando escuché un fuerte suspiro por parte de ella, luego soltó un quejido nombrandome e inmediatamente fui a la cocina, allí un charco lleno de agua la rodeaba.

-He roto aguas. -dijo susurrando.

+¿Es coña? -pregunté riendo nervioso.

-¿Tú eres tonto? -preguntó seria-. He roto aguas e inmediatamente he tenido la primera contracción... hay que ir ya al hospital, Pablo.

+Vale... voy a sacar el coche y te ayudo a salir, ¿vale?

-No, cariño. Sube a la habitación, mete todo lo que necesitamos el bebé y yo en la bolsa, está todo en el segundo cajón del armario y bajas. Yo voy a llamar a mi madre para que se quedé con Lucía.

+Pero si Lucía está con Luis.

-Luis va a conducir porque tú estás tan nervioso que igual ni llegamos.

Asentí y corrí hasta la habitación, cogí todo lo que vi en el segundo cajón del armario, lo metí directamente en la bolsa y bajé de nuevo. Dejé la bolsa encima de la mesa y fui a por los pañales que estaban en el baño, cuando regrese al salón, ella estaba ordenando todo lo que yo había metido anteriormente en la bolsa.

-Que desastre, Pablo.

+Amor, estoy muy nervioso. -conteste rápidamente.

De repente, me dio un bofetón en la cara y continuó ordenando la bolsa dejándome a mi totalmente descolocado.

+¿Por qué has hecho eso? -pregunté confundido.

-Para ver si reseteas que estás muy nervioso, Pablo. Te necesito entero, la que da luz soy yo, estoy teniendo contracciones cada dos minutos y no se si habré empezado a dilatar. Necesito controlar la respiración y necesito que tú me ayudes.

Ángeles Caídos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora