Sueños rotos.

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Sábado 12 de diciembre. 02:30.

Pablo llegó a casa tras finalizar la semifinal. Sus dos concursantes habían pasado a la final dejando fuera al equipo de Alejandro. Malú, que lo había escuchado llegar, cerró la puerta del dormitorio con pestillo y se volvió a acostar. Había visto el programa y hacía poco que se había ido a dormir. O por lo menos a intentarlo, ya qué les perseguían los continuos pensamientos de si Pablo le había ocultado más cosas en otras ocasiones.
Pablo subió directamente a la segunda planta, con la esperanza de que la puerta se encontrase abierta para darle un beso a ambos, pero cuando puso la mano en el pomo y la puerta no abrió, dio medio vuelta y caminó por el pasillo hasta uno de los muebles, donde algo brillaba más de lo habitual. El anillo había sido movido de sitio y ahora ocupaba un hueco en una estantería. Pablo lo cogió y suspiró mientras lo leía.

"M&P para siempre".

Al leerlo se le vinieron un montón de recuerdos, tanto los malos de estas últimas semanas, como los buenos de aquél día que le pidió matrimonio y se tiraron toda la noche hablando de como deseaban que fuera la ceremonia.

FLASHBACK 21 DE MARZO DE 2026.

Mientras Lucía dormía profundamente en la cama del hotel, Pablo y Malú se sentaron en el cómodo sofá del balcón, con la brisa suave del mar acariciando sus rostros. Miraban hacia la playa iluminada por la luna y empezaron a imaginar cómo sería su boda.

+¿Y si hacemos mi sueño realidad? -preguntó Pablo con entusiasmo.

-¿Cuál es tu sueño? -preguntó Malú con una sonrisa-.

+Tú sueño es el mismo que el mío. Solo que yo lo soñé y quiero hacerlo realidad. Hacer nuestra boda en Algeciras, en tu playa, rodeado de los nuestros, vestidos de blanco y con nuestros niños entregándonos los anillos.

-Todavia no ha nacido y ya le estás cargando responsabilidadades. -dijo Malú antes de empezar a reir-. ¿Estás seguro de querer hacerlo allí? Lo digo porque en Málaga también hay playas muy bonitas.

+Ya, pero yo quiero hacer realidad mi sueño. Y el tuyo, que aunque no lo digas, deseas que sea allí.

-Vale... si insistes. -dijo Malú riendo-. Pero, tú no vas de blanco, tú ven en traje o no me caso.

+A sus órdenes, jefa.

-¿Y la música? -preguntó Malú-. Hay que hacer el baile nupcial, así que tendrás que ir ensayando.

+Oye, que tú tampoco bailas fenomenal.

-Habla el arrítmico. Ensayaremos los dos juntos...

+Vale. Quizás podríamos traer a una banda en directo para la fiesta de después y seleccionar canciones significativas para nosotros. -propuso Pablo.

-Me encanta.

+Creo que también podríamos incluir una mesa de recuerdos llena de fotos y objetos que nos recuerden los momentos especiales que hemos compartido. Y lo mismo con nuestra gente, hacerle un regalito, ¿no?

-Los regalos los hacen ellos, cariño.

+Ya... pero podríamos hacer nosotros también uno a cada invitado, ¿no?

Malú asintió con entusiasmo, y durante toda la noche, ambos continuaron imaginando y soñando con cómo sería su gran día. Mientras se abrazaban y se besaban bajo las estrellas, se aseguraron mutuamente que harían todo lo posible para que su boda fuera tan mágica como la noche que la imaginaron.

FIN FLASHBACK.

La dura realidad le trajo de vuelta en cuestión de segundos. La sonrisa se le esfumó al recordar aquello y los malos recuerdos volvieron a aparecer. Lo miró por el última vez y lo dejó de nuevo en la estantería. Recorrió el mismo camino que todas las noches y entró en la habitación de invitados que ya se había vuelto suya semanas atrás. Se desnudó y se tiró en la cama, deseando que la visita de mañana de la wedding planet cambiase un poco las cosas.

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