Amor.

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5 de Julio. Sevilla. 18:00.

Pablo y Malú llevaban tres días sin verse, ella había estado colapsada por las grabaciones de La Voz y él por los varios conciertos seguidos que había tenido durante esa semana. Doblete en Málaga y doblete en Sevilla, hoy era el segundo concierto y Malú no quiso perdérselo. Salió de Madrid a las once de la mañana, junto a Lucía, la nani y Pepi, que aprovechando el viaje de su hija haría una parada para ver a su familia.
Hacía tan solo una media hora que habían llegado al mismo hotel donde se estaba quedando Pablo, esté no sabía que ella estaba allí y que esa noche iba a ir a verle, era una sorpresa que únicamente sabía Luis, que había mandado una furgoneta al hotel para recogerla sobre las ocho.

+Mamá, ¿yo también voy a ir al concierto? -preguntó la pequeña cuando salió de la ducha con ayuda de su madre.

-No, cariño, tú te quedas aquí con Violeta, el concierto empieza a las diez y será un poquito tarde para tí.

+Jo, mami, nunca voy a un concierto. Seguro que es Pablo el que te ha dicho que no vaya porque me porté mal con él, ¿a que sí?

-No, cariño... él entiende tu comportamiento y que tú a veces te portes mal porque echas de menos a papá pero también es verdad que te pasaste, con lo que Pablo te quiere... ¿Con la novia de papá haces lo mismo?

+Sí, porque es muy pesada.

-¿Y Pablo es pesado?

+No, pero echaba de menos a papá. Cuando le vea le pido perdón, ¿vale?

-Vale.

Le puso el pijama y después le secó el pelo, tras ello la sentó en el sofá, le puso los dibujos y se metió en el baño para darse una ducha rápida.
Tras ello, se maquilló, se puso un vestido verde con estampado de flores, unas sandalias y bajó a la puerta del hotel cinco minutos antes de que llegará la furgoneta.
Cuando llegó al parking del recinto, Luis la esperaba con los brazos abiertos, y tras un fuerte abrazo, la llevó hasta los camerinos, saludó a algunos miembros de su equipo que estuvieron sorprendiéndose ante su llegada y Luis la acompañó hasta el de Pablo, que se encontraba cerrado, seguramente él se estaba concentrando allí dentro, pensó ella.

+Está solo, así que podéis aprovechar. -dijo Luis guiñándole un ojo.

-Eres igual de idiota que tu hermano, eh.

Luis comenzó a reír y se marchó por el pasillo, mientras que Malú se quedó frente a la puerta del camerino de Pablo. No se lo pensó mucho y nerviosa tocó a la puerta.

+¿Sí? ¿Quien es? -preguntó Pablo al otro lado de la puerta.

Malú abrió al oírle y se asomó un poquito, él le vio, sus ojos instantáneamente se iluminaron y su corazón se aceleró al verla allí.

+Lula... -dijo Pablo susurrando-. ¿Que haces aqui?

Malú sonrió y se acercó a él, rodeando sus brazos alrededor de su cuello.

-He venido a verte. -dijo ella con ternura-. Te echaba de menos y no he podido resistirme a la oportunidad de verte en directo.

Pablo se emocionó y la abrazó con fuerza, enterrando su rostro en el cuello de Malú.

+No te puedes imaginar cuanto significa para mí que hayas venido. -confesó Pablo, con la voz ronca de emoción-. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

-Ala, que flipado. -contestó ella riendo.

+Es la verdad... Oye, estás guapísima.

-Y cansadísima... entre el viaje y las grabaciones, estoy agotada.

Ángeles Caídos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora