Oporto.

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26 de agosto. 17:30.

Eran los últimos días de vacaciones, llevaban desde el día quince viajando los dos solos, habían recorrido la costa gaditana, estuvieron un par de días en Algarve, rememoraron su viaje a Lisboa y hoy habían llegado a Oporto, su último destino. Malú ya comenzaba a echar de menos a Lucía, eran ocho días sin verla y todavía le quedaban cuatro días para volver a abrazarla. Lo llevaba más o menos bien pero aquello ya comenzaba a pesarle, así qué Pablo fue el que se encargó de reservar en el día de ayer una de las mejores mansiones de Oporto, con acceso directo a la playa y con toda la privacidad que ella buscaba para los tres días que iban a pasar allí antes de volver a Madrid. No se estaban escondiendo de nadie, es más, se dejaron ver ante la prensa unos días atrás y las imágenes ya andaban por los periódicos, pero Pablo entendió que Malú quería y necesitaba unos días de privacidad y se encargó de que fuera así. Ella alucinó al ver la mansión, habían muchísimas habitaciones, varios aseos y un salón amplió con una televisión enorme, aquello parecía un cine. El jardín era amplio, con una gran piscina, una mesa y un asador para hacer barbacoas.

+¿Nos damos un baño? -preguntó Pablo señalando la gran piscina.

-Vale, pero ve yendo tú que Lucía me ha pedido que le llamé porque más tarde no podrá hablar... se va al cine.

Pablo asintió, dejo un beso en su frente y fue a ponerse el bañador. Entró en la piscina y diez minutos después, tras terminar la videollamada, fue ella a ponerse el bikini.
Se sentó en un borde de la piscina y Pablo fue hasta ella, se coló entre sus piernas y le salpicó un poco.

+Desconecta, Lula... en cuatro días la ves.

Malú sonrió y dejó que Pablo se acercara más, sintiendo su cuerpo mojado contra el suyo. Él le besó en la frente, en la nariz, en las mejillas y luego en los labios, dejándose llevar por la pasión del momento y provocando carcajadas en ella. Luego dejó besos en sus pechos, por encima del bikini, y siguió besando su abdomen hasta llegar a su zona íntima, dejó besos y mordiscos por su alrededor, ella jugaba con su pelo mojado a la espera de que fuera a por el plato final, él le sonrió al ver su cara de satisfacción y entre risas se alejó de ella mientras le salpicaba con el agua mojandola por completo, más de lo que ella ya estaba.

-Eres idiota, Pablo. -dijo ella quejándose.

+Entra... si quieres que continuemos, entra. -respondió con una sonrisa.

Sonrió de lado, y se metió poco a poco en la piscina. Fue hasta él, que le esperaba con una sonrisa recordando sus caras cuando la estaba besando, pero enseguida se le borro de su cara cuando noto la mano de ella en su miembro.

-¿No querías jugar? -preguntó Malú metiendo la mano por dentro de su bañador-. Juguemos.

Pablo se mordió el labio y ella se deshizo del bañador, para después quitarse ella misma el bikini.

-No lo necesitamos.

Rodeo sus brazos entre su cuello, sus piernas en la cintura de él y Pablo comenzó a besarla con intensidad. Ella respondió con la misma intensidad, sintiendo como su miembro se endurecía bajo su tacto. Caminaron así hasta un lado de la piscina, Malú se agarró al bordillo y Pablo la penetró lenta y profundamente, sintiendo como sus cuerpos se recibían con deseo.
Él aumentó el ritmo, empujando con más ritmo, haciendo que ella gritara de placer.
Ella se movía con él, sintiendo como la excitación crecía con cada embestida, y sus cuerpos mojados se frotaban con pasión y necesidad.
Malú arqueó la espalda y Pablo beso sus senos, lamiendo y succionando sus pezones, haciendo que ella gimiera de placer.
Ella se agarró a su pelo, empujándolo hacia ella y besándole con pasión.

+Terminemos fuera, por favor. -logró decir Pablo.

-Termina lo que has empezado. -contestó ella.

Siguió moviéndose dentro de ella, sintiendo como la presión de su entrepierna crecía cada segundo. Ella le apretó más fuerte, notando como a él le estaba costando correrse en aquella posición, él empujó con toda su fuerza, provocando que ella gritara su nombre y llegando finalmente al climax.
Ella se estremeció en sus brazos, sintiendo como la ola de placer se extendía por su cuerpo.

+Esto no ha terminado... -dijo Pablo avisándole, Malú resopló intentando recuperarse-. Vamos...

Salieron juntos del agua, la cogió en brazos, rodeando sus brazos en su cuello y sus piernas en las caderas de él, exactamente en la misma posición de antes. La apoyó en la pared y comenzó a besarla mientras jugaba con sus dedos dentro de ella provocando gemidos ahogados en sus besos. Abrió un poco más las piernas de ella e introdujo su miembro, penetrando con fuerza, sintiendo como el cuerpo de ella se abría para recibirlo.
Comenzó a moverse con él, mientras que seguía penetrándole con más fuerza y pasión, mirándola a los ojos haciéndola gritar de placer. Cansado de aquella posición, entró en la casa, todavía con ella dentro y se sentó en el amplió sofá, con ella encima.
Malú terminó lo que Pablo había comenzando, ella cabalgaba sin quitar la mirada de él, cada vez más rápido, el sonido de sus cuerpos chocando sonaban a la vez que sus intensos gemidos y tras aquel ritmo agotador, terminaron a la vez, dentro del otro, sintiéndose como pocas veces lo habían hecho.

+Te amo.

22:30.

Pablo fue a por unos helados a un chiringuito cercano a la orilla de la playa mientras que Malú le esperaba sentada en la arena fotografiando la luna.
Habían cenado unas pizzas en la cama y Pablo había animado a Malú a salir a pasear por la playa, aprovechando la maravillosa noche que hacía. Quería pedirle algo, llevaba unas semanas pensándolo y sentía que ya era el momento de dar ese paso. Le dió su helado y se sento junto a ello, los dos comenzaron a comer entre risas y caricias.

+Oye, Lula... quería comentarte algo.
El mes que viene se termina mi contrato de alquiler y hace unas semanas me volví loco y me compré una casa...

-¿Te vas a mudar?

+Todavía no. Bueno, allí no, todavía. Quiero reformarla y ponerla a nuestro gusto, quiero que sea nuestra casa en un futuro.

Malú lo miró con los ojos abiertos, sorpendienda por sus palabras, nerviosa por lo que iba a continuar diciendo.

+Lo normal es... que si quiero mudarme contigo me lo preguntes tú pero si tiene que salir de mi, yo...

-¿Quieres venirte a vivir conmigo mientras reformamos nuestra futura casa? -preguntó ella cortándole con una sonrisa.

+Sí, quiero. -contestó él sacando unas llaves y dándoselas a ella-. Toma, ahora también es tu casa.

Malú río de la emoción y lo abrazó tirándose encima de él.

+Te quiero.

-Yo también te quiero.

CONTINUARÁ. ❤️‍🩹
OTRO PASITO MÁS ❤️
GRACIAS POR DARME IDEAS, EN EL SIGUIENTE TENDRÉIS UN FLASBACK ❤️❤️
HASTA EL DOMINGO 🫶🏻

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