Cerrar heridas.

577 37 15
                                    

Malú. 

Tras cenar y abrir el piano de Lucía, Pablo estuvo enseñándole a tocarlo hasta que ella comenzó a estar más cansada y terminó quedándose dormida escuchando a Pablo tocar el piano. La llevé a la cama y me encargué de que estuviera completamente dormida antes de bajarme al salón. Pasados unos minutos, bajé de nuevo al salón y me encontré a Pablo de pie con un vino en la mano y una sonrisa de oreja a oreja.

+¿Un vinito antes de irme? -preguntó cuando me acerqué a él.

-Vale.-dije sentándome en el sofá, él hizo lo mismo-. Gracias por el regalo, le ha encantado. 

+¿Tú crees? -dijo antes de darme mi copa de vino-. Se ha dormido escuchándome tocar...

-Eso no significa nada.. Ella siempre está dormida antes de las diez y demasiado ha aguantado para llegar a las once.

+¿Duerme bien? -dijo con una sonrisa pícara.

-Sí, sus ocho horitas seguidas, da un gusto...

+Mejor.

+Pablo...

Comenzó a reirse y le miré timida sin entender que intenciones tenía él ahora mismo.

+Tranquila, no lo decía por eso. Como una vez me dijste que los niños suelen despertarse a menudo por las noches pues por si en algún momento se iba a despertar estando yo aquí.

-Mientras no des voces no se va a despertar.

Asintió y dió un sorbo a su copa de vino con una sonrisa.

-¿Que tal con Laura?

+Pues ahí vamos... no sé, algunos días bien y otros mal. Bueno, ya sabes como soy yo en las relaciones.

-¿Como eres? -dije riendo provocando su risa.

+¿Especial? ¿Raro? ¿Pasota? -frunci el ceño mirándole y él se encogió de hombros-. Es lo que me dijo ella en nuestra última discusión.

Que idiota, pensé. Con lo afortunada que es de tener a un chico como él y pensar eso.

+¿Tú como crees que soy?

-¿En una relación?

+Sí. A ver, que no llegamos a mantener una como tal pero... bueno ya sabes.

-Especial.

+¿Y eso es malo o bueno?

Suspiré sin saber que responder y di un trago a mi copa de vino pensando en que decirle. Bajo su atenta mirada sonreí y él soltó una carcajada sabiendo que iba a soltar lo que se había pasado por mi cabeza. Quizás pensaba que podía ser malo pero se quedó sorprendido ante mi respuesta.

-Bueno. Eres especial porque tratas muy bien a tu gente, porqué se nota la admiración y el querer que tienes por lo tuyos. Tu forma de cuidar, de saber escuchar, de saber darle importancia a los sentimientos del otro...son únicas.

Conforme iba hablando su rostro fue cambiando y dejó de sonreír para pasar a estar serio.  Quizás había sido más sincera de lo que él esperaba y esas palabras abrieron una herida que ya estaba cerrada. Dejó su copa de vino en la mesa y se acomodó en el sofá apoyando su cabeza en él.

+Y ahora que estás sincera... ¿puedes contarme la verdad?

Tragué saliva al no esperarme esa pregunta y pensé en que lo mejor era no responderla.

-Tú me has preguntado cómo creo que eres en una relación y yo te he respondido con la máxima sinceridad posible. ¿A qué viene esa pregunta?

+¿Tan difícil es contarme por qué no quisiste comenzar una relación conmigo?

Ángeles Caídos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora